El Museo Nacional Thyssen Bornemisza de Madrid ofrece desde el pasado día 18 de junio una exposición temporal denominada Balenciaga y la pintura española. Cualquier curioso o aficionado a la moda española sabe de la maestría de este sastre getarriara, de cuyo magnífico buen saber hacer ofrece suficiente muestra el Cristóbal Balenciaga Museoa que en su localidad natal se abrió el año 2011. Entonces ¿qué tiene de novedoso esta exposición? Fundamentalmente, poner en relación el arte efímero de la moda textil con el más duradero de la creación pictórica, y más en concreto con la pintura española de los siglos XVI al XX.
Hasta el 22 de septiembre #BalenciagaThyssen, la exposición temporal que une el #arte efímero de la #moda textil con el más duradero de la creación pictórica. Bellísima muestra en el @museothyssen. Nos lo cuenta @juancargalan. Share on XUn recorrido por la Exposición Balenciaga y la pintura española
La exposición, comisariada por Eloy Martínez de la Pera, pone en diálogo 90 trajes diseñados por este modisto de Getaria con 56 cuadros de pintores españoles de los siglos XVI al XX. Las prendas de vestir proceden de instituciones como el Museo Balenciaga de Getaria, el Museo del Traje de Madrid, el Museu del Disseny de Barcelona, así como de colecciones particulares nacionales e internacionales; por su parte los cuadros han sido cedidos para el evento por particulares como la Casa de Alba, Abelló o Alicia Koplowitz, y por museos de ámbito nacional como el Museo del Prado, el Museo de Bellas Artes de Bilbao, el Lázaro Galdiano o el propio Thyssen Bornemisza que alberga la muestra. Es un diálogo atípico, al que el visitante de exposiciones no suele estar habituado, pero que sirve para ver que en Balenciaga el dicho terenciano de «Nada de lo humano me es ajeno» se hace realidad.
Balenciaga y el Arte
Como reza el folleto que facilita el recorrido por la muestra, Cristóbal Balenciaga Eizaguirre (Getaria, 1895 – Jávea, 1972) conoce de primera mano la pintura española desde su infancia a través de los cuadros que poseían los marqueses de Casa Torres en Getaria y que él contemplaba en Vista Ona, el palacete de los señores donde su madre trabajaba de costurera. La exposición recibe al visitante con tres cuadros procedentes del Museo del Prado que formaron parte de la colección de los marqueses y tres o cuatro prendas de vestuario creadas por el modisto. De las prendas sorprende especialmente un conjunto de chaqueta y vestido en color rojo que parece sacado del magnífico cuadro El cardenal don Luis María de Borbón y Vallabriga de Francisco de Goya que, imponente, preside la primera sala de la exposición titulada «Balenciaga y el Arte»
A partir de esta entrada las creaciones del modisto se distribuyen en otras cinco salas: tres bajo la advocación de pintores señeros españoles —el Greco, Zurbarán y Goya— y otras dos rotuladas de manera más genérica: «Pintura española de Corte» y «Los Siglos XIX y XX». En cada una de ellas se puede observar la influencia cierta o muy verosímil de algunas pinturas con los diseños del creador: a veces es el color como en la sala de El Greco; otras, son los volúmenes, pliegues y texturas como en la de Francisco de Zurbarán; o, como en la de Francisco de Goya, son los tules y encajes, además del color, el motivo de la relación.
De la pintura española de Corte a los Siglos XIX y XX
En las otras dos salas que he denominado genéricas se impone, en la primera, la elegancia del negro característico de la Corte española de Felipe II en contraste muchas veces con el blanco como el cuadro de Juan Carreño de Miranda Dª Mariana de Austria; también la belleza floral presente en los bodegones, junto a la riqueza ornamental de los vestidos ceremoniales y/o de novia de Balenciaga parecen inspirados en los que lucen en la sala los personajes femeninos de los cuadros de Sánchez Coello o Rodrigo de Villandrando.
Es en la última sala, la dedicada a Los siglos XIX y XX, donde se ve más a las claras la conexión entre algunas creaciones pictóricas y prendas de vestuario creadas por el guetariense. Tal es el caso del Vestido de cóctel en tafetán con tiras bordadas de algodón (año 1955) inspirado sin duda o, al menos, muy posiblemente en La bailaora Josefa Vargas de Antonio María Esquivel; e igual sucede con el Deshabillé en terciopelo y guipur (año 1945) que bien podría estar inspirado en Flor de santidad (1910) del pintor Julio Romero de Torres.
Sólo he echado en falta en esta muestra por eso de matar la curiosidad insana que, junto a la perfecta nominación y datación de vestidos y cuadros que sí aparece, se diese siquiera alguna pista orientativa del cliente o la cliente para quien Balenciaga confeccionó la prenda que se exhibe. En mi ignorancia tan sólo el vestido de novia que aparece vecino al cuadro de Zurbarán Fray Francisco Zumel sé que fue el que lució Fabiola de Mora y Aragón de Bélgica en su boda con el rey Balduino de Bélgica. Pero del resto, nada.
Trajes de fiesta, vestidos de cóctel, trajes de novia, todos ellos inspirados en pinturas españolas. #Moda y #Arte, más fusionados que nunca en #BalenciagaThyssen, espectacular #exposición en @MuseoThyssen #Madrid. @juancargalan. Share on X
Una exposición a la altura de su protagonista
Esta exposición, que estará abierta hasta el próximo día 22 de septiembre, tiene el éxito garantizado no sólo por la incontestable belleza de cuadros y prendas de vestir expuestos sino también por la fuerte empatía que el común de los mortales siente ante un hombre que desde su humilde procedencia social (hijo de un pescador de Getaria, que murió en el mar cuando el modisto no había cumplido los once años, y de una costurera al servicio de nobles) supo elevarse hasta lo más alto de la sociedad gracias a su tesón, mérito y creatividad artística. Ante sus creaciones el síndrome Stendhal nos invade completamente al encontrarnos ante tal cantidad de obras de arte —56 cuadros y 90 prendas de vestuario— pues las creaciones de Balenciaga forman parte por derecho propio de esta categoría.
Entradas sin colas a la exposición Balenciaga y la pintura española y al Museo Nacional Thyssen-Bornemisza
Muy interesante lo que comentas y ya que no puedo visitarla me ha gustado el recorrido que nos has hecho con tus letras y fotografias.
Saludos