Hoy, en El Tocadiscos, un trozo de sueño con Only You, de The Platters

Only you can make all this world seem right
Only you can make the darkness bright

Hoy, en El Tocadiscos, un trozo de sueño con Only You, de The Platters

Por J. J. Conde

Naturalmente que la recuerdo. Ahí está, fotografiada y amarilla, atravesando la bruma de mi rostro coloreado por las primeras sensaciones del amor. Como hada de Gustavo Adolfo Bécquer, apareciendo y desapareciendo. De cabellos de oro. De cuerpo de plata y aroma de marisma… Y es que al igual que un amanecer marinero, asomaba su vida por entre las rendijas de la puerta amarronada de mi casa de la plazoleta.

Naturalmente que la recuerdo. En esa plazoleta y en esos paseos y encuentros interminables a lo largo de la acera del «Estadio». En esa plazoleta la recuerdo. La recuerdo en esa plazoleta como un grito que deja el viento clavado en las retinas para siempre. Que en esa plazoleta, solamente tú. En ese trozo de mis sueños, solamente tú, solamente tú… solo tú.

Only you: la accidentada historia de un éxito

Por Moon

Only you can make all this change in me
For it’s true, you are my destiny

Sin Buck Ram, aquel gris cuarteto de doo wop que se hacía llamar The Platters nunca habría pasado a la historia de la música moderna, pero, afortunadamente para el mundo —y para ellos, por supuesto—, el destino quiso que los cuatro componentes del grupo y el abogado, productor, compositor y arreglista se conocieran e iniciaran una carrera juntos que acabaría deparándoles grandes éxitos, convirtiendo a The Platters en un grupo de referencia dentro de la música negra.

Buck Ram supo extraer lo mejor del grupo, subrayó sus potencialidades y fue capaz de que los aspectos más débiles de la formación desaparecieran como por arte de magia.

Lo primero que hizo fue dotar de protagonismo vocal a Tony Williams, el cantante de The Platters y único capaz de asumir el papel de solista, ya que el resto no reunía las cualidades necesarias para ello.

O sea, Moon, que no sabían cantar…

No, solo sabían hacer los coros. Además, se llevaban fatal. Pero esa es otra historia…

Sigue, sigue.

El siguiente paso fue agregar una voz femenina. Ella se llamaba Zola Taylor, tenía quince años y había cantado con The Queens. Solucionada la parte vocal, solo restaba crear un éxito, y fue aquí donde el talento creativo de Ram se reveló en todo su esplendor, ya que buena parte del triunfo de Only you y del resto de composiciones que encumbraron al grupo se debe a este genio de la composición, que ya había demostrado su valía con artistas como Duke Ellington, Glenn Miller, Ella Fitzgerald…

Sus composiciones eran generalmente baladas de estilo rhythm and blues que incluían arreglos orquestales con tercetos de piano y una poderosa sección de cuerda, que junto a la voz aguda de Williams, originaban un sonido único.

El rhythm and blues no era nada nuevo para mí. Crecí cerca de una iglesia bautista, en Chicago, y solía entrar para escuchar la música. Si hay un secreto en el modo en que escribo, es el uso que hago del sonido aprendido de las canciones que escuchaba en la iglesia.

La primera grabación de Only you fue un desastre. Los cantantes se mostraron nerviosos, tuvieron que emborrachar a la pobre Zola para que se tranquilizara. Finalmente, la Federal no editó  el disco y tuvieron que grabar con Mercury Records, que tampoco confió demasiado en el proyecto, sufriendo, incluso, una especie de plagio por parte de un grupo llamado The Hilltoppers, quienes copiaron Only you y la convirtieron en un éxito en algunas ciudades.

¡Qué poca vergüenza, Moon!

Así fue, pero la sorpresa no tardó, en forma de un encargo que les llegaba desde Seattle: cinco mil discos.

A partir de ahí, todo fue coser y cantar: The Great Pretender, My Prayer, Smoke gets in your eyes, Harbour lights…

When you hold my hand I understand the magic that you do

You’re my dream come true, my one and only you

Only you

J. J. Conde

Txaro Cárdenas