Catalogado como vandalismo, acreedor de graves consecuencias penales y civiles, el graffiti ferroviario ha sido la principal manifestación de arte ilegal en España, por delante del graffiti urbano.

El #graffiti ferroviario, como arte ilegal, ha estado por delante del graffiti urbano en España. Share on X

Según César Soler Sánchez, el único graffiti que, por su esencia original y auténtica, puede ser considerado como tal, es el graffiti ferroviario. No es fácil pintar un tren, requiere una organización, un tiempo de vigilancia, técnica y mucha, mucha creatividad; por otra parte, «el graffiti ferroviario no busca la belleza, sino la difusión, y el tren era la plataforma ideal». César sabe de lo que habla, ha dedicado más de 20 años a la búsqueda de trenes pintados, los ha fotografiado y a partir del material reunido, ha dado vida a una forma de expresión única que aúna documento gráfico y creación artística. El proyecto se tituló Graffitis Viajeros, el primer trabajo que recoge una amplia muestra de este arte efímero en España.

El #graffiti ferroviario no busca la belleza, sino la difusión y el tren era la plataforma ideal. Share on X

Graffitis Viajeros, una vuelta de tuerca al graffiti ferroviario

Soñó con ser astronauta, pero a principios de los 80 cambió la cabina espacial por la de un tren. Ha conducido trenes de todo tipo, tiene una docena de autorizaciones de vehículos motores, pero es en los trenes mercantes donde sacaba más tiempo para la fotografía, una afición que le acompaña desde muy joven y que sigue procurándole grandes satisfacciones.

Graffiti ferroviario: ¿vandalismo o arte viajero? Entrevista a César Soler Sánchez realizada por Txaro Cárdenas.

César Soler Sánchez, maquinista y recopilador de infinidad de muestras de graffiti ferroviario

¿Cómo vive un conductor de trenes?

Mal, sobre todo si tienes una amante como la fotografía. Como decía Miguel Ríos, «Dormimos poco y mal quemando la salud para llegar al quinto infierno» y las gráficas de los turnos se conocían como «el gráfico de Sabina», porque tenían 19 días y 500 noches.

Te imagino saltando entre vías, con el tiempo justo antes de reiniciar el viaje, buscando algo interesante. ¿Dónde y cuándo viste el primer graffiti? Supongo que llevabas la cámara encima…

Fue en la estación de Valencia, en 1989. Llevaba la cámara, siempre lo hacía. Era un graffiti pequeño, aislado en el lateral de un vagón. A mí siempre me ha gustado la pintura y ese escrito de colores en letras gigantes era demasiado elegante, provocativo y trabajado como para que lo borraran al día siguiente. Así que lo fotografié para, de alguna manera, perpetuarlo.

¿Qué te sugirió esa primera visión?

La esperanza de empezar a ver más trenes decorados de esa manera.

Y efectivamente, los viste. ¿En qué ciudades has encontrado graffiti ferroviario?

En principio, los graffitis podían aparecer allí donde hubiera un vagón, ya que aunque los pintaban en diversos lugares de origen, a veces difícil de determinar, los trenes cambian de lugar. Los sitios donde yo tenía acceso fueron tan dispares y distantes, como Madrid,  Zaragoza, Aranjuez, Tarragona, Alicante, Alcázar de San Juan, Barcelona, Cerbere o Valencia…

Graffiti ferroviario: ¿vandalismo o arte viajero? Entrevista a César Soler Sánchez realizada por Txaro Cárdenas.

Vagón graffiteado. Graffiti ferroviario. Fotografía de César Soler Sánchez

¿Has sido el primero en el estado en recopilar este arte?

El primero y el último; todo apunta a que estamos ante una estética, tanto por la forma de las obras  como por la de los trenes, ya extinta, con el añadido de que el incremento de la seguridad hace muy complicada la elaboración del graffiti en trenes. Y la verdad, no tengo noticia de que pueda haber alguien con semejante archivo y nivel de calidad como el mío.

El incremento de la seguridad hace muy complicada la elaboración del #graffiti en trenes. Share on X

El graffiti está poco considerado como arte en España, ¿estás de acuerdo?

Yo te puedo hablar del graffiti ferroviario que he fotografiado durante años, no por ser arte, sino por ser una forma de expresión de difícil manufactura y de dudosa  permanencia, lo que le da un carácter muy frágil.  Entiendo el arte como cualquier forma plástica que lleve a un resultado genuino, original y auténtico. Y considero, como otra mucha gente, que el único graffiti válido como tal, es el ferroviario. De esa manera y utilizando  una frase de Arturo P. Reverte, «Si es legal, no es graffiti»,  comienzo el clip musical Graffitis Viajeros y en el que para dar continuidad al espíritu original y en un tono un poco sarcástico, advierto «Este vídeo-clip ha sido editado con tags, música y textos ajenos. Es un video ilegal sobre graffitis del ferrocarril. Cualquier forma de copia será también ilegal».

Arturo P. Reverte: «Si es legal, no es #graffiti». Share on X

¿Qué te decía la gente cuando te veía fotografiar los trenes graffiteros?

He tenido la suerte de tener compañeros muy interesados por mis fotografías, siempre me apoyaban e  informaban de nuevos vagones pintados. La gente que más recuerdo eran los de seguridad, una pelea constante.

¿Cuántos archivos (fotografías de trenes distintos) has recopilado durante este tiempo?

Muchos, no sabría decir, son casi veinte años con la réflex a cuestas toda la semana. Pero aparte de la cantidad, es importante mencionar la dificil  tarea de resolver las tomas sin error, a veces sin apenas tiempo;  así como los lugares tan recónditos y lejanos entre sí, donde hallaba las obras.

No solo has recopilado y mostrado una realidad artística underground, también has aportado tu visión artística, cercana –me recuerda– al Pop Art… ¿Estás de acuerdo?

La verdad es que no era ese mi objetivo como ya te he dicho, sin embargo debido a la llegada del digital, las posibilidades fueron apareciendo solas. Cuando empecé, el mundo fotográfico era todavía de celuloide y tuve que fotografiar a varias tomas los trenes que iban graffiteados de «punta a punta» (argot graffitero), lo que me exigía una precisión muy alta en el encuadre y en la elección de la óptica, pues luego tenía que pegar las copias en papel.  Fue entonces (1997), cuando aparecieron los primeros escáneres y la posibilidad de empalmar sin error los distintos negativos que configuraban un tren, así como recuperar o realzar formas y saturar originales.

¿Qué pretendes expresar con tus montajes, con tus diseños?

Me parece que mi contribución, además de procurar la perpetuidad de los graffitis, es dejar constancia de un trabajo único y de calidad, tanto documental como artístico. Ese es valor de mi obra.

Graffiti ferroviario: ¿vandalismo o arte viajero? Entrevista a César Soler Sánchez realizada por Txaro Cárdenas.

Vagón garffiteado. Montaje de Graffitis Viajeros.

Quiero dejar constancia de un trabajo único y de calidad, tanto documental como artístico. Share on X

 ¿El graffiti te fue inspirando poco a poco?

Pues podríamos decir que sí. Ha sido algo asi como una aventura, un viaje, en el que además, he tenido que inventarme el camino y atravesar situaciones difíciles, ya que era ilegal fotografiar a diestro y siniestro como hacía yo.

El tren que más te llamó la atención…

Un buen día, no pude bordear un vagón y subí a la sala de viajeros para saltar al otro lado. Cuál fue mi sorpresa al mirar por las ventanillas: ¡El graffiti estaba por dentro! Era traslúcido, una visión nada desperdiciable. La foto estaba en el interior, no fuera.

Graffiti ferroviario: ¿vandalismo o arte viajero? Entrevista a César Soler Sánchez realizada por Txaro Cárdenas.

Graffiti interior. Fotografía de César Soler Sánchez.

Supongo que para tomar alguna de las fotos, habrás tenido que hacer algo no previsto, ¿alguna anécdota?

Sí,  un domingo por la tarde, en 1994. Cerca de Barna-Sants, había una estación de metro al aire libre, abandonada,  pero con un convoy de seis coches totalmente graffiteados y restos de la fiesta que había habido allí no hacía mucho. Botes de spray y latas de cerveza rodeaban las chapas llenas de pintura, con una variedad de colores y formas de una gran imaginación y con muchas anotaciones burlonas hacia la autoridad ferroviaria, como la firma final del grupo «DOZE BTS 94. OTRA VEZ…» Había una luz de sol poniente, cálida y espectacular, que iluminaba el tren cual foco especialmente para él creado.  Gasté las 36 fotos de la película que llevaba en lo que en ese momento era el documento graffitero mas espectacular de mi vida.  Justo al terminar, apareció la policía, que viéndome cómplice de tal «proeza», me retuvo dos horas y me pidió la película que llevaba en la cámara, que menos mal, a esas alturas, yo ya había cambiado… Después de varias llamadas a Jefatura de Metro, me dejaron ir con mis fotos. Parece ser que comprendieron la realidad de mi único

«delito»: no había atravesado, ni estropeado ninguna puerta, pues la estación estaba abierta…

Graffiti ferroviario: ¿vandalismo o arte viajero? Entrevista a César Soler Sánchez realizada por Txaro Cárdenas.

DOZE BTS 94. OTRA VEZ! Fotografía de César Soler Sánchez.

Háblame sobre tu historia con la fotografía. ¿Ya hacías «cosas» antes de descubrir el mundo del graffiti ferroviario?

Mi dedicación a la fotografía viene desde niño. Mi primer reportaje fue sobre las Fallas de Valencia y lo realicé a la edad de 12 con una Super-Capta de película grande en blanco y negro.

¿Cuántas exposiciones has hecho? ¿Cómo surgió la primera?

Comencé con las exposiciones en 1990 y he realizado alrededor de veinticinco, así que sale a un trabajo por año, aunque la primera fue un caso aislado en 1982, en la galería de un comercio fotográfico de arraigo en Valencia, ya desaparecido, Fotocine Domingo. Hice un reportaje improvisado en Gibraltar, recién abiertas sus puertas.

Tras la recopilación de archivos de graffiti ferroviario, comienzan las exposiciones. Creo que han sido varias. ¿Cómo fueron recibidas por parte del público?

Sí, han sido bastantes, te citaré la que hice en 2010 en la Sala de Arte de Correos de Valencia y la XII Feria de Arte Contemporáneo en Medinacelli Centro DEARTE, en 2013, para mí, las más importantes.

En cuanto a la aceptación del público, hay un hecho que se repite. La pregunta de que si son trenes españoles, seguramente ante la perplejidad de ver tanto graffiti junto y tan raro en una sola foto. Pero en general, la gente sí comprende que soy el único que ha mostrado y llevado esta realidad al detalle fotográfico. Publicaciones como la revista Arte Fotográfico (en papel) lo demuestran.

Graffiti ferroviario: ¿vandalismo o arte viajero? Entrevista a César Soler Sánchez realizada por Txaro Cárdenas.

Portada de la Revista Arte Fotográfico.

¿Por qué crees que no has obtenido más repercusión mediática, siendo, como eres, la única persona que se ha involucrado de lleno en esta cruzada por el graffiti ferroviario?

Pues precisamente, una de las causas es el auge del graffiti callejero en pared fácil, para mí, usurpador del verdadero arte del graffiti original en trenes. Yo lo comparo con el panorama musical actual donde los Djs estan haciéndose pasar por músicos. Otra causa es que he tenido que atender otros trabajos fotográficos.

El #graffiti callejero en pared fácil es el usurpador del arte del #graffiti original en trenes. Share on X

¿Qué sientes ante la cercanía de una exposición?

La exposición de obra nueva conlleva el reto y la curiosidad por la efectividad técnica de lo planeado. También busco sorprender y que la gente pueda ver algo novedoso. Valga decir que no me considero fotográfo, sino compositor de imágenes.

Graffiti ferroviario: ¿vandalismo o arte viajero? Entrevista a César Soler Sánchez realizada por Txaro Cárdenas.

Cartel «Graffitis Viajeros». César Soler Sánchez.

¿Y esa afición a la fotografía de espectáculos nocturnos?

La fotografía de la noche o de espectáculos nocturnos tiene su explicación en que mi vida ha transcurrido en esas horas, pero además, «casualmente», es donde suceden hechos con más contrastes y colores y que muchas veces son más difíciles de fotografiar. Tengo que decir que mi punto fuerte no es la técnica, que la hay, sino el acceder o llevar una cámara a lugares complicados o que otros no se atreven.  El problema es que la mayoría no sabe valorar esto…

 ¿Cuál crees que ha sido tu vocación, desde siempre?

Casi al unísono, mi vocación es tanto la fotografía como la música.

¿Qué artistas y movimientos artísticos admiras?

Admiro a pintores  valencianos como Sorolla, los carteles de Renau y a Pepe Morea. En general,   Canaletto, las acuarelas de Turner y el hiperrealismo de A. Lopez. Sin olvidar a Picasso. Pasando a otros campos, me cautiva el Arte Maya, el mundo creado por Hugo Pratt en el cómic y  los movimientos musicales  Pop o el Glam;  destacaria el talento musical de McCartney, Paul Simon,  Ray Davies, Noddy Holder,  Freddie Mercury y Bowie.

¿Y fotógrafos?

Curiosamente,  siempre he sentido mas atracción por los pintores que por los fotógrafos. Sin embargo, sí que me enamoré en su momento de Sebastiao Salgado, me ha cautivado e impactado su prodigiosa manera de encuadrar y obtener momentos irrepetibles,  y generalmente dentro de una atmósfera laboral muy hostil.  Así como el aspecto anticuado de sus imagenes. En color y ya en un terreno más artístico, David LaChapelle me parece un monstruo, me fascinan los tamaños de sus obras.

¿Algún proyecto a la vista?

Ahora mismo estoy preparando una coleccion para el certamen Russafart 2016. Presento una especie de remake de Les Demoiselles d’Avignon de Picasso.

¿Sigues buscando trenes pintados?

No.  Tengo que sacar adelante otros proyectos.  Por otro lado, la cantidad y calidad que tengo de graffitis  es insuperable, aparte de  que la seguridad en los trenes  ha provocado  que los graffiteros se dediquen más a las paredes…

La seguridad en los trenes ha provocado que los graffiteros se dediquen más a las paredes. Share on X

¿Cómo catalogarías tu arte y el trabajo que has realizado en Graffitis Viajeros?

Me parece que mi contribución es, aparte de la perpetuidad de las obras, un trabajo único y de calidad,  tanto documental como artístico.  Ese es valor de mi obra.

Lo más bonito que te han dicho por Graffiti Viajeros

Una vez en el laboratorio, mientras visionábamos a gran tamaño en un ordenador las distintas partes de un vagón graffiteado, se acercó un técnico y exclamó: «¡Vaya festival de colores!».

¿Y lo más desagradable?

No es que fuera desagradable, pero en una exposición, alguien al ver tanto graffiti en trenes, me dijo que «cómo los pegaba a las chapas del vagón». No creía que fueran reales…

Graffiti ferroviario: ¿vandalismo o arte viajero? Entrevista a César Soler Sánchez realizada por Txaro Cárdenas.

Graffiti ferroviario: ¿vandalismo o arte? César Soler Sánchez.

Graffiti ferroviario: ¿vandalismo o arte viajero?

Es complicado. Los graffiteros, tras estudiar la situación, realizaban sus bocetos, los planos de sus firmas en pequeño, que luego llevarían a tamaño grande. Es por ello por lo que las obras aparecían repetidas en distintos vagones. Esto ya denota una intencionalidad artística, aunque con la esencia underground, inconformista e ilegal que distingue este tipo de actividad. En mi opinión, el graffiti ferroviario es la expresión de un ego artístico, quizás reprimido. Por otra parte, no es fácil escalar un escrito en papel y que tome las formas del vagón, a oscuras, desde el suelo y sabiendo que en cualquier momento puedes ser detenido. En un principio, su objetivo era la difusión de ese ego al que he aludido antes, con esa mezcla de deseo y competitividad por darse a conocer —la pared no puede moverse— y su creatividad en el uso del espacio y los colores. Es un arte en la cuerda floja.

Hablando de César… ¿cuál es su sueño?

Mi sueño sería poder mostrar en salas bien iluminadas y a gran tamaño, los trabajos que tengo guardados en soporte digital.

¿Qué querrías hacer que no hayas tenido oportunidad?

Ganar una carrera de motos.

 

«Este vídeo-clip ha sido editado con tags, música y textos ajenos. Es un video ilegal sobre graffitis del ferrocarril. Cualquier forma de copia será también ilegal».

Graffitis Viajeros

César Soler Sánchez

 

Txaro Cárdenas