Julia Otxoa, nacida en San Sebastián, 1953, es poeta, narradora y artista visual. Su obra, con más de treinta títulos publicados en poesía, narrativa y narrativa infantil ha sido traducida a varios idiomas e incluida en diferentes antologías de poesía, microrrelato, y poesía visual de España y América. Ha escrito los siguientes libros de relatos: Kískili-Káskala; Un león en la cocina; Variaciones sobre un cuadro de Paul Klee; Un extraño envío; Un lugar en el parque; Escena de familia con fantasma; Confesiones de una mosca; Tos de perro y El hombre del espejo. También es autora de los poemarios: Luz del aire en colaboración con el escultor Ricardo Ugarte; Centauro; La Nieve en los manzanos; Al Calor de un Lápiz; Gunten Café; Taxus baccata (con dibujos de Ricardo Ugarte); La lentitud de la luz; Jardín de arena; Bajo los astros de la repetición y El instante y su sombra.
Su poemario Bajo los astros de la repetición (Ed Averso) ha sido galardonado con el Premio Euskadi de Literatura en Castellano 2024.
Entrevista a Julia Otxoa, Premio Euskadi de Literatura en Castellano 2024: «Para mí la poesía es una actitud ante la existencia, no solo expresión estética». @AlveaAna. @AliarEdiciones. Compartir en XEntrevista con Julia Otxoa
¿Cuándo y cómo llega a ti la poesía, Julia? Creas poesía discursiva y poesía visual, imagino que en el principio fue la palabra.
JULIA OTXOA: Comencé a escribir a los doce años poesía discursiva para expresar mis sentimientos frente a lo que me rodeaba, era un modo de traducción simbólica del instante, aunque todavía sin la depuración suficiente que fui sumando formándome en lecturas de muy diversa índole —ensayo, poesía, novela— hasta llegar a mi primer libro Composición entre la luz y la sombra, autopublicado con mi primer sueldo. La poesía visual vino tras conocer al escultor Ricardo Ugarte precisamente en la presentación de ese mi primer libro, quien hoy es mi marido. Comenzó a abrirse en mí una espita hacia la gráfica que hasta entonces no había salido a la luz. Dibujos, ilustraciones, fotografía y luego poemas visuales, esa sería la evolución.
Has reflexionado con profundidad sobre lo que significa para ti la poesía, creo que no podemos dejar la ocasión de que lo compartas con nosotros.
JULIA OTXOA: Para mí la poesía es una actitud ante la existencia, no solo expresión estética. La poesía es esa percepción desde la sensibilidad que humaniza el tiempo y que nos hace crecer en profundidad frente a nosotros y el mundo.
En cuanto a tu proceso creativo: ¿te enfrentas al folio en blanco o escribes solo cuando te viene la inspiración; escribes el poema poco a poco o de un tirón, revisas mucho…?
JULIA OTXOA: Mi proceso es únicamente por inspiración. Generalmente el poema viene todo de una vez y luego hay algunos retoques, muy pocos. Lo mismo sucede con mi narrativa breve, cuento y microrrelato.
¿Tienes una idea previa de libro o vas escribiendo poemas que recopilas luego en un libro? ¿Cómo trabajas la estructura del poemario?
JULIA OTXOA: Escribo poemas y solo luego hago una selección de algunos de ellos para conformar un libro. Jamás pienso antes en el libro, tan sólo escribo el poema.
¿Interviene mucho el azar en tu creación, como les gustaba a los vanguardistas?
JULIA OTXOA: No, influye toda mi trayectoria vital, mis lecturas, mis experiencias, mi camino acudiendo a actos culturales, participando de la creación de mi tiempo, cine, música, arte…
¿Crees haber sufrido cierta marginación en la vida y en la literatura por ser mujer?
JULIA OTXOA: No.
En tu poesía destaca la visualidad y plasticidad, el uso de imágenes novedosas, la brevedad, condensación, esencialidad, depuración formal. ¿Esta poética surge de un modo natural o tienes una idea clara del estilo o estética que quieres escribir?
JULIA OTXOA: Mi estilo de imágenes y forma breve es natural, nunca determinado con anterioridad. Siempre me ha gustado como lectora las autoras y autores que escribían sin retórica, con una poderosa brevedad que potenciaba la expresión.
¿Qué poetas o escritores crees que han podido influirte?
JULIA OTXOA: Más que influencia hablaría de admiración, hay muchas y muchos porque desde pequeña he sido una lectora voraz: El Quijote, todos los cuentos de Anton Chejov, Raymond Carver, Virginia Woolf, Irene Nemirovsky; Antonio Machado, Albert Camus, Dostoyevsky, Federico Garcia Lorca, Blanca Andreu, Vicente Aleixandre, Bohumil Hrabal, Italo Calvino, Borges, Cortázar, una larguísima lista que no acabaría.
¿Qué tiene que tener para ti un poema para considerarlo bueno?
JULIA OTXOA: Un poema no es un plato concreto dentro de la gastronomía y por ello no se puede decir qué ingredientes o estructura ha de tener para su calidad poética, digamos que eso es algo intangible, y posiblemente muy subjetivo y por lo tanto relativo; digamos que la calidad literaria sería esa cualidad esencial objetiva que debe acompañar no solo al poema, a toda escritura que sea profundamente sensible y madura en su expresión estética.
En una entrevista que te hicieron en la UNED hablas de considerar tu identidad —tema bastante presente en tu escritura— como nómada y de tu sentimiento de extranjería y marginalidad; por otro lado, en tu texto Los asombrosos ojos de la poesía, cuya lectura recomiendo y podéis encontrar en internet, manifiestas sentirte extranjera, lejos del centro en tu lectura de las cosas y la vida.
JULIA OTXOA: Mi respuesta tiene mucho que ver con la concepción abierta y móvil del pensamiento, todo lo contrario a un pensamiento cerrado y quieto. Para mí la marginalidad es la interrogación en el tiempo del ser. La interrogación nunca estará bajo el cobijo de la costumbre.
Siempre ha habido en tu poesía denuncia contra la violencia, así en La lentitud de la luz nos encontramos el poema En la mañana cubierta de nieve / gotea la sangre de la mesa del carnicero; o bien, Tengo frío frente a los estandartes; Éste es un tiempo despiadado / de mariposas blancas volando alrededor de los cuchillos, el propio poema No de este modo y podríamos seguir.
JULIA OTXOA: Sí, siempre hay en mi obra, tanto poética como narrativa, una mirada que denuncia la barbarie, la violencia, la falta de misericordia con la vida del otro.
Procedes de una familia republicana y lamentablemente en la Guerra Civil asesinaron a tu abuelo por pertenecer a UGT y a un tío tuyo. Imagino la necesidad imperiosa de escribir sobre este tema, sale a relucir en poemas de Bajo los astros de la repetición junto al tema de la memoria histórica; aunque seguramente esté presente en toda tu escritura. Creo que anteriormente cuentas la historia en Tos de perro. ¿Se entrecruzaron los relatos con estos poemas sobre las víctimas de la Guerra Civil? ¿Ha estado siempre latente en tu escritura?
JULIA OTXOA: Se escribieron paralelamente los dos libros, a veces en medio del llanto. Era un deber sacar a la luz el dolor de mi familia tanto materna como paterna, ambos en el bando republicano, sin otra culpa que no estar con los golpistas que se levantaron contra la legalidad democrática de la II República. Los dos libros se escribieron para dar visibilidad a las víctimas.
En tu escritura también denunciaste la violencia de ETA. ¿Cómo crees que se vive hoy en el País Vasco esta historia?
JULIA OTXOA: Hoy ya no mata ETA, pero falta todavía en un sector de la población que no condenara sus asesinatos, el reconocimiento del dolor causado y luego está la falta de una pedagogía en las escuelas y universidades de la memoria de todo aquel horror, igualmente está sucediendo con la memoria del golpe militar franquista del 36, en ambos casos las generaciones jóvenes ignoran lo que pasó y eso es terrible.
Nos centraremos en Bajo los astros de la repetición —Premio Euskadi de Literatura 2024— la naturaleza está sumamente presente en toda tu poesía y se puede decir que tienes una aguda conciencia ecologista, un sentimiento de unión con la naturaleza, a la que sientes como sagrada (al igual que a los animales, aparecen con asiduidad en tus poemas), y de tal modo lo haces ver en este poemario.
JULIA OTXOA: La filiación con la Naturaleza está presente muy intensamente tanto en mi obra narrativa como poética. El respeto al medio ambiente es algo que he vivido en el pueblo de mi familia materna desde pequeña, y luego junto al escultor y jardinero, mi marido Ricardo Ugarte, ambos hemos plantado cientos de árboles. También sucede que en el Pais Vasco hay un profundo vínculo con la Naturaleza. Creo que las sociedades modernas han perdido ese lazo de unión y conciben la tierra solo para su explotación, no la aman, y de ese camino errado ha llegado el cambio climático. La codicia ciega que expolia y nada ama.
En Bajo los astros de la repetición se recogen tus temas fundamentales: el compromiso humano, la naturaleza, la reflexión metaliteraria, el modo de resistir la barbarie. Hay una mirada a la sociedad de hoy, criticas de ella la decadencia, codicia, consumismo, insolidaridad e indiferencia. Frente a esta oscuridad contrapones tus armas para combatirlos: no perder la capacidad de vivir en el asombro ni de ver el prodigio o la belleza, la escritura y poesía, el amor, la naturaleza… si quieres seguir.
JULIA OTXOA: Mi lema, es nacer cada día a la posibilidad de asombrarnos ante el prodigio de la vida. No estar ciegos en la costumbre de respirar como si eso no fuera algo milagroso, por ejemplo.
En cuanto al lenguaje, haces referencia a sentir «la imposibilidad de narrar / la medida de vuestro dolor» y a La carta de Lord Chandos, la insuficiencia o incapacidad del lenguaje para expresar la realidad, consideras toda palabra como una traición; pero también emerge la necesidad de escribirlo, en el poema Tránsito del desierto aludes a que puede ser una oportunidad para empezar de nuevo y hablas de un lenguaje del balbuceo. ¿Cómo empezar de nuevo y qué lenguaje usar?
JULIA OTXOA: Tras el caminar por el desierto cada cual encontrará las huellas a seguir, en un caso será con una expresión nueva y en otras con persistir en el silencio.
También manifiestas: «Huyo de la pureza como del lugar de las mutilaciones». ¿Qué significa para ti esa pureza?
JULIA OTXOA: La exigencia extrema de pureza está en mí unida a la falta de misericordia con el otro, al pensamiento único, a la momificación de la existencia convirtiendo la vida en algo cerrado y maloliente ajeno al amor.
A las dificultades y heridas le das la vuelta, podemos aprender de ellas; en cuanto a la incertidumbre e intemperie, ambas nos hacen crecer. Posees una visión bastante optimista y en todos los libros ha hay una celebración a la vida y luminosidad.
JULIA OTXOA: La alegría y el humor son para mí esenciales, el humor cuestiona las verdades inmutables los límites cerrados del pensamiento. El Quijote está lleno de alegría y por ello no deja de narrar la vida con sus luces y sombras.
La importancia de lo pequeño e invisible en tu escritura, «Ascender al diálogo con lo pequeño» podemos leer en El instante y su sombra, igual en Bajo los astros de la repetición.
JULIA OTXOA: Sensibilidad para percibir lo que los vendedores al uso no vociferan, la maravilla de la vida en una gota de rocío, una mirada de un bebé, una sonrisa que nos cambia el día, en el canto de un pájaro…
¿Qué aconsejas a un aprendiz de poeta?
JULIA OTXOA: Leer, leer, leer a las buenas autoras y autores.
Para finalizar, Julia, dime qué proyecto/s tienes ahora entre mano?
JULIA OTXOA: Publicación de una novelita corta y también un libro de dibujos y textos cortos muy lúdico.
Ana Isabel Alvea Sánchez @AlveaAna conversa con Julia Otxoa, Premio Euskadi de Literatura en Castellano 2024, sobre su obra, la inspiración y sus nuevos proyectos. @AliarEdiciones. Compartir en X
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