A modo de pequeño repaso desde una perspectiva histórica, el arte afroamericano durante los siglos XVIII y XIX se proclama como base fundamental de nuestra libertad y desarrollo actuales. Este artículo pretende ser un homenaje sin florituras a los artistas afroamericanos más representativos, punto de referencia testimonial y revolucionario.
El #arte en los tiempos de la #esclavitud. #Poetas, #músicos y #pintores #afroamericanos que desafiaron los prejuicios raciales en la América de los siglos XVIII y XIX. Un artículo de @pilar_moligar. Share on XEn estas líneas, a través de las vivencias de miles de esclavos, reviviremos la historia de la América más oscura.
Comencemos por uno de los platos fuertes:
Artistas afroamericanos: poesía y esclavitud
Los autores afroamericanos dieron cuenta, a través de sus escritos, de la terrorífica vivencia de miles de esclavos. Desafiaron de manera contundente las reglas para, así, labrar un nuevo camino hacia el ansiado movimiento abolicionista. Cultivados en las primeras iglesias negras —lugar sagrado de resistencia y aislamiento a la opresión racista—, fueron la voz profusa y detallada de la esclavitud en el llamado Nuevo Mundo.
Pese a su pasado y a los impedimentos raciales, los escritores afroamericanos iniciaron su andadura estableciendo un precedente que aún perdura en nuestra época. Si nos referimos a la poesía, Lucy Terry y Philips Wheatley son un claro ejemplo de superación y valentía. Terry es la autora del primer poema escrito por una afroamericana, Bars Fight. Mujer valiente y decidida, se dedicó a defender con ahínco los derechos de los negros. Su poema se hizo famoso gracias a la transmisión oral, publicándose por primera vez en prensa escrita en 1885.
Philips Wheatley, capturada y sometida a la esclavitud cuando solo contaba siete años, escribió en 1770 un tributo poético sobre la muerte del calvinista George Whitefield. Merecedora de una aclamada popularidad, consiguió la admiración y el reconocimiento de las figuras imperantes de la Revolución Norteamericana. La temática principal de su poesía giró en torno a temas cristianos. Murió en la más absoluta miseria a los 31 años. Su segundo volumen de poesía no ha sido encontrado.
#Poetas afroamericanos que desafiaron el #racismo y defendieron los derechos de los negros en el siglo XVIII: Lucy Terry, Philips Wheatley y Jupiter Hammon. #ArtistasAfroamericanos: El legado de los pioneros. @pilar_moligar. Share on XOtro autor afroamericano que merece nuestra atención es Jupiter Hammon (¿1720?- ¿1806?). Esclavo de una familia de Nueva York, aprendió a leer y a escribir gracias a que sus «amos» se lo permitieron. Su poema An Evening Thought. Salvation by Christ with Penitential Cries (1761) es la primera composición poética publicada por un negro en las colonias inglesas de Norteamérica.
A lo largo del siglo XIX hubo más de 150 escritores afroamericanos que publicaron uno o más volúmenes de poesía y algunos con notable éxito. Recordemos algunos de ellos: George Moses Horton (1797-1883). Frances Ellen Harper Watkins (1824-1911). Anne Spencer (1882-1975) o James David Corrothers (1869-1919).
El canto del esclavo: músicos afroamericanos
En cuanto a la música afroamericana del siglo XVIII, destacan sin ningún género de duda los espirituales negros (1770). Su evolución duró casi un siglo, desde la Guerra de la Independencia hasta el comienzo de la guerra civil. Es un tipo de canto cristiano, la adaptación popular de himnos religiosos protestantes compuestos por esclavos. Los cantos eran de raíz claramente europea, en concreto, escocesa. Se discutió si se trataba de una creación, como género, de los esclavos negros, aunque dos siglos después, varios autores demostraron que los espirituales negros y blancos ya tenían un nexo común: las iglesias blancas rurales y las reuniones al aire libre, estableciéndose un intercambio de influencias entre ambas comunidades.
En 1871 un grupo de estudiantes afroamericanos de la Universidad de Fisk (Nashiville, Tennesee) formaron un grupo llamado: Fisk Jubilee Singers. El grupo musical, compuesto por cuatro hombres y cinco mujeres, recorrió el camino del Ferrocarril subterráneo en los Estados Unidos durante 18 meses realizando, incluso, giras europeas. El objetivo principal de estos jóvenes artistas afroamericanos era recaudar fondos para dicha universidad.
Durante la segunda mitad del siglo XIX surgió un fenómeno musical que revolucionó los cimientos de la música afroamericana: el jazz. Geográficamente, el jazz, nace en el estado de Luisiana, en concreto en la zona de Nueva Orleans, donde llegaban remesas de esclavos procedentes de la zona occidental de África. El ragtime y las bandas ambulantes son las fuentes más ligadas al jazz primitivo, el que llamamos «tradicional». Un estilo de música diferente a todo lo que se había escuchado hasta entonces. Música que salía de dentro, con un sentido rítmico libre, con swing.
El guitarrista Danny Barker o el veterano clarinetista Alphonse Picou son una clara muestra de este estilo afroamericano repleto de líneas melódicas con hermosas texturas instrumentales que revolucionaron la música afroamericana y sentaron las bases de la música popular norteamericana.
El conjunto de la música afroamericana no es otra cosa que el relato de cómo la tradición y los viejos ideales mantuvieron activado ese ritmo verbal al que el músico se agarra con sentimiento y certeza.
Pintura: cuatro artistas afroamericanos a tener en cuenta
Durante la época colonial, el único arte que se consideraba «aceptable» era el retrato. Siempre, eso sí, bajo ese aire puritano, acorde con el modelo social. El artista por antonomasia fue Joshua Johnson (1763-1824), desconocido hasta 1931. Nacido en Baltimore, hijo de esclava negra y padre blanco, desarrolló prontamente sus habilidades artísticas hasta poder dedicarse por entero a las Bellas Artes en 1796. Definido como el primer pintor negro en el siglo XVIII, su estilo concentra una inconfundible huella naif, resultado de su vida y su fusión cultural.
Otro pintor afroamericano de finales del siglo XVIII a destacar es el reverendo metodista G. W. Hobbs. En 1785 retrata al pastel por primera vez en Estados Unidos a otra persona negra llamada Richard Allen.
Y metidos en materia, hablemos de los grabados
Scipio Moorhead, joven artista afroamericano esclavizado que vivió en Boston, Massachusetts, será uno de los primeros grabadores esclavos reconocidos como artista en 1773. Su talento para el dibujo fue impulsado por Sarah Moorhead, esposa de su amo y maestra de arte. Scipio demostró desde el principio buenas aptitudes artísticas por lo que disfrutó de ciertos privilegios como el derecho al estudio. Fue precisamente Phillis Wheatley quien dio a conocer al joven artista en su poema To S. M. a young African Painter, on seeing his Works, y a él se le atribuye el retrato de la portada de Poems on Various Subjects, de la propia Wheatley.
Si continuamos buceando en la historia encontraremos al artista francmasón Patrick Henry Reason (1806-1898). Se le conoce como uno de los primeros grabadores y litógrafos afroamericanos de Estados Unidos. Asistió a clase en la African Free School de Nueva York. Fue allí donde le dieron su primera oportunidad artística. Reason siempre estuvo ligado a la lucha abolicionista, realizando un gran número de grabados de carácter filantrópico, reivindicando la necesidad de escuelas libres y gratuitas para los afroamericanos que residían en Nueva York.
Su grabado Truth Shall Make You Free aparecería como frontispicio de la Campana de la Libertad del Movimiento Friends of Freedom (Boston, 1839).
Artistas como Joshua Johnson, el primer pintor negro de la historia; el grabador Scipio Moorhead; o Patrick Henry Reason, ligado a la lucha abolicionista, forman parte de la Historia del #Arte por méritos propios. @pilar_moligar. Share on X
Estas líneas son solo un pequeño reflejo de una larga serie de artistas afroamericanos que deben, al cabo de cuatro siglos, permanecer vivos en nuestra memoria. Pretendo entender el mundo de entonces a través de su arte, una puesta al día que resalta la comprensión de casi todo. Este es un artículo que lo único que desea es descubrir, en otras palabras, el sentido de la justicia.
Seamos pues herederos del arte en sí. Seamos capaces de no volver a prohibir la libertad del ser humano para crear nuevas obras en el corto espectáculo de la vida.
CANTO
Que oscurece.
Que presencia la infinitud
de rosa y beso.
Nostalgia de nosotros,
término y honor.
Letra, silencio.
Verso escrito por nadie.
Pilar Molina García
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