No ha transcurrido un año desde su estreno en el National Theater, en Londres en abril de 2017, y Consentimiento ya se ha estrenado en el Teatro Valle-Inclán, en Madrid, bajo la dirección de Magüi Mira.
Una modesta mujer es violada el día del funeral de su hermana pequeña. Ella está borracha, no denuncia inmediatamente y las normas procesales, que no entiende, le juegan una mala pasada. El abogado de la otra parte logra sembrar la duda entre los miembros del jurado, que absolverán al agresor.
La víctima, pues, es cuestionada y enredada en los procedimientos legales. Es uno de esos casos en los que la ausencia de protocolos en el tratamiento hacia la víctima convierte el mero acto de denunciar en un suplicio tan ominoso como la misma violación. La víctima, en efecto, es violada dos veces. Una de ellas en público, ante un jurado.
El estreno londinense de Consentimiento precede apenas en unos meses al estallido de los movimientos derivados del me too. Es obvio, la preocupación está en el aire, pero el hartazgo viene de largo. Pero, además, la obra de Nina Raine tiene todos los elementos para convertirse en una obra de gran recorrido: un dilema moral bien planteado, unos personajes fuertes caracterizados por pequeños detalles, una evolución personal que los lleva de la hybris a morder el polvo, unas conversaciones ácidas, un diálogo chispeante que pronto se volverá en contra de sus protagonistas («¿Qué has estado haciendo?» «He estado violando a pensionistas»), la evidencia de las trampas del lenguaje, de la demagogia, de la sofística, del poder de la palabra para ejercer el dominio sobre el otro, para imponer la injusticia…
La carga forense de la obra no se limita al descubrimiento de quién sea el culpable, o quién el jurista más hábil, sino que expone el meollo de las teorías conflictualistas del derecho (marxistas, altermundistas, feministas y defensores de los derechos humanos están de enhorabuena): el derecho es una herramienta de clase que sirve para apuntalar la injustica y generar más conflicto.
Así, al abogado del agresor no le gustan las víctimas (pues todos somos culpables) como también aborrece la empatía. Se burla, de paso, de los abogados de los derechos humanos («ahí no hay dinero»). La mofa no se detiene ahí, sino que se concreta sobre esa pobre mujer que «no sabe juntar dos palabras». Se determina así el dominio de los letrados sobre las clases menos favorecidas.
Por eso, la decadente alegría de los sustentadores de ese statu quo nos insulta. Su triunfo social es pura arrogancia. Y por eso la obra, de gran duración, se divide en dos mitades que son los dos lados de un espejo. A la vuelta al patio de butacas, nos encontramos con una segunda trama, simétrica a la anterior: esta vez la violación se produce en el seno del matrimonio del abogado, el mismo que jugó a ser Dios. Ahora él es el agresor. Mantiene la arrogancia, pero pierde la calma. Y ahora es él quien pierde la capacidad del lenguaje. Traumatizado por los hechos, es incapaz de explicar qué le ocurre. Nadie, en cambio, se mofa de él, sino que lo reconfortan.
Se ha calificado la obra de Nina Raine de feminista, pues expone la realidad, lo cual es revolucionario: nos invita a juzgar por nosotros mismos.
Magüi Mira dirige esta versión magnífica en castellano para el Centro Dramático Nacional. El elenco, con Clara Sanchis, Pere Ponce, Candela Peña, David Lorente, Nieve de Medina, María Morales y Jesús Noguero, es excelente. La escenografía de Curt Allen Wilmer es espectacular y justificadísima. El movimiento de Toni Espinosa, el espacio sonoro de Bruno Tambascio, la luz de José Manuel Guerra, logran crear un espectáculo total, de gran formato, que perdura en la memoria.
#CONSENTIMIENTO, de NINA RAINE, Diversas maneras de decir NO. Dirige @maguimira @centrodramatico MAGNÍFICOS David Lorente, Nieve de Medina, María Morales, Jesús Noguero, @candela_penya, Pere Ponce, @CSanchisclara Reseña @avazqvaz Share on XLa obra es tan rica y tan compleja que admite una segunda visita. Si me permiten la comparación, Consentimiento se sitúa entre los recientes clásicos contemporáneos a la misma altura que Incendios, de Wajdi Mouawad.
No se la pierdan. Actualmente y hasta el 29 de abril, Consentimiento se representa en el Teatro Valle-Inclán, en Madrid.
Consentimiento
Autora: Nina Raine
Traducción: Lucas Criado
Versión y dirección: Magüi Mira
Reparto: David Lorente, Nieve de Medina, María Morales, Jesús Noguero, Candela Peña, Pere Ponce y Clara Sanchis
Escenografía: Curt Allen Wilmer (AAPEE) con estudio dedos
Iluminación: José Manuel Guerra
Vestuario: Ana López Cobos (AAPEE)
Música y espacio sonoro: Bruno Tambascio
Movimiento: Toni Espinosa
Ayudante de dirección: Juanma Romero
Producción: Centro Dramático Nacional
Con la colaboración de British Council
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