El espartano, de Javier Negrete. En torno a Perseo, el héroe

El espartano, de Javier Negrete

El Espartano, lectura de la que os hablo hoy, ha significado un punto de inflexión necesario, un alejamiento premeditado del género negro y criminal aunque no he dejado de encontrar odios, rencores y rencillas.

La estructura narrativa de El espartano es lineal en el tiempo, con saltos al pasado de algún personaje que implican al protagonista o refuerzan la historia. La novela está dividida en seis partes, cada cual corresponde a una etapa en la vida del protagonista, Perseo, desde los albores de su inexperta juventud hasta la madurez del hombre en el que se convierte. La trama está muy bien conectada entre todos los capítulos a través del narrador omnisciente, que es quien cuenta la historia de este héroe espartano. Los diálogos enriquecen la lectura utilizando un lenguaje sencillo que sorprende ya que podría situarse en la actualidad, ofreciendo modernidad al texto. No olvidemos que, como dice la nota escrita al final de la novela, se terminó de escribir «dos mil cuatrocientos noventa y seis años después de la victoria de los griegos frente a los persas»  y ese es, justamente, el principal argumento que deja en vilo al lector durante toda la historia, pero hablaré de ello un poco más adelante.

Javier Negrete se ha documentado de forma exhaustiva, tomando (como bien dice en la nota del autor) la referencia del historiador Heródoto de Halicarnaso, cuya obra titulada Historias fue escrita, aproximadamente en el año 430 a.C. En esta obra, el autor nos cuenta los enfrentamientos —las Guerras Médicas— entre griegos y bárbaros, sobre todo persas. Pero Javier no se queda solo ahí. Se deduce de su nota del autor que, aunque el hilo argumental ha ido de la mano de Heródoto, han debido ser consultadas más fuentes como Tucídides o Jenofonte. En ese aspecto, la novela ofrece unos detalles muy veraces, tanto sobre la forma de vida de los griegos, como en las ubicaciones físicas de una época convulsa, en la que los espartanos veían con recelo el acercamiento de Persia a sus fronteras.

Los párrafos bien dimensionados y las frases de perfecta longitud ofrecen una lectura muy agradable y consecutiva que, acompañada de un buen ritmo en el discurso, consiguen que El espartano no aburra al lector en ningún momento.

¿Qué historia nos cuenta El espartano?

Las Termópilas, agosto de 480 a.C.

Javier Negrete ha elegido como anacronía de la novela el in media res, es decir, comenzar la narración en un punto avanzado de la historia.

Como dije antes, El Espartano nos habla de Perseo, hijo de Damarato, rey destronado de Esparta. La historia es un fiel reflejo del tesón y la fuerza que el pueblo espartano, encarnado en el héroe Perseo, demuestra frente a las tropas persas del rey Jerjes. Este personaje no se materializa en ningún momento, pero la fuerza con la que domina el pueblo persa está latente. Los espartanos no son hombres ni mujeres que se amedrenten ante el invasor. De hecho, la impresión que el lector se llevará de este pueblo responde muy bien al ideario popular: valientes, fuertes y libres, aunque también nobles y unidos.

Jerjes quiere invadir Esparta y un séquito de embajadores llega a la ciudad para ofrecer un acuerdo. Pero para ello debe enfrentarse al mejor guerrero espartano que exista y Perseo aparece frente a él, desafiante pero inexperto. Perseo es hijo de un rey por lo que nunca ha sido instruido en la agogé, campamento de régimen militar donde los niños comenzaban su educación a los siete años. Pero Perseo fue instruido dentro de los muros de su palacio así que el resultado del enfrentamiento desatará terribles consecuencias para él, para su padre Damarato y para todo el pueblo de Esparta. Sin embargo, sorprende que estas consecuencias sean fruto del valor y nobleza de Perseo por un detalle, un momento que lo cambia todo, que el lector deberá averiguar.

A partir de entonces Javier nos muestra la vida de Perseo durante batallas épicas, escenas cruentas de supervivencia, momentos de pasión y erotismo incluso inconmensurables reflexiones que se hace el propio protagonista. Existe un giro increíble de la historia, muy dramático, que lo cambia todo, pero donde Perseo, lejos de rendirse, vuelve a levantarse para llegar a su objetivo.

Perseo es un personaje que se nos clavará en el corazón con su lanza de doble punta porque Javier lo ha perfilado a la perfección, mostrando su parte más humana en ocasiones donde la desesperación le aflige, pero también le colma el amor. Sin embargo, la dualidad que todos tenemos se refleja en Perseo cuando se llena de valor y furia ante lo que cree injusto.

Opinión

Como algunos sabréis, las novelas que reseño son leídas por Siri mientras voy en el coche, paseo, acudo al gimnasio o hago alguna otra actividad que me permite estar atento a la locución. Eso me permite dos cosas: una, sentir qué experimenta una persona invidente al «leer» una novela y detectar elementos que entorpecen su lectura como, por ejemplo, imágenes durante la narración que son conversaciones de chat o mapas e ilustraciones o palabras mal escritas. La segunda es que el nivel de atención aumenta, pues si la historia engancha en el papel, escucharla te deja atrapado. Es como si un amigo te contara una historia: puede ser un auténtico tostón y decides comenzar a pensar en la cesta de la compra o no dejar de mirarle a los ojos porque deseas seguir escuchándole.

Este último caso es lo que me ha ocurrido con El Espartano. Javier ha conseguido dejarme en vilo durante toda la historia y aunque la vida de Perseo es conocida por una gran parte de la población y puede ser consultada en otras obras, no ha dejado de sorprenderme la pasión con la que ha escrito esta obra y el modo en el que la he disfrutado.

Mi experiencia personal ha sido espectacular, he disfrutado con El espartano y la recomiendo al cien por cien. En el caso de la locución no existen elementos que impidan una audición continuada y de calidad.

Puntuación

Cinco sobre cinco.

Reseña de David de la Torre