Siete consejos para sobrevivir en un mundo infeliz. Especial escritores

Sobrevivir en un mundo infeliz. Siete consejos para escritores

Vivimos en un mundo infeliz, lleno de personas infelices que no soportan sus existencias grises. Tranquilo, no pasa nada. Sigue estos consejos y serás uno de ellos.

¿Tienes éxito como #escritor? Tranquilo, yo te ayudo a fracasar. #consejos @txaro_cardenas Share on X

1.—¿Eres un tipo brillante? Si la respuesta es afirmativa, piénsatelo mucho antes de iniciar tu carrera literaria. De esta manera te evitarás muchos problemas.

2.—A pesar de que lo has evitado por todos los medios, tu trabajo está siendo reconocido por su calidad etc., etc. No desesperes, tu constancia hará que finalmente fracases. Entonces ya no tendrás nada que temer.

3.—Eres tan bueno en tu profesión que ya no hay manera de disimularlo y te llueven las entrevistas. Calma. Revisa las preguntas y pon especial atención en aquellas en las que te tienes que «mojar». Responde lo contrario de lo que piensas. Te van a crucificar igual.

4.—Consejo dirigido al escritor que se promociona en las RRSS: ¡No lo hagas! Nunca se sabe quién lo va a ver… En lugar de anunciar tu nueva novela, postea fotos de gatitos y chistes de mepongoloscalzoncillosdelrevés.com. Los envidiosos pasarán de largo. Total, para lo que vas a vender…

5.—Si eres de los que han seguido el consejo 1, 2 y 3 y aun así, tienes ganas de notoriedad, este es el punto ideal para ti: abre una cuenta en Facebook, otra en Twitter y opina. Da lo mismo que no domines el tema, opina, critica, haz saber al mundo que estás en contra de todo y de todos. La claridad es opcional. El buen criterio, lo de menos. Que los moradores de este mundo infeliz sepan que te has ganado tu tribuna. Además, el linchamiento está de moda.

6.—No me has hecho caso. Eres jodidamente bueno y la gente, tarde o temprano, lo sabrá. En tu oficina piensan que eres raro. Un tarao. Simula tu muerte, hazte la estética, falsifica el pasaporte y cruza la frontera cuanto antes, no sea que cambien de opinión y te la «armen gorda» (es una metáfora, no tengo nada en contra de las mujeres de talla grande, yo misma como muchos dulces. ¡Perdón, no quise decir que la obesidad se deba a la glotonería! Bueno, los trastornos alimenticios tampoco merecen semejante calificativo. Me estoy metiendo en un lío gordo, ¿no? ¡Grande, quise decir grande!)

7.—Has tomado nota de todo lo dicho y lo estás poniendo en práctica. ¡Enhorabuena! Si quieres rematar la faena (vale, la expresión tiene connotaciones taurinas, perdón), ¡hazte *poeta! Es la única manera de formar parte de este mundo infeliz sin que nadie se meta contigo.

Y ahora, para que constes como un auténtico morador de este mundo infeliz, descarga tu diploma en este enlace.

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Bueno, como no funciona, lo descargas directamente…