Ese mundo desaparecido, de Dennis Lehane

A  Joe Coughlin, el protagonista de Ese mundo desaparecido, la última novela de Dennis Lehane, yo ya lo conocía. Comenzaba 2012. Fue el primer libro que leí aquel año. Se titulaba Cualquier otro día y en él conocí a los Coughlin. El auténtico y total protagonista de esa novela, aparte de la ciudad de Boston, era Danny Coughlin, policía, hijo de policía y hermano de un ayudante de fiscal. Pero en esa familia había otro Coughlin de nombre Joe. Estamos en el primer cuarto del siglo XX, en los años de la Gran Guerra, y «Joe tenía once años y era bajo para su edad, aunque Danny sabía que lo compensaba siendo uno de los niños más duros en un barrio de niños duros».

En Vivir de noche, la segunda novela de la serie, Joe se ha convertido en el protagonista indiscutible. Han pasado los años y ya estamos a mediados de la década de los veinte. Joe, que ha iniciado su carrera de delincuente con pequeños robos en las calles del barrio irlandés de Boston, va teniendo cada vez más importancia entre los gángsteres que medran al amparo de la Prohibición y de otras prohibiciones. Su ascenso le llevará a Tampa, en Florida, y a la isla de Cuba como embajador de Tommaso Pescatore.

Si Vivir de noche nos muestra el esplendor de Joe en el mundo del hampa, en Ese mundo desaparecido encontramos a un hombre alejado, hasta cierto punto, de los negocios ilegales, volcado en el cuidado de su hijo Tomás, el hijo que Graciela le dejó en herencia al morir asesinada siete años antes. El niño tiene ahora casi diez años y empieza a entender y a ver cosas extrañas, en el ambiente que le rodea, entre el cariño sin fisuras que siente por su padre y la añoranza y los recuerdos, casi oníricos, que tiene de su madre.

Estamos en diciembre de 1942 cuando tiene lugar una reunión en la que grandes hombres de la política y los negocios se reúnen en un hotel de Tampa, Florida, para una cena que tiene como motivo principal recaudar fondos para la guerra. Seis meses después, ante una fotografía del evento, un periodista del Tampa Tribune «se llevó una sorpresa al ver la cantidad de asistentes a esa cena de recaudación de fondos que habían acabado saliendo en las noticias locales, ya fuera por asesinar a alguien o por morir asesinados».

Lo que nos cuenta Ese mundo desaparecido son los acontecimientos que tuvieron lugar en esos seis meses y que llevaron a que muchos de los que aparecían en aquella foto acabaran muertos al cabo de ese tiempo.

Joe Coughlin es un hombre respetable capaz de reunir en su fiesta a todos los poderosos de la ciudad, en un intento de recaudar fondos para una guerra que se está llevando a muchos de sus antiguos empleados. Según rumores que corren por la ciudad, Joe fue en su tiempo, un importante gángster; según rumores que corren por la ciudad, aún no ha abandonado ese mundo. La verdad es que, teóricamente alejado de los negocios ilegales, en la práctica, Joe es el principal consejero de Dion Bartolo, el jefe de la familia Bartolo, de quien es amigo desde la infancia en Boston. Además ha sabido ganarse el respeto del resto de las familias y facciones: los negros de Montooth Dix, atrincherados más allá de la Calle Diez, los locos de Lucius Brozjuola, Rey Lucius, atrincherados en su barco al que sube gente que no vuelve a bajar (hay sospechas de que se los comen los Andrófagos).

De esa forma, Joe, va de unos a otros negociando paces, disipando suspicacias, mediando en negocios que a todos favorecen y a todos enriquecen. Por eso resulta extraño a todo el mundo que alguien intente asesinarlo, pero ese es justamente el soplo que le llega a Theresa Del Fresco a la cárcel de Tampa donde reside desde que se deshizo de su marido, Tony. Y es que, tras menos de dos años de matrimonio, «Theresa había llegado al límite. Él, en cambio, aún no había llegado al suyo, y por eso la golpeó con una botella de vino y ella acabó aplastándole la puta cabeza con un mazo». Y Theresa, que trabaja para Rey Lucius y teme por su seguridad en prisión, ofrece vender a Joe la información a cambio de que él interceda por su vida, aunque ni ella misma se imagina qué enemigos puede tener Joe a pesar de moverse en un negocio en el que todo el mundo los tiene.

A partir de ese momento, con Joe tratando de averiguar quién lo quiere matar el Miércoles de Ceniza, para el que quedan pocos días, se van a desatar toda una serie de hechos que van a poner un punto de inquietud, si no el punto final, en la apacible vida de Joe con su hijo y en la no tan apacible, pero relativamente estable vida de los clanes mafiosos de Tampa.

Para complicar aún más las cosas, la Guerra Mundial está en pleno auge y Matthew Biel, de la Inteligencia Naval, se pone en contacto con Joe dando a entender que hasta los ambientes gangsteriles son susceptibles de ser infiltrados por espías extranjeros.

«—No vamos por usted. Ni por ninguno de ustedes […]

—Entonces, ¿por quiénes van?

—Saboteadores nazis, saboteadores japoneses, cualquiera que pueda infiltrarse en el litoral y cometer actos de violencia contra el gobierno».

Claro que el precio que pone Joe para colaborar con el Gobierno en forma de la libertad para Charlie (Luky) Luciano, preso en Dannemora, es más de lo que Matthew Biel está dispuesto a negociar.

Y, finalmente, a todo ello hay que sumar a un niño rubio de unos seis o siete años que, con el semblante desdibujado y la ropa pasada de moda, empieza a aparecerse ante Joe. Es como un espectro que no se sabe si trae un mensaje del pasado o una premonición para el futuro, pero, a medida que las apariciones se van repitiendo y los rasgos del niño se van definiendo, se va haciendo más patente su parecido con la familia Coughlin.

#EseMundoDesaparecido Nuevo éxito de @Dennis_Lehane. @Salamandra_Ed @RosaBerros Share on X

En los pocos días que quedan hasta el Miércoles de Ceniza, Joe intentará mediar entre algunos hombres de la familia Bartolo y Montooth Dix, un hombre que se ha ganado su admiración y respeto y es que «la mayor parte de los miembros de la élite de Tampa nunca había visto a un negro en sus fiestas, salvo que llevara una bandeja en la mano, pero Montooth Dix se desenvolvía entre aquella muchedumbre de blancos como si diera por hecho que eran ellos quienes debían servirle»; tendrá que negociar con el Rey Lucius, un hombre al que no respeta, pero sí teme como le temen todos. «Charlie Luciano en persona había dicho en una ocasión que no quería acercarse al diablo en este mundo más de lo que se había acercado ya a su cancerbero, el Rey Lucius. Meyer (Lansky) se negaba a tratar con Lucius cara a cara y hasta Joe llevaba quince años evitando a ese hombre siempre que le resultaba humanamente posible».

Joe mediará con unos y otros, intentará descubrir los planes para asesinarle, intentará, al menos, poner a salvo a su hijo, descubrirá traiciones y recordará el pasado; se recordará en el pasado y hasta puede que añore, en medio de su tranquilidad (relativa) actual, su etapa activa en el hampa, aquel 15 de marzo de 1933 en que murieron, casi a la vez, pero en distintas circunstancias, veinticinco hombres. Tal vez añore la guerra del ron en Tampa, los años dorados de la Ley Seca; tal vez añore su propia juventud perdida o el amor arrebatado.

En esos días que culminarán en el Miércoles de Ceniza y se prolongarán en Cuba como un final que se niega a venir aunque ya es inevitable, volverá a tener en sus manos un reflejo de aquellos tiempos, pero Joe ya no es joven, tiene un hijo y todo tiene sabor a cenizas de un pasado que es imposible recuperar.

Ese mundo desaparecido, de Dennis Lehane, es la mejor novela de gánsteres desde El padrino. Una historia espectacular, un final demoledor» ha dicho Stephen King de esta novela. Yo no me atrevo a decir tanto, pero desde luego, es una gran novela. A mí me gustó más la primera de la trilogía, Cualquier otro día, pero esa no se puede decir que sea una novela de gángsters. En cualquier caso, si hay un escritor capaz de llevarnos a los años dorados de la mafia y a su decadencia; de retratar aquel mundo mítico y transmitirnos toda la gloria que puede esconderse en su miseria; ese es Dennis Lehane, Premio Pepe Carvalho 2017.

 

Gran #novela sobre el mundo mítico de la #Mafia y su decadencia: @Dennis_Lehane @RosaBerros Share on X

 

 

Ese mundo desaparecido

Nº de páginas: 352 págs.

Encuadernación: Tapa blanda

Editorial: S.A.) SALAMANDRA (PUBLICACIONES Y EDICIONES SALAMANDRA

Lengua: CASTELLANO

ISBN: 9788498387773

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Ese mundo desaparecido, Dennis Lehane

Reseña de Rosa Berros Canuria