En 1999 la Unesco proclamó el 21 de marzo como Día Mundial de la Poesía, celebración que coincide con el equinoccio de primavera. No es casual, primavera y poesía tienen mucho que ver: la eclosión de ambas conlleva renovación y, por supuesto, esa belleza intangible que traspasa los límites del pensamiento para materializarse en un poso que se instala en los sentidos abriéndolos a infinitas vivencias. Como «invoca» Huidobro en el inicio de «Arte poética», el verso es la llave de la experiencia poética:
Que el verso sea como una llave
Que abra mil puertas.
Una hoja cae; algo pasa volando;
Cuanto miren los ojos creado sea,
Y el alma del oyente quede temblando.
El colectivo Artistas Creadores de MoonMagazine se suma a este Día Mundial de la Poesía y proclama su particular «estado poético» en Tras la estela de los grandes poetas, un ejercicio poético coral en el que cada autor dedica su poema a un poeta de su elección. Respeto, influencia y admiración se dan cita para crear algo más que belleza.
Dijo Octavio Paz que «la poesía es conocimiento, salvación, poder y abandono. Operación capaz de cambiar al mundo, la actividad poética es revolucionaria por naturaleza; ejercicio espiritual, es un método de liberación interior».
Teniendo sus palabras en cuenta, os invito a hallar, en este viaje por el verso, la llave que os acerque al pequeño Dios que habita en cada poeta, capaz de crear mundos, iluminar realidades, alterar percepciones y liberaros.
Gracias.
La poesía es el nacimiento intelectual de la humanidad.
Carla Gavioli
Nuestros poetas y sus poetas en el Día Mundial de la Poesía
Ainhoa Martínez Retenaga: Angelina Gatell
José María García Plata: José María Gabriel y Galán
Pilar Molina García: Leopoldo María Panero
Silvia Savall: Pedro Salinas
David Fueyo: Antonio Machado
Víctor Filgueira: Pablo Neruda
¿Empezamos?
Feliz Día Mundial de la Poesía.
Tras la estela de los grandes poetas
A Angelina Gatell
«…salgo a la calle, aparto con denuedo
la oscuridad y pregunto,
—por si alguien lo supiera—
dónde están los cadáveres,
desde donde nos mira
la ausencia de sus ojos…»
A quien corresponda, Angelina Gatell
Soy el amor que redentor ama
Atardece bajo el silencio asolador y desvalido
de mutilaciones sin simiente en las rodillas.
El espejismo de la contorsión tiznó de agostamiento los allozos
y la vida hoy perece inconmovible
despoblada de prontuario y yesca.
Soy los pies que incomponibles me miran.
La orfandad de tantos muertos sin nombre
amamanta con pústulas un cielo impronunciable
y no escucho el crepitar de la ablación infecta
de quienes tullidos de conciencia
y atrofiados por amígdalas amorfas,
proscriben indolentes la fisonomía de una exhumación coagulada.
Soy las manos que desmembradas se elevan.
¿Cómo se torna corpóreo el frío,
cómo cincelador y lapidario,
cómo conspicuo, nítido,
cómo dantesco?
¿Cuándo la ocultación,
cuándo el soterramiento arreció en la memoria
y la voz se desfiguró purulenta y hereje?
¿Por qué si las cunetas arden orbiculares
una flema triangular
expugna los bulbos de almas ya osificadas,
embuchadas,
fariseas,
desafectas?
Soy los ojos que exiliados aúllan.
Siento presagios de partida
bajo las metáforas de mi piel inacabada.
¿Cómo concluir la luz,
cómo engendrar la primavera que soñamos
si este espejo se transfigura ocaso sin aurora?
Soy cada nombre ultrajado,
violado,
desterrado.
Soy la libertad que siempre fuimos,
la libertad que somos.
La libertad que el silencio nunca podrá amordazar.
©Ainhoa M. Retenaga
Día Mundial de la Poesía
#DiaMundialDeLaPoesia #Homenaje a Angelina Gatell. #Poema de @Ainhoa_Retenaga. Soy la libertad que siempre fuimos,/la libertad que somos./La libertad que el silencio nunca podrá amordazar. Share on X
A José María Gabriel y Galán
«¡Quiero vivir! A Dios voy
y a Dios no se va muriendo.
Se va al oriente subiendo
por la breve noche de hoy.
De luz y de sombras soy
y quiero darme a las dos.
¡Quiero dejar de mí en pos
robusta y santa semilla
de esto que tengo de arcilla,
de esto que tengo de Dios!»
José María Gabriel y Galán
Llanto por un poeta
I
Era flamante diciembre.
De púrpura y oro los álamos
exhibían sus ropajes,
pinceladas de un arcano
autor que volcó en el bosque
la sal de su diestra mano.
El astro rey decayendo
se desorientó en los ámbitos
y una nube alba cubrió
el firmamento, manchando
el paisaje. Y los copos,
en la copa del saúco
matizaron sus nudosas
ramas de impoluto blanco.
II
Capa sombría recubre
su cuerpo. Calza camperas
bordadas en hilo de plata,
acicaladas de espuelas.
Sombrero de fieltro alado
luce sobre su cabeza.
El caballo pisa firme.
Crujen las hojas que ruedan
en los bajos del castaño,
el helecho se flagela,
y la nevisca, escarcha ya,
cubre de candor la tierra.
Y no hay camino que guíe,
ni sol ni luna ni estrellas.
Tan sólo el misterio enclaustra
entre paredes de piedra
lo que la noche maquina
con perfidia deshonesta.
Y el reposo grita al monte,
sin que su rumor trascienda
más allá de la hondonada
en la que perdió vereda.
Canta el gallo en la alquería
cuando el alba por la tierra
se publica, y llegan voces
por cañadas y laderas:
—«¿José María…, María…?»
Su alma tonifica presta
al sentirse rescatado
por la gente de su aldea.
Pero mácula de muerte
se ha aferrado a sus esencias
como bejuco en las tapias
de vetustas ruinas griegas.
III
Baja el cierzo rezongando
y Alagón vertiendo lágrimas.
Los pueblos de Extremadura
con viento y río se abrazan,
y sus mensajes de sierra,
de sierras de Salamanca
son fragores inauditos
que nada bueno presagian.
Las corrientes, cristalinas,
largos espejos de agua,
le delatan negro escarche
que se graba en su mirada.
Ya no era quien se ausentó
de su dehesa del alma,
ni los campos que él amó
le estimulan ni le aplacan.
Pues se ha posado en su cuerpo,
se ha enredado en sus entrañas
un injerto de amargura
venido de tierras Charras,
que no logrará arrancarlo
paliativo de farmacia.
IV
¡Ay, campanas del lugar!
—¿Por quién dobláis, compañeras?
—Doblamos por un rapsoda,
lloramos por un poeta
que nardo de invierno crudo
no llegó a ser primavera.
Ay, los pardos encinares,
cómo rezumáis tristeza!
Tanto sol enardecido
al compás de las tareas
y hoy plomizos son los aires
y los corazones, pena.
Gabriel y Galán, se fue,
ha traspuesto a nuevas tierras
sobre su caballo tordo
calzando botas y espuelas.
Y como único equipaje,
un puñado de poemas.
V
Ya eres puente del pasado,
sentir de una breve historia
que se acercó a lo divino
y envuelta va en aureola.
Cuando vueles, gavilán,
cerca de la nube torva
y la lluvia te salude,
y abajo el ciprés te acoja,
y en los lejanos espacios
describas signos con orlas,
y abreves en Alagón,
que del llanto se desborda,
percibirás que no hay muerte,
que son estelas y sombras
las que habitan las anchuras
de metafísica atmósfera.
Y que serás recordado
mientras los hombres respondan
de tu paso por el mundo,
de tus actos, de tus odas…
Porque las canta tu pueblo,
porque tu gente te adora
y cada vez más presente
estará su poeta y obra.
Gabriel y Galán: te fuiste
dejándonos tu memoria,
un vacío en nuestras almas
y un dogma hacia tu persona.
Mientras, por senderos cósmicos
vas al ritmo de tus coplas.
©José María García Plata
Día Mundial de la Poesía
#DiaMundialDeLaPoesia #Homenaje a Gabriel y Galán. #Poema de José María García Plata. Percibirás que no hay muerte,/que son estelas y sombras/las que habitan las anchuras/de metafísica atmósfera. Share on X
A Leopoldo María Panero
Donde hablan los cuerdos
Recuerdo el susurro,
limpiaba la rutina de manicomios
y salidas de emergencia.
Nos hizo más bien de lo debido.
Dulce efecto del “dragón” en las venas,
virtud mística convertida por primera vez.
Le pienso a menudo sentado a un lado de la cama.
Su inconfundible sexo, embraveció
torpezas al provocar mi caos bajo la nieve.
Porque empezar fue aprender en sí,
tuve que volver a quien me dio sus manos,
pues en la misma incertidumbre olí a normalidad,
a historia recién contada, hogar y techo.
Queda bien que le recuerde.
Supón que despierto
y la huída continuara inconformista,
siempre obsesionada
por el lado más oscuro de los mapas…
©Pilar Molina García
Día Mundial de la Poesía
#DiaMundialDeLaPoesia #Homenaje a Leopoldo María #Panero. #Poema de @pilar_moligar. Supón que despierto/y la huída continuara inconformista,/siempre obsesionada/por el lado más oscuro de los mapas…/ Share on X
A Pedro Salinas
Así como lo puro me sustenta,
me ciño al poeta
de espíritu viajero
con alcurnia y garra.
Engrandezco las letras
que se arraigan
trayéndome la voz a ti debida *,
llevándome la razón de amor *
al hallazgo de su materia.
Mentor de blancura indefinida
de translúcidos cánticos,
cántico del verbo y la marea.
Amante y confidente de la propia voz
y la voz de las praderas,
afán
para no separarme
de ti, por tu belleza *.
«Poeta, ¡ay poeta!»,
de agua y candela,
centro del beso y la palma,
velamen contra cinco vientos,
aquí te tengo entre mi todo y mi nada.
*Pedro Salinas
©Silvia Savall
Día Mundial de la Poesía
#DiaMundialDeLaPoesia #Homenaje a Pedro Salinas. #Poema de @silvia_savall. Centro del beso y la palma,/velamen contra cinco vientos,/aquí te tengo entre mi todo y mi nada. Share on X
A Antonio Machado
El hombre que hablaba en verso y vivía en poesía
Machado de camino a Cerbére empapada el alma con toda esta lluvia.
Antonio del brazo de su madre y tan lejos de Castilla.
El poeta pidiendo un vaso de agua sin un céntimo en el bolsillo,
como un hijo de la mar,
como un olmo viejo, hendido por el rayo,
y en su mitad podrido.
El vate que va a morir lejos de sus zarzales florecidos,
que deja en su gabán un último verso como una saeta:
«Estos días azules y este sol de la infancia»
y es imposible que esas palabras no encojan el espíritu
de todos aquellos que con sus versos con él vamos
porque su corazón nos lleva.
Y no puedo evitar que el alma se me retuerza
cuando encuentro su obra poética completa
duodécima edición, publicada por Austral
al precio de dos libros un euro
en una librería de viejo en una ciudad
donde hace tanto calor que una botella de agua cuesta
cuatro obras completas de Machado,
donde un viaje en autobús cuesta tres veces más
y donde mis zapatos cuestan cincuenta obras completas del poeta
que hablaba en verso y vivía en poesía
y que partió en una nave ligero de equipaje en Colliure,
que se fue en la nave que nunca ha de tornar.
Machado enfermo, atusándose el pelo en cada una de esas hojas,
en cada uno de los espejos, de las ventanas, de los autobuses
y las botellas de agua. Machado a la orilla del Duero, en un juncal.
Machado en mis zapatos, Machado en un patio de Sevilla,
Machado cantando a Guiomar.
Y su voz mil veces ciento, cien mil;
mil veces mil, un millón de veces volverá a sonar.
Machado vivo en cada río, en cada primavera,
en todos los días azules y en todos los soles de infancia;
Machado por siempre inmortal.
©David Fueyo
Día Mundial de la Poesía
#DiaMundialDeLaPoesia #Homenaje a Antonio Machado. #Poema de David Fueyo. Y no puedo evitar que el alma se me retuerza/cuando encuentro su obra poética completa/duodécima edición, publicada por Austral/al precio de dos libros un euro. Share on X
A Pablo Neruda
Renace Neruda
Y fue a esa edad… Llegó la poesía
declarándome perplejo ante la nada,
descubriéndome agazapado del mundo,
sin más experiencia que una lluvia palpitante por los huesos.
Llegó como la sangre, indecorosamente empujada en el corazón
como el relámpago que parte el árbol
o la pedrada inalterable del yo mismo,
y yo, como tú, tampoco supe nada y lo supe todo,
saltaron a la vida y al agua las letras imperdonables del plagio,
las canciones intrazables y sin sentido
se apoderaron de mi boca y de mis manos.
Y así, el viento dejó de ser invisible,
pude palpar el fuego
y delinear constelaciones,
suspender el trazo exacto del horizonte,
gritar a la palabra el sentido del silencio
y descarnar la médula de la vasta oscuridad.
Desde entonces ya no hubo calles, ni mapas, ni direcciones.
El amor prendió brújulas y directorios
sin más voluntad que perseguirte.
Me arrancó del espectro temporal
desnudándome en la tormenta,
postrándome en lo incierto como la más cierta postura,
y entonces,
a esa edad… llegó la poesía
y se atrevió a tomar mi mano
como quien toma un beso que le pertenece,
y me obligó a salpicar de sangre y entrañas el espacio en blanco,
a arrancar de la vergüenza el ladrido más impúdico,
a desatar mi corazón en el viento.
©Víctor Filgueira
Día Mundial de la Poesía
#DiaMundialDeLaPoesia #Homenaje a Pablo Neruda. #Poema de Víctor Filgueira. Y me obligó a salpicar de sangre y entrañas el espacio en blanco,/a arrancar de la vergüenza el ladrido más impúdico,/a desatar mi corazón en el viento. Share on X
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