Antes de los años terribles, yo era un niño feliz. Por supuesto, entonces no lo habría dicho de esta manera; la felicidad no se explicaba, nadie me preguntaba al despertar si era feliz, ni yo habría sabido qué responder a una pregunta tan extraña.
Isaias Yoweri, el protagonista de la última novela de Víctor del Árbol, no se plantea si es feliz —como cualquier otro niño— o no, hasta que un día, por diferentes circunstancias, el «ladrón de infancias» le roba la suya. Es entonces cuando despierta de ese sueño de felicidad, refugio donde se ha sentido seguro y querido y, a partir de ese momento, empiezan las preocupaciones, el no entender y tener que aprender a vivir como un adulto.
Siempre que comienzo la lectura de una nueva novela de este autor me suelo preguntar si será mejor que la anterior. Casi en el acto sonrío —ya sé la respuesta—: no sé si mejor, pero como en todo lo que escribe, lo hace desde el corazón, con compromiso, valentía y desgarro. Así que, de nuevo, el resultado es una gran novela.
En la Feria del Libro de Madrid, donde ha estado firmando toda su obra, Víctor siempre saca un ratito para hablar con los amigos. Su dedicatoria fue: «Cecilia, yo he sido roto por la mitad y vuelto a ser otro. Ojalá sientas algo así».
Lo sentí, lo entiendo, lo comparto y pienso en mi infancia.
Antes de los años terribles profundiza en los primeros años de Isaías, niño de la guerra en Uganda secuestrado por el ejercito del LRA, liderado por Joseph Kony. Isaías en la actualidad vive en Barcelona con su mujer, Lucía, de la que espera un hijo. Se dedica a reparar bicicletas y parece ir todo bien hasta que todo se complica cuando aparece «un colega», Enmanuel K , y le propone volver a su país para participar en un encuentro sobre «reconciliación histórica».
Cuando Isaías decide que sí, que esas jornadas le servirán para reconciliarse con su pasado, enfrentarlo y cerrar viejas heridas, es cuando, sin quererlo, cae en una espiral de conflictos, violencia, venganzas, abuso de poder e indiferencia.
Antes de los años terribles es una novela dura, valiente, comprometida. Escrita en primera persona para darle más fuerza a la narración y para que, a través del personaje, sintamos en carne propia lo que él padece. Hay que dejar reposar sus frases, volver a ellas y respirar hondo para poder continuar.
Antes de los años terribles es una novela dura, valiente y comprometida que también nos habla de esperanza y reconciliación. @EdDestino #Reseña de @ceciliaherreros, que estuvo con @Victordelarbol en la #FLM19. Share on XBasada en hechos reales, las cifras del horror son espeluznantes: 30.000 niños secuestrados para convertirlos en soldados o esclavas sexuales, 100.000 muertos y desaparecidos, un criminal de guerra (Kony) aún en paradero desconocido ante la indiferencia de la comunidad internacional. ¿Puede haber algo más injusto que no querer encontrar a un ser malvado y que las víctimas de una guerra tan cruel no puedan ser resarcidas de tanto horror?
La novela también nos habla de esperanza, de redención de unos pecados que estas criaturas no cometieron por voluntad propia; de arrepentimiento y de perdón, el perdón a uno mismo que quizá es el más difícil de obtener. Habla de reconciliación con los demás y con la vida, de volver a empezar, mirar hacia adelante con la capacidad de rehacer tu vida como hizo Isaías, en condiciones extraordinariamente duras como podemos constatar a diario en cualquier telediario.
#Leer #Reseña. @Victordelarbol es valiente, es un contador de historias que se involucra en ellas. Antes de los años terribles, @EdDestino. @ceciliaherreros. Share on XVíctor del Árbol es valiente, desentierra una historia durísima donde todos los personajes tienen su cuota de protagonismo. Todos son importantes porque, a pesar de sus circunstancias, conforman un mundo donde nadie es inocente, salvo los niños. Víctor del Árbol es un contador de historias que se involucra en ellas. No pasa de «puntillas» porque «esos no son como nosotros» o porque «esa historia nos pilla muy de lejos»: eso no va con su forma de pensar. Todos somos cómplices de estas situaciones terribles por las que no debería pasar ningún ser humano. Tendemos a olvidar con demasiada facilidad pero Antes de los años terribles nos lo recordará constantemente. En algún lugar del mundo hubo un tiempo feliz y a nosotros, como sociedad, nos toca «rehacer» los destrozos ocasionados por tanto horror, por tantos intereses creados y guerras.
Nuestra memoria serán los otros; ellos construirán el relato de lo que fuimos. Luego llegará el viento y el olvido. Como si no hubiéramos existido.
Y, sin embargo, estuvimos aquí.
Antes de los años terribles
Víctor del Árbol
Editorial Destino
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Cecilia Herreros en El rincón del lector
Portada de la reseña: David de la Torre
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