A Acaricio las estrellas, poemario infantil del escritor y periodista Esteban Provencio Hernando (Azuqueca de Henares, 1972), llegamos gracias a la biblioteca más premiada de España, la municipal de Alovera (Guadalajara). Para ella, dentro de sus innumerables actividades, el fomento de la lectura en edades tempranas (uno a seis años) y en los niños y jóvenes (siete a diecisiete años) ocupa, desde hace tiempo ya, un interés decididamente prioritario.
La Biblioteca de Alovera cuenta con siete clubes de lectura infantiles (para niños de tres a doce años); elabora anualmente el programa «Biblioteca y centros educativos» (destinado a alumnos de Escuelas de Primaria y Secundaria); y, asimismo, ofrece su consolidada programación de Presentaciones con autor para textos infantiles (en uno de esos encuentros conocemos a Esteban Provencio).
A Acaricio las estrellas, poemario infantil del escritor y periodista Esteban Provencio Hernando, llegamos gracias a la #biblioteca más premiada de España, la municipal de #Alovera (Guadalajara). Share on XLos mejores cuentacuentos, narradores y poetas se dan cita en el escenario del salón de actos, con capacidad para doscientas personas, siempre lleno a rebosar de niños acompañados por padres preocupados y motivados porque sus retoños participen —desde muy temprana edad—, en la fiesta de la Cultura.
En España poquísimos chavales quedan sin alfabetizar. Pero aficionar a nuestra infancia a los libros en este mundo dominado por redes sociales y complejos teléfonos móviles (que permiten instantáneo acceso a todo tipo de información y comunicación), despertar el interés infantil por la letra escrita resulta, hoy, un desafío de trascendencia similar a aquel con que la Segunda República —al inicio de la tercera década del siglo XX— pretendió erradicar la altísima cifra de analfabetismo (hasta un 40%) existente en nuestro país.
El Plan de Lectura que la Biblioteca de Alovera ha puesto en pie para fomentarla en los niños viene basado —según su directora, Mercedes García Granizo—: «En la firme creencia de que la lectura es uno de los pilares de la educación; leer nos hace independientes, favorece la imaginación y aumenta el vocabulario».
Desde MoonMagazine nos ha parecido oportuno mostrar lo que, en este terreno tan sensible, realiza esta laureadísima biblioteca alcarreña con la intención de mostrar un camino que otras puedan seguir. Reseñar, por vez primera en seis años, un poemario infantil, es nuestra contribución al reto de acercar la cultura a los más jóvenes, un reto complicado pero apasionante.
Centrándonos en Acaricio las estrellas, el inolvidable poemario de Esteban Provencio, no está de más recordar cómo el poeta lituano Czeslaw Milosz (premio Nobel de literatura en 1980) dijo: «De alguna manera la poesía es un intento por penetrar la densa realidad hasta encontrar un lugar donde las cosas más simples se ven tan nuevas como a través de la mirada de un niño».
Y las veintisiete composiciones de este breve pero intensísimo libro inciden plenamente en esa forma genesíaca de contemplar el mundo y la vida, con sencillez alejada de cualquier trampa o artificio, y dentro de la cual el niño va descubriendo aquello que le rodea. El escritor francés León Daudet lo tenía bien claro: «Los poetas son hombres que han conservado sus ojos de niño».
Los poemas que Esteban Provencio ha seleccionado para este poemario no tienen dificultades de comprensión para un adulto, pero al ser casi nulo mi roce con el mundo infantil temí que este libro no iba a tener en un servidor su reseñador ideal. Sin embargo reconozco que, aparte de la esperada facilidad lectora, todos los versos han conseguido remover mi espíritu y trasladarme a los lejanísimos años de la propia niñez que, por desgracia, fueron los únicos plenamente dichosos de una ya larga existencia…
Con Acaricio las estrellas descubro que debo ser uno de esos adultos que supo preservar, dentro de lo más íntimo de sí, al feliz niño que realmente fui. Y esta salvaguarda —muchos pensadores la citan—resulta ser el más sólido parapeto para refugiarse con plenas garantías del mundo cínico, alejado de cualquier forma de ternura, que nos toca padecer.
Al poemario de Esteban Provencio, presentado en forma de álbum y bellamente ilustrado por la exquisita y elegante dibujante argentina Susana Pérez Arias, voy a dividirlo en cuatro bloques temáticos:
1. FAUNA Y FLORA
El bestiario de Acaricio las estrellas incluye un caballito, Clavileño de cartón, que sin salir del salón lleva sobre su lomo a un viajero niño [4]; al osito que favorece el sueño del niño [5]; a cigüeñas que debido a los vertederos ya no son pájaros trashumantes sino perennes [9]; a dos ilustres burros —Platero y el rucio de Sancho Panza— que simbolizan el mundo de la ilusión y el del trabajo cotidiano [10]; a ese gato innominado, escurridizo pero juguetón, que trata a su dueño con simpatía [12], y a una pecera convertida en microcosmos que se proyecta a la vida doméstica [13]. La flora del poemario viene representada por esa higuera, ideal lugar para plantar una hamaca a su sombra o para enmarcar un beso inolvidable [11] y por un árbol genérico, ideal albergue para pájaros y placentero refugio para el hombre [23].
[10] BURRITO Burrito de flauta orejas de lana oso de juguete trotar de ilusión. Burro de mi alma zanahoria y palo ojos de azabache perdón, Juan Ramón. Burrito de carga atado a la noria blanco, gris o negro pintado o marrón. Sancho en su jumento burro no me insultes te quiero Platero gracias, Juan Ramón
2. EL CIELO
Luna y sol pactan un encuentro nocturno que los junte y amiste [14]; un niño cree tocar las estrellas pero, incapaz de contarlas, se conforma con pedir deseos a un cometa [15]; una copiosa nevada, con sus bolas y muñecos, o el paradigma de la felicidad [20]; aquel columpio que rozaba el cielo congelado en el tiempo feliz de la memoria [25], y la multicolor cometa despegada sobre el cielo endulzando la tarde [26].
[15] ESTRELLAS En las noches de verano tumbado sobre la hierba con solo alargar la mano acaricio las estrellas. Veo puntos encendidos e intento llevar la cuenta pero es inútil, no puedo me pierdo tras la tercera. La Osa Mayor y su hermana que solo quiere jugar con su luego preferido el Norte Estrella Polar. En las noches de verano cuando veo algún cometa cierro los ojos y pido deseos de menta y fresa.
3. OBJETOS Y BARCOS
El diccionario, recolector de bonitas y feas palabras cuya suma crea el idioma con el que comunicarse [7]; aquel cerdito que albergaba soñadoras pesetas, ahora convertido en barriguda hucha de barro que guarda tristes euros [8]; Un velero, símbolo del valeroso viajar intrépido y sin confines [16]; la hundida carabela expandiendo la diversidad de la flora y fauna marina para goce del submarinista [17]; los restos de una nave bucanera, metáfora de una vida llena de riesgos, aventuras y oro perdida para siempre [18]; el patio de una casa abarrotado de gatos, ratones y basura, convertido por la infantil mirada como idóneo lugar para jugar al escondite [24], y los charcos, convertidos en un fiero mar para salpicar [6].
[7] DICCIONARIO Diccionario que reúnes las palabras de mi idioma expresiones y adjetivos que se mezclan y se adornan. Diccionario en el que se hallan arcoíris, tren, respuesta, trepidante, zapatero, hilo, barco, campo, siesta. Amigo es la más bonita y tristeza la más fea la más cálida cariño y la más fría nevera. Brazos para que me ayuden, amor para que me quieran tus manos que me acaricien y tus ojos que me vean.
4. LOS PLACERES
Leer es conocer el mundo de extremo a extremo, sin pausa y no saliendo del propio cuarto [2]; el mago o la admiración y la sonrisa provocados por los mil objetos guardados en su chistera [3]; disfrutar del catálogo de placeres que hacen vivible esta vida árida [21]; los diferentes sonidos de los instrumentos de una orquesta conjuntándose para felicidad del oyente [22], y, entre dos laderas, se encuentra el feliz y congelado tiempo de la infancia, pródigo en aventuras sin final [27].
[2] LEER Bajo mantas de tormenta con las luces apagadas y una linterna encendida leo libros en mi cama. Navego ríos y mares escalo cumbres nevadas galopo con mi caballo apoyado en la almohada. En las selvas tropicales busco tesoros perdidos y en océanos profundos galeones sumergidos. De los Andes a la India de Siberia hasta La Habana recorro el mundo sin pausa leyendo un libro en mi cama.
El vate vasco Beñat Arginzoniz ha dicho: «Poeta es aquel que vive con la misma seriedad con la que juega un niño». Con este encantador poemario que es Acaricio las estrellas, tan lleno de matices y rico a la hora de escarbar provechosamente en la memoria de los años infantiles, Esteban Provencio consigue un doble objetivo: emocionar a los padres que mantengan aún viva la ilusión por vivir y, principalmente, conseguir que sus hijos muestren interés por la literatura a través del género más puro: la poesía.
El poeta turco Ilhan Berk ya lo avisó: «Sólo la infancia de los poetas es larga». Desconozco otras obras de este autor azuquequeño, pero tras dar en la diana con Acaricio las estrellas, primera suya que leo, me dispongo a seguirle con el mayor interés. Sean o no padres, les recomiendo disfruten y compartan con los niños de su entorno esta experiencia única que es Acaricio las estrellas.
Sean o no padres, les recomiendo disfruten y compartan con los niños de su entorno esta experiencia única que es Acaricio las estrellas de Esteban Provencio. @ilitiaeditorial. #Reseña del #poemario: J.M López Marañón. Share on XAcaricio las estrellas
Esteban Provencio Hernando
Ilustraciones: Susana Pérez Arias
Ilitia Editorial, 2021
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