El viernes 13 de julio, los seguidores de Bernard Minier tendrán ocasión de conocer personalmente al que ha sido calificado como «rey del thriller» en Francia. Minier estará en la XXXI Semana Negra de Gijón con motivo de la presentación de Noche (Salamandra 2018), su última (por ahora) novela publicada y cuarta de la serie protagonizada por el comandante de la Brigada Criminal de la policía de Toulouse Martin Servaz y el inquietante Julian Hirtmann.
Aunque confiesa que nunca ha parado de escribir, no es hasta 2011 cuando publica su primera novela, Bajo el hielo (Glacé), con la que obtiene el Premio Polar en el Festival de Cognac. Le siguen El Círculo (2013) y No apagues la luz (2015), esta última recomendada el año pasado en esta revista.
Hemos mantenido una distendida charla con Bernard Minier, quien nos habla de su ilusión por compartir su universo personal y literario con el público español, sobre su concepción del proceso de creación, sus personajes…
Pero dejemos que sea él quien nos lo cuente.
Bernard Minier: Ser un autor de ficción no te otorga todos los derechos
MoonMagazine: El próximo día 13 de julio, estará formando parte del programa de la Semana Negra de Gijón. ¿Qué significa para usted esta experiencia? ¿Cree que participar en festivales y ferias es un buen modo de acercarse a los lectores españoles y qué espera encontrar?
Bernard Minier: Reconozco que sé mucho menos de mis lectores españoles que de mis lectores franceses. El sistema de festivales en Francia, que son numerosos, es muy diferente de lo que sucede en España: nos sentamos detrás de una mesa durante horas, dos o tres días seguidos, y vemos cientos, a veces miles —como en Quais du Polar en Lyon— de lectores. Hablamos con ellos, intercambiamos. Algunos van de un festival a otro durante todo el año y, por lo tanto, están familiarizados con los autores. De manera interpersonal y no solo libretista. Ya he participado en festivales en España: Valencia, Barcelona, Bilbao, Gijón una vez… mesas redondas, firmas y algunos lectores me han expresado la misma curiosidad, curiosidad nacida obviamente de mis libros, que en Francia, pero desde luego tengo infinitamente menos lectores en España. Sin embargo hablo español, puedo escuchar lo que dicen de mis libros, puedo leerlo también en la prensa y los blogs. Pero, curiosamente, después de cuatro traducciones, todavía tengo muchos menos lectores en España que en Alemania o Polonia, por ejemplo. Por qué, no lo sé… Vengo para que la gente me conozca, cuando digo esto estoy hablando de mis libros. Que conozcan a mi trabajo, mi universo, algo que, tal vez, es diferente de lo que suelen leer. Mi madre nació en este país, tengo muchos amigos aquí y vengo desde que tengo quince años: mantengo una relación muy especial, muy fuerte con España, y espero que algún día sea mi segundo público después del francés. Por esto, me alegro de estar presente en la Semana Negra este año.
Charlamos con @Bernard_Minier, que nos transmite su alegría por participar en la Semana Negra de Gijón @snegra. «Mantengo una relación muy fuerte con España y espero que algún día sea mi segundo público después del francés». Share on XMoonMagazine: Antes de entrar en su Noche, me gustaría revisar con usted la línea de sus anteriores novelas. Sin especificar, aunque tampoco generalizaré, es sorprendente la estructura utilizada, además de un reloj suizo o un puzzle de centenares de piezas, he podido detectar dibujos a mano alzada de cuentos infantiles y piezas de ópera. Una suerte de arquitectura de otras disciplinas. ¿Qué hay de cierto en esta percepción?
Bernard Minier: Me parece muy relevante. Gracias por esta lectura tan aguda… Sí, de hecho, podríamos usar esta imagen de cientos de piezas que se juntan. Nabokov dijo que «un libro está hecho primero de detalles, que uno debe recurrir a las ideas generales solo después de haber saboreado todas las pequeñas ráfagas de sol del libro». Nada es peor, por ejemplo, que leer a Madame Bovary con esta idea preconcebida de que es una denuncia de la burguesía. Nos da igual. Con la misma idea y la misma intención, Flaubert podría haber escrito una muy buena o una muy mala novela. Él escribió una obra maestra de la literatura mundial. Entonces lo importante está en otra parte. Considero mis propios libros, y al decir esto, no impongo esta visión a nadie, como el conjunto de miles de piezas y detalles que terminan constituyendo un mundo en sí, en el que me gusta enganchar, sumergir a mis lectores desde las primeras líneas para dejarlos respirar y descansar solo en las muy últimas. Pongo muchas cosas en mis libros. Nabokov otra vez: «Todo lo que sé es que al nacimiento de una novela, siento la necesidad de recoger pedacitos de paja y tragar pequeños guijarros. Nadie sabrá nunca exactamente cómo ve un pájaro, si lo ve, el futuro nido con sus huevos adentro». Pero a la vez es muy instintivo. Esta arquitectura de la que habla usted nace de sí misma (un poco como las redes de neuronas hacen el autoaprendizaje, el Deep learning: no sabemos realmente lo que pasa entre la información que entra y la que sale, yo tampoco lo sé de modo exacto). Básicamente, y no es muy original decir eso, escribo los libros que me gustaría leer…
MoonMagazine: Es imposible no poner el foco en Servaz como claro ejemplo de un proyecto vital al que le rodea, todo el tiempo, la muerte. ¿Utiliza estas pérdidas para dotar a su personaje de experiencias y sensaciones?
Bernard Minier: Servaz, de hecho, es un poco mi Job personal —de quien soy, como para el otro, el «Dios creador, castigador y severo»—: lo pongo constantemente a prueba. Creo firmemente que son las pruebas las que nos revelan: el duelo, el dolor, la enfermedad, la separación, el miedo, la soledad, la necesidad de proteger del peligro a quienes nos son queridos… Cuando todo está bien, todos somos iguales: civilizados, educados, y todos llevamos la misma máscara en la sociedad que oculta algo más profundo. Solo mire a su alrededor: a menudo hay una gran diferencia entre la imagen que una persona da de sí en sociedad y la que da en la intimidad. Muy pocas personas consiguen ser las mismas en todas las situaciones … De la misma manera, todos pueden soltar la máscara frente a un peligro: un gillipollas puede convertirse en un héroe y un buen tipo en un cobarde… Sin estas pruebas que la vida coloca de vez en cuando en nuestro camino, es imposible conocer la verdad profunda de un ser. ¿Cómo puede uno saber si es capaz de cumplir con sus sueños o si no se retirará en el último momento? ¿Cómo saber si tiene agallas? ¿Qué tiene en el corazón? Y, por supuesto, de estas experiencias vividas por Servaz nacen emociones muy fuertes: miedo, tristeza, sentimiento de triunfo, de fracaso, de traición, amor, rabia, venganza, esperanza, empatía del lector hacia Servaz (a quien mis lectores franceses están muy apegados)… Tengo la misma obsesión que Hitchcock: la participación del público, del lector, y esta participación solo puede proceder de la implicación emocional de este último y de una gran intimidad con el personaje.
Nos cuenta @Bernard_Minier que tiene la misma obsesión que Hitchcock: la participación del público, del lector, que solo se consigue con su implicación emocional. Presentación de #Noche en la @snegra Share on XMoonMagazine: Siguiendo con la línea ascendente en el personaje de Martin, se atisba su crecimiento al igual que se desarrollan las tramas a las que se enfrenta. ¿Es él mismo quien le lleva de la mano, obligándolo como creador a darle cada vez más?
Bernard Minier: A veces me planteo quién lleva al otro de la mano. Tengo, cada vez más, la sensación alienante de que el personaje se me ha escapado por completo, de que salió de mis libros para caminar a mi lado y tengo que lidiar con eso. Es una sensación a la vez perturbadora, deliciosa y muy estimulante. Es cierto que en las dos últimas novelas, Noche y Hermanas (aún no traducida en España), Servaz se desvela cada vez más. Puede provenir del hecho de que no hay un lector en Francia que no me hable de Servaz y, inconscientemente, este personaje ha logrado ocupar un lugar cada vez más grande en mi vida… Casi como un ser vivo… Pero, como acabo de decir, al punto donde estoy hoy, el «creador» que soy no puede imponer nada a Servaz: es él quien decide.
MoonMagazine: Y si Servaz es astro central, cada uno de los satélites orbitantes tiene un papel que a ratos esclarece y a otros apaga la luz. ¿Podría hablarnos de sus compañeros de trabajo y qué herramienta representan en el desarrollo de la historia?
Bernard Minier: Espero que usted tenga un poco de tiempo. Porque si tenemos que hablar sobre cómo nacieron Vincent Esperandieu, Samira Cheung, Julian Hirtmann, Cathy d’Humières, Irene Ziegler, Marianne o Kirsten Nigaard, «no salimos del albergue», como solemos decir en Francia. Puedo decir que, desde Glacé (Bajo el Hielo en español), quería presentar un espectro lo más amplio posible de la sociedad francesa de hoy. Y esta es la última y más importante palabra de la frase. Por eso, junto a Servaz, que es más bien old school, que tiene muchos problemas con las nuevas tecnologías, que escucha Mahler y cita en latín, están Vincent Espérandieu y Samira Cheung, sus dos jóvenes ayudantes, el primero geek absoluto, fan de indie rock, casado con la bellísima Charlène Espérandieu pero bisexual, la otra, francesa de padre chino y madre marroquí, punkette que colecciona relaciones sin futuro, se viste gótico y escucha heavy metal. También está Cathy d’Humières, fiscal fanática de astrología, y, por supuesto, Julian Hirtmann, de quien, imagino, hablaremos más tarde. Una novela es como una sinfonía: una composición polifónica compleja con sus movimientos principales y secundarios, que aparecen, desaparecen, reaparecen… Y luego, como en la vida, un personaje solo puede construirse en su interacción con los otros, en la gran fraternidad de los personajes de novelas: ¿qué sería Leopold Bloom sin Stephen Dedalus y Molly Bloom? ¿Qué sería Anna Karénina sin Vronski y su marido Alekséi Aleksándrovich? ¿Qué sería Mickael Blomkvist sin Lisbeth Salander?
MoonMagazine: Siguiendo con los personajes órbita, y sin olvidar al brillante Hirtmann, háblenos de la necesidad de la presencia de Marianne, que tanto le ilumina como le deja en la oscuridad más absoluta. ¿Siente que le complica un poco la vida (tanto a Martin como a usted)?
Bernard Minier: (Risa). A veces me digo a mí mismo: «¿Pero por qué coño hiciste eso, maldito seas?» Es cierto que el equipaje se está volviendo más pesado. Ah, Marianne … Hay muchos lectores que me preguntan: «¿cuándo sabremos qué le pasó?». También hay lectoras que la odian, no sé por qué… otras que la compadecen… Probablemente piensan que sé exactamente lo que va a pasar con mis personajes en las novelas futuras, que, tal como un Dios omnisciente, conozco todo lo que sucede incluso en los rincones más lejanos de mi pequeño universo de ficción. Se demuestra, en cualquier caso, que mis lectores no sólo leen mis novelas sino que las viven, se apropian de los personajes, siguen pensando en ellos una vez que el libro está cerrado, y ¿qué mejor recompensa hay para un autor?
Marianne, ¿cómo decirlo? —es complicado—. Nació en un período de mi vida que se ha ido, definitivamente terminado, del cual hice borrón y cuenta nueva. Pero, como personaje de papel, ¡todavía está aquí! Como dice usted: luz y oscuridad. Tanto en el pasado como en el futuro… Sé más o menos lo que voy a hacer con ella, cuándo volverá a aparecer, pero no tengo todas las llaves. Y sí: utilizo mi propia vida y la de los demás para alimentar a mis personajes, les asigno emociones, pensamientos que tuve o que otros han tenido. Mis personajes femeninos en particular no nacen de la nada. Soy un hombre, debo recurrir a otros que yo mismo para alimentarlos. El peligro siempre es grande entonces de confundir la realidad y la ficción, no es un juego inocente, pero la literatura, sea negra o no, nunca es inocente…
MoonMagazine: Ahora sí: el villano entra a escena. Hirtmann juega con su protagonista, lo intenta manipular y a veces lo consigue, desaparece pero mantiene la presencia (poderosa y pesada) sobre Servaz, lo aniquila de dentro hacia fuera. En esta relación amor-odio, ¿por qué Martin sigue cayendo en sus trampas y por qué Hirtmann se ha obsesionado con él? ¿Es el desarrollo de una relación de dependencia en ambas direcciones?
Bernard Minier: No creo que haya ninguna forma de dependencia hacia Hirtmann por parte de Servaz. Si pudiera sacarlo de su vida para siempre, lo haría. Pero ocurre que, en Noche, uno necesita al otro… Sin embargo sí, hay una fascinación, una forma —me atrevo a decir— de amor asexual, platónico por parte del suizo hacia el policía. En cuanto al hecho de que Servaz sigue cayendo, a pesar de su inteligencia y lucidez, en las trampas de Hirtmann, es debido a que los dos se conocen perfectamente, pero no juegan con las mismas armas. Es como cuando estás en una relación con un perverso narcisista: él (o ella) va a usar cada una de tus debilidades, que conoce perfectamente, para su ventaja, las va a volver contra ti. Eso no significa que eres capaz de hacer lo mismo. Y Servaz e Hirtmann son, a su manera, una pareja disfuncional. Estos dos son también, a pesar de que no están relacionados por la sangre, una nueva encarnación de los hermanos enemigos que se encuentran a través de la mayoría de las mitologías y culturas: Caín y Abel, Seth y Osiris… De la misma manera que la relación Diane Berg/Julian Hirtmann en Glacé era una reinterpretación del mito de la Bella y la Bestia, la misma relectura del cuento de Apuleyo: Cupido y Psique, ambos cuento-tipo con referencia 425C en la clasificación Aarne-Thompson, un sistema de clasificación de fábulas (también podríamos comprender a Hirtmann como tipo 300 en la misma clasificación: Maiden Killer/Bluebeard). Estamos inmersos en un océano cultural que, ya sea que uno se dé cuenta o no, se remonta a las más lejanas épocas. Es muy interesante la frase que acaba de decir: «lo aniquila dentro hacia fuera»… me gusta la idea… ¿pero lo aniquila, realmente? No sé… Aquí también, no hay una verdad, hay varias, cada uno, leyendo mis novelas, tendrá una respuesta diferente, porque eso es lo que hacen las novelas: nos cuestionan, nos obligan a enfrentar ciertas verdades que a veces no queremos ver. Como esta: ciertamente Hirtmann hace el mal, pero también, uno lo descubre en Noche, tiene aspectos más humanos. Y nosotros: ¿cuántas veces al día, a la semana, al mes hacemos algo mal? No me conteste usted: «jamás», eso no existe… Esto, por ejemplo, de las personas que piensan o dicen: «soy buena persona», siempre me ha parecido una mentira, una forma de liquidar el tema sin realmente examinarlo. Les propongo un ejercicio interesante: al final de cada día, apuntar en 2 columnas, una «bien», otra «mal», nuestras acciones. ¿Cuántas pequeñas acciones buenas pueden equilibrar una muy mala? Son temas más complejos de lo que parece, pero son vitales. La verdadera cuestión es si nuestras buenas acciones superan a las malas…
MoonMagazine: Con el pasado ocurre lo mismo. Siempre presente y al acecho, sombra de su personaje y, permítame el atrevimiento, paleta de colores con las que lo maquilla. Tratándose de una saga la suya, quizás sea obvia la relación en los diferentes tiempos, pero ¿cree que Servaz sería quien es hoy, en Noche, sin todo su pasado?
Bernard Minier: Claro que no. Tiene razón: en mis novelas, el pasado está siempre al acecho en alguna parte. Cuando pasan los años (y, a mi edad, han pasado unos cuantos), el equipaje del pasado se hace más pesado y engorroso. Mis personajes, comenzando con Servaz, no escapan a esta realidad: cuanto más viejos son, más cosas arrastran detrás de ellos y tendrán que lidiar con. Pero es emocionante, ¿verdad? hacer evolucionar, envejecer a un personaje de una novela a otra, ¡sí! y que los lectores lo sigan como si viviera su vida al lado de las suyas, como un amigo, un primo, un amante, un colega, un marido (bueno, tal vez no un marido: Servaz está divorciado) que volvemos a encontrar con gusto cada año… Y de eso habla también la literatura —y ni la ciencia, ni la sociología, ni la filosofía, ni la historia— de la vida: la vida en su forma más cotidiana, más íntima, más personal, más genuina.
MoonMagazine: Para salir del personaje, y centrarnos algo más en la trama y su cocina, compártanos su proceso de documentación, creación y escritura, si es que respetan este orden.
Bernard Minier: Normalmente, esto es el tipo de cosas que nos gusta compartir entre autores, pero no estoy seguro de que realmente le interese al público en general (excepto aquellos que escriben o sueñan con escribir, y sé que son muchos). Digamos que, al principio, me estoy documentando enormemente: soy como una esponja. También podríamos volver a la metáfora del nido de Nabokov que mencioné antes. Cuando hablamos de ciertos temas, nos da una responsabilidad. Responsabilidad hacia nuestros lectores. Cuando leo en una novela, aunque bien escrita, inexactitudes graves sobre el trabajo de la policía, sobre un país, sobre un campo, que demuestra que el autor no ha hecho este trabajo preliminar en serio, me da rabia y el libro pierde todo crédito. Ser un autor de ficción no te otorga todos los derechos. Sin embargo, las mejores descripciones de la peste se encuentran en el Diario del año de la peste de Daniel Defoe y La peste de Albert Camus. Ninguno de los dos ha visto jamás una epidemia de peste. El realismo y la precisión no son un objetivo en sí mismos. Es solo la primera fase del cohete. La segunda es la invención. La tercera es la verdad. Es por eso que trato de visitar todos los lugares de los que voy a hablar, de conocer a gente que domina las áreas que voy a mencionar. Hace poco, por ejemplo, fui a Hong Kong, no para visitar los lugares frecuentados por los turistas sino para ponerme en contacto con la realidad más cotidiana, la más impactante (tenga en cuenta que hay un 90% de gente pobre en Hong Kong). Mong Kok, Jordan, Wan Chai, Nuevos Territorios… Día, noche, callejones, edificios ruinosos formando laberintos de pasillos, escaleras, ascensores, puertas, pobreza, suciedad, vicio, afán de lucro, almas errantes en la oscuridad o en el espejismo de anuncios eléctricos montando al asalto de la noche… y casi cero turista en aquellas zonas. Una vez que regreso, clasifico esta documentación y empiezo a sentar las bases de mi historia. En este punto, necesito a alguien a mi lado que me lleve de vuelta en la dirección correcta cuando sea necesario. Y para eso, por supuesto, es como en el boxeo: necesitas un sparring-partner a tu altura. Tengo la suerte de tener uno muy bueno. Luego, después de algunas semanas, comienza el ejercicio más solitario: escribir. Meses y meses estando a solas con mis personajes, donde tejo, hilo por hilo, este gran tapiz que es una novela.
Las fases de la escritura, según @Bernard_Minier: Realismo y precisión. Invención. Verdad. Hablamos sobre su último éxito, #Noche, y su participación el viernes 13 en la #SemanaNegra de #Gijón @snegra. Share on XMoonMagazine: Toulouse. Sus calles. Su negrura nocturna y las luces en las pequeñas plazas. Su gente. Las carreteras. Cuando hace frío, los momentos en que sale el sol… Tengo la sensación de conocerla personalmente. A ella, porque es claramente ella. ¿Fue consciente de dotar con vida, personalidad y hacer que sea entendida como un personaje más? ¿Es, ademas de ubicación, soporte principal de sus novelas y por qué?
Bernard Minier: Gracias por verla así. Porque sí lo es. ¿Por qué es así? supongo que cada autor tiene sus antojos, sus manías, también sus idiosincrasias. Es verdad que las atmósferas, los decorados, los escenarios, el clima están omnipresentes en mis novelas. Los Pirineos en invierno, Toulouse, las colinas del sur oeste en verano y una pequeña ciudad universitaria, pero también Noruega o los Alpes austriacos bajo nieve… Todos conocemos libros en los cuales una ciudad, una comarca, un país es un personaje más: hay algo muy cinemático aquí. Dicho esto, una novela es lo contrario de una pelí o una serie de televisión: mientras el espectador recibe imágenes y sonidos de una manera pasiva y unívoca, el lector colabora con el autor, se apodera del libro y llena los vacíos con su imaginación, poniéndoles caras a los personajes, reconstruyendo los decorados… Leer es una actividad infinitamente interactiva y colaborativa. Es por eso que nada puede reemplazar en la mente de un lector la experiencia total que es leer un buen libro.
Leer es una actividad infinitamente interactiva y colaborativa. Nada puede reemplazar en la mente de un lector la experiencia total que es leer un buen libro. @Bernard_Minier presenta #Noche en la @snegra. Share on XMoonMagazine: Por supuesto, la música. Eterno Mahler igual que eterno el castigo. Sus piezas son antesala en todas y cada una de sus novelas. En Noche tiene el efecto de «cuidado, aquí va a pasar algo. Grave. E inminente». ¿Utiliza su sonido como anticipativo? ¿Es otra de las herencias del pasado de Martin?
Bernard Minier: Mahler… Mahler… Qué historia… ¡En Polonia, un país de amantes a la música, un periodista y musicólogo bien informado me cuestionó como si fuera yo un especialista del genio austríaco! ¡Numerosos lectores me dicen que comenzaron a escuchar a Mahler aunque antes ni siquiera escuchaban a Mozart! Me sentí furioso cuando descubrí que los diseñadores de la serie Glacé (ahora transmitida en 190 países a través de Netflix) acababan de evacuar la música de Mahler que están escuchando tanto Martin como su mejor enemigo Julian Hirtmann. La verdad, no es solo Mahler: hay un soudntrack, una banda sonora para cada novela: con pistas de rock indie que escucha Esperandieu, el metal de Samira Cheung y de Margot (la hija de Servaz), etc. Se va de Mahler, Debussy (en Noche) y Madame Butterfly (en No apagues la luz) a Last Shadows Puppets, Guns N ‘Roses y Marilyn Manson, entre otros… Miro ahora una serie de Showtime, Billions, llena de piezas de buena música. ¿Por qué no hacer lo mismo en una novela? Y luego, sobre todo, la música dice algo sobre cada personaje, permite caracterizarlos sin tener que explicar: «dime que escuchas, te diré quién eres…» En cuanto a Mahler como otra herencia del pasado de Servaz, no vamos a anticipar: la respuesta llega pronto en Noche.
MoonMagazine: Como seguramente ha notado, esta entrevista busca la manera. Encontrar su forma y escuchar la voz. Pero los lectores necesitan el ancla a su Noche, que hace apenas unos meses editó Salamandra en su colección Black Salamandra. Díganos por qué deben elegir(la), qué ingredientes ha utilizado y qué parte del pasado ocurre en este presente.
Bernard Minier: Si, la busca y la busca bien… Me gusta… Espero que ya hayamos contestado en parte a esta pregunta en esta entrevista. Hay miles de novelas notables para leer en las librerías, una mina casi inagotable de alegrías de lectura, momentos irremplazables, riquezas sin fin, donde cada lector encontrará para el resto de sus días algo para escapar, reflexionar, ser conmovido, entretenido y alerta, reír, llorar, sorprenderse, examinar lo que hace nuestra humanidad común… ¿Por qué Noche en lugar de otra? Aconsejo al lector de esta revista, ahora que sabe un poco más del autor y de sus novelas, levantar la tapa de Noche, o cualquier otra de mis novelas, e ir a ver lo que sucede en el interior. La respuesta está ahí…
MoonMagazine: Inevitable pregunta despedida: ¿alguna vez Martin tendrá una vida amable? Lo veremos enterrar sus fantasmas y no a sus muertos? ¿Podrá, al fin, escapar de las sombras nocturnas que lo persiguen y marcan su paso?
Bernard Minier: Deberíamos preguntárselo…
#novelanegra. @Bernard_Minier estará el viernes 13 en la Semana Negra de Gijón @snegra: a las 19:30 en la Carpa del Encuentro, con Ángel de la Calle y Lourdes Pérez. Presentación de #Noche @SalamandraBlac. Share on X
No lo olviden, Bernard Minier estará el viernes 13 en la Semana Negra de Gijón: a las 19:30 en la Carpa del Encuentro, con Ángel de la Calle y Lourdes Pérez.
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