Notre monde entier s’éffondre
Les spectres sortent de l’ombre
Les indiens se font la guerre
Mahatma n’a pas su faire
Hoy, en El Tocadiscos, un joven contestatario recuerda al melenudo francés Antoine y su La guerre
Por José Jesús Conde
Sostenía la guitarra como si fuera un arma. La canción lo requería. Tenía que aparecer ante un tercio del aforo de la plaza de toros de Punta Umbría como un cantante duro, comprometido, no dispuesto a perderse en languideces de amores imposibles o posibles. Mi vaquero de campana, los botines negros, la camisa floreada y un chalequillo de cuero me delataban, amén de la melena que por entonces me caía sobre la espalda.
Mi nombre artístico, en aquellos tiempos, respondía al de Jerónimo. Y en mi repertorio todo era un cantar en francés, italiano y español. Algún que otro éxito de Elvis también tenía. Pero el sustento de mi «arte» estaba en la denominada canción protesta. Sin duda, me consideraba un rebelde con causa. Y posiblemente, y ello ya lo escribo situado en la cuesta abajo irremediable de mi existencia, pudiera haber llegado a figurar entre los solistas mejor considerados del país.
Los Deimos, los Duendes y los Caníbales se situaron en las gradas. Y el párroco que organizó el festival, desde uno de los burladeros, contemplaba atónito el espectáculo de aquel joven contestatario que dejaba a un lado el Dio come ti amo de Doménico Modugno para atacar con toda la rabia de sus años un tema del melenudo francés Antoine que fue un aldabonazo musical para muchos en España: La guerre.
Bajo el nombre artístico de Jerónimo, combativo y luciendo melena, empuñaba su guitarra nuestro amigo @JoseJesusConde, lanzando su grito antibelicista al estilo del cantante francés #Antoine. Share on XBreve apunte sobre la canción protesta
Por Moon
Nos cuenta José Jesús Conde que el sustento de su arte estaba en la denominada canción protesta. Corren los años sesenta y se afianza en España el fenómeno de la canción de autor con los colectivos Nova Cançó Catalana, Voces Ceibes, Ez Dok Amairu y voces como las de Chicho Sánchez Ferlosio, Raimon, Lluís Llach, Paco Ibáñez, José Antonio Labordeta, Michel Labeguerie o Xabier Lete, entre muchas otras.
En el panorama musical anglosajón Bob Dylan y Joan Baez se alzan con el estandarte pacifista; en Latinoamérica, Violeta Parra, Víctor Jara y Mercedes Sosa ponen voz y desgarro a la libertad.
En Francia, la canción protesta adquiere tintes satíricos con Brassens, y un toque duro de garage rock con Antoine, el melenudo autor de La guerre, protagonista de este post y fuente de inspiración para nuestro, por entonces también melenudo, Jerónimo.
La bombe est prête à sauter
Le bouton va s’enfoncer
Les avions tournent sans cesse
Des enfants déformés naissent
Le racisme existe encore
La guerre nos habla de bombas atómicas, de muertes innecesarias y bebés nacidos con malformaciones a causa del «hongo» nuclear.
La guerre denuncia el racismo, anuncia el fracaso del movimiento pacifista y de la O.N.U.
La guerre es una canción que no repara en silencios: grita y se desmelena porque
Le feu d’artifice est beau
Ce n’est pas ainsi mon frére
Que l’on met fin à la guerre.
Hoy, en El Tocadiscos, pinchamos una nueva playlist creada exclusivamente con motivo de la publicación de este post y cuyo tema central es la guerra.
Os invitamos a tomar las armas, musicales, de la paz:
Breve apunte sobre la #CanciónProtesta hoy en El Tocadiscos. Con @JoseJesusConde y @txaro_cardenas. Musica para la #paz. Invitados: #Antoine, #JohnLennon, #BobDylan. Share on X
J. J. Conde
Txaro Cárdenas
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