Estoy seguro de que en las interminables discusiones sobre diversidad racial habrás leído o escuchado la vieja excusa de que «la ambientación de X libro está inspirada en la Europa medieval y, por consiguiente, es imposible la presencia de personajes no blancos». Dragones, elfos, duendes y orcos son permitidos pero reyes o princesas negras jamás. Son, lo que llaman, históricamente incorrectos. Lo siento, cada vez que alguien intenta convencerme con esta falacia no puedo dejar de pensar en nuestro querido Tolkien y su obra, la que nos enseña los pormenores de la Tierra Media, esa que omiten en las escuelas y en el canal History. Esa, la históricamente correcta.
No obstante, El Señor de los anillos no es la única novela a la que puede o debe atribuírsele la adicción de los escritores actuales por la literatura ambientada en la edad media. Recordemos a Conan el Bárbaro, de Robert E. Howard (1932, fantasía heroica de espada y hechicería), Las crónicas de Narnia (1950-56; Fantasía heroica cristiana), de Clive Staples Lewis y, un poco más actuales, Canción de hielo y fuego (1993… Fantasía heroica), de George R. R. Martin y La rueda del tiempo (1990-2004; Fantasía épica), de Robert Jordan, todas referentes obligadas para cientos de autores a nivel mundial.
Y, aunque muchos intenten dotar a sus historias de supuesta originalidad, nuestros queridos amigos de TvTropes lo explican muy bien:
No importa dónde se escriba una novela de fantasía, independiente de la rica historia que pueda tener la patria del autor, la mayoría de las aventuras fantásticas tienen lugar en la Europa medieval (o un facsímil de la misma). La gente luchará con espadas y escudos y el gobierno suele ser vagamente feudal: puede no corresponderse con ningún sistema político del mundo real pero por lo general está compuesto por monarcas y nobles hereditarios (que muchas otras culturas también tienen, pero si los títulos europeos son usados, estás en una fantasía europea medieval).
Pero no estamos aquí para juzgar a todos los que lean o gusten de este tipo de literatura ni criticar al género. Estamos hablando de la ausencia de personajes no blancos en la literatura fantástica. Sí, debemos hablar de ello. No imaginas como, durante décadas, las personas de color hemos sido invisibilizadas en estos libros y las pocas representaciones son meros estereotipos o simbolismos para cumplir con la cuota de diversidad racial. Es tal la oposición de algunos escritores hacia la presencia de personajes no blancos que, para algunos, su mera existencia debe ser justificada de alguna manera en la historia. La blancura es natural, el resto es exotismo. En fin, para excusas este artículo.
Ausencia de personajes no blancos en la #LiteraturaFantástica o meros estereotipos para cumplir con las cuotas de #DiversidadRacial. La blancura es natural, el resto es exotismo. @PiperValcaII Compartir en XAclaro, como hago en las entradas de mi blog, que no estoy obligando a nadie ni soy ningún gurú en temas raciales. Solo soy un lector que pocas veces se siente identificado en la literatura, que quiere reforzar el asunto de la representación positiva y que escribe este artículo para asegurarles que las historias de fantasía pueden ser diversas. He aquí cuatro formas sencillas de hacerlo, incluso si están ambientadas en la Europa medieval o en algún facsímil fantástico de las mismas.
Cuatro formas sencillas de incluir la #diversidad racial en tus novelas de fantasía. @PiperValcaII Compartir en XCuatro formas de incluir la diversidad en tus historias de fantasía
Establece tu historia en el este o en el sur de Europa
Aunque no sé mucho del continente europeo, parece que, en la mente de muchos escritores, «Europa medieval» significa «Inglaterra medieval». Si no estoy equivocado, Europa está compuesta por muchos otros países (nótese el sarcasmo) y, para nuestro ejercicio, una historia de fantasía medieval bien podría narrarse en el área que ahora se conoce como España. Durante más de medio siglo, estas tierras fueron gobernadas por varios califas y emires moros. ¿Qué tal una historia de fantasía medieval ambientada en la época conocida como La edad de oro del Islam, por sus avances tecnológicos y culturales? Vamos, si nos tomamos el tiempo para investigar sobre cotas de malla y cuanto artilugio se usaba en la Inglaterra medieval, también podemos documentarnos en este periodo específico.
O qué tal basar nuestra novela en Europa del Este. ¿Has escuchado de la Rumanía medieval? ¿No te apetece una aventura de fantasía polaca? Lo que estoy diciendo es que hay muchos países que esperan ser poblados con magos y monstruos (no hablemos de la Escandinavia vikinga, para muchos, la otra definición de Europa medieval).
O sigue usando la Inglaterra Medieval en todas tus historias
Entiendo, es mucho más sencillo escribir sobre algo que hemos consumido durante toda nuestra vida. Si deseas continuar usando Inglaterra, Francia o Italia, recuerda que, aunque no eran países demasiado diversos durante la edad media, había judíos, africanos y hasta paganos. ¿No te preguntas cómo obtenían los reyes esas especias exóticas que se describen en las cenas, las perlas preciosas, el marfil, el ébano y hasta el sándalo? Sí, negociaban con extranjeros, especialmente con árabes, que a su vez negociaban con hindúes. Para resumir, incluir diferentes grupos étnicos y raciales no solo hará más diverso el ramillete de personajes sino que mejorará lo «históricamente correcto».
Recuerda que no solo existe la diversidad étnica o racial
Los que me conocen (vamos, Piper, no eres tan famoso) saben que me siento mal cuando abogo solo por la minoría racial (sería algo egoísta).
Gracias a Juego de Tronos hemos aprendido que durante la edad media muchas personas nacieron con enanismo, pero si nos vamos más lejos, las personas con discapacidad física y mental han existido desde siempre (en especial las secuelas de enfermedades como la varicela y entre las familias reales por sus costumbres endogámicas), así que no debe parecernos extraño incluirlas en nuestra novela de fantasía, solo ten presente que este tipo de personajes debe aportar algo y no todo debe girar en torno a su discapacidad o a la importancia de hallar una cura mágica para ser felices. Recuerda la diversidad sexual, la pobreza y hasta la esclavitud. Vamos, si eres de los que defiende la concordancia histórica como excusa para no incluir diversidad esto debe hacerte recapacitar.
Solo hazlo y punto
Seamos sinceros, estamos hablando de fantasía, no estás escribiendo una crónica periodística o tu tesis de grado. Un poco de diversidad no va a restar calidad a tu obra. Después de todo, si ya incluiste a los elfos de los árboles de las montañas del Valle de Iragón y a los elfos de los valles rojos del río Azul y Morado, y esperas que tus lectores los acepten, como asumes que no aceptarán a un personaje por no ser blanco (que no llamarás señor/caballero/dama Oscur@ ni será originario de tierras lejanas, exóticas y desconocidas).
Un poco de #diversidad no va a restar calidad a tu #obra. Busca otros escenarios que no sean la #Europa medieval y recuerda que las personas con discapacidad física y mental han existido desde siempre. @PiperValcaII Compartir en XEn conclusión, tras leer por quincuagésima ocasión este artículo antes de enviarlo a Txaro, el asunto de la diversidad racial en la fantasía no parece algo del otro mundo o un esfuerzo sobrehumano que deba realizar el escritor. Lo más importante, como en cualquier prejuicio, se resume en querer hacerlo, en ponerse en los zapatos del prójimo, aceptar tu posición privilegiada y lavar el cerebro de costumbres, estereotipos y creencias que solo ocasionan daño y dificultan el aceptar al otro como lo que es, el otro. Por lo tanto, y para no alargarme en la despedida, traigo a colación la famosa frase de la Antología Alas de mariposa y otros relatos:
Porque las niñas negras también sueñan con ser princesas de cuentos de hadas.
Voy a dar mi opinión sincera sobre el asunto aun a sabiendas de que se me puede llamar de todo, desde racista y facha hasta supremacista, nazi, heteropatriarca, votante de Vox y un sinfín más de lindezas. No soy ninguna de las anteriores, pero me da igual si alguien lo piensa o incluso lo manifiesta. Me imagino que también habrá mucha gente que me entienda, así que gracias por anticipado a todos ellos. Ante todo, creo que la literatura es un acto de libertad del autor. El autor es el responsable único de su obra y es solo el autor quien decide cómo es el universo en el que se desarrolla su mundo. Nadie, por muy acreditado que sea, tiene que venir a decirle a un autor que ubique a sus personajes en Rumanía o en el mundo árabe, o que los pinte de tal o cual color. Cada uno se imagina sus personajes y sus escenarios como le da la gana, que para eso es el autor y el que sienta delante del ordenador a exprimirse las neuronas. Y generalmente cada autor suele tomar como fuente primaria sus propias experiencias y vivencias: básicamente, un autor habla de lo que sabe y de lo que conoce. Flipo al ver cómo se pone como ejemplo de falta de diversidad a autores del siglo pasado, que solían vivir en unos entornos muchos menos diversos que los actuales. Nos piden que emplacemos a nuestros personajes en Polonia… ¿Sabemos tanto sobre Polonia como para ponernos a escribir sobre ese país sin caer en el ridículo? Pero lo peor de todo es que decir que hay falta de diversidad racial en la literatura fantástica de hoy no es cierto. Decir que no hay diversidad racial en la literatura fantástica de hoy es haber leído muy poca literatura fantástica.
Siempre he seguido (y sigo) con mucho interés su blog, que a mi juicio, creo es uno de los más eruditos, profesionales y aleccionadores en cuanto a los temas que allí trata: ajenos a evasivas, sutilezas o eufemismos, ni mucho menos prejuiciados. El lenguaje es sobre todo comunicación, y al hacerlo en libertad, implica veracidad y compromiso. Le felicito Sr. Piper Valca. Soy Julián Portal Font, autor de El Universo de Piedra (Palibrio-2014, Amazon y otros). Mi obra (Literatura Juvenil) publicada por primera ocasión en EE.UU. contiene varios errores de puntuación e incluso errores ortográficos y semánticos que no voy a justificar en absoluto mi falta de cuidado en la redacción, a sabiendas que la editorial no lo haría. Pero a decir verdad, estoy muy agradecido por la acogida que el público me ha honrado por este trabajo. Por supuesto que el tema de la problemática racial está implícito allí, y no menos aún, en el conjunto de mi obra inédita y la que está por aparecer. Me gustaría muchísimo enviarle un ejemplar de El Universo de Piedra, (deseo saber cómo) y conocer su parecer al respecto aunque sea de forma privada; estaría muy honrado.
J.P.F.
Hola, Julian. Por mí encantado. Mi correo electrónico es pipervalca@gmail.com. Disculpa no haber contestado antes. No había vuelto a pasarme por mis artículos. Cuídate mucho y muchas gracias por esas palabras
Muy interesante. El blanqueamiento de la población y la invisibilización de otras etnias distinta a la blanca se produce también en la historiografía. Menudo (ugly) debate se formó hace unos meses a cuenta del color de un dibujo animado de una serie educativa de la BBC. La serie presenta a un romano en Britania con la piel negra. Mary Beard, clasicista, salió en defensa de su exactitud histórica. Pero eso representa que muchos británicos y muchos europeos deben replantearse aquello que creen saber sobre el origen demográfico de Europa. Lamentablemente, muchos argumentos enseguida se tiñen de racismo.
https://www.theguardian.com/commentisfree/2017/aug/12/black-people-presence-in-british-history-for-centuries
Hola, Alfonso. Tienes razón. Existe un temor generalizado de perder el poder o la superioridad que ostenta la persona blanca si el negro o no blanco es representado como un igual, por lo que se recurre a cualquier excusa, llámese en este caso lo históricamente correcto.