La gran muralla, de Zhang Yimou
Título: La gran muralla.
Título original: The Great Wall.
Año: 2016. Dirección: Zhang Yimou.
Guion: Carlo Bernard, Doug Miro y Tony Gilroy, según una historia de Max Brooks, Edward Zwick y Marshall Herskovitz.
Música original: Ramin Djawadi.
Montaje: Mary Jo Markey y Craig Wood.
Dirección de fotografía: Stuart Dryburgh y Xiaoding Zhao.
Reparto: Matt Damon, Pedro Pascal, Willem Dafoe, Tian Jing, Andy Lau, Hanyu Zhang, Lu Han, Kenny Lin, Eddie Peng y Xuan Huang. País: China y Estados Unidos.
Página web oficial y http://www.thegreatwallmovie.com/.
Hay muchos aspectos interesantes que convergen en La gran muralla de Zhang Yimou. En primer lugar, desde el primer momento, la película ya nos dice que va a huir de la realidad histórica para reconstruir una de las leyendas existentes en torno a la construcción de la Gran Muralla china. Elegir esta opción, retorcer la realidad o unirla a temáticas completamente ajenas a ella siempre permite desplegar toda una trama plagada de fantasía e imaginación que ha dado lugar a historias fascinantes y poderosas. Pensemos en títulos que, más o menos, se han aferrado a esta línea como El tigre de Esnapur y La tumba india (1959) de Fritz Lang, Las aventuras del barón Munchausen (1988) de Terry Gilliam o, más recientemente, Cowboys & Aliens (2011) de Jon Favreau, X-Men: Primera generación (2011) de Matthew Vaughn o Transformers 3: El lado oscuro de la luna (2011) de Michael Bay.
Zhang Yimou huye de la realidad reconstruyendo la leyenda. #LaGranMuralla. #Crítica de @jmcruzbar Share on XEn segundo lugar, La Gran Muralla propone la típica historia de colaboración entre personas que pertenecen a civilizaciones muy diferentes. Es difícil no recordar referencias tan evidentes como Black Rain (1989) de Ridley Scott o El último samurái (2003) de Edward Zwick. Precisamente, dos de los guionistas de esta última (Edward Zwick y Marshall Herskovitz) también colaboran en el guion de La gran muralla, lo cual explicita con bastante claridad las intenciones de esta película.
Finalmente, hay que destacar la dirección de Zhang Yimou, igual de hábil en crear historias intimistas —como Sorgo rojo (1987), La linterna roja (1991), Qiu Ju, una mujer china (1992), Ni uno menos (1999), El camino a casa (1999), Happy Times (2000), Amor bajo el espino blanco (2010) o la reciente Regreso a casa (2014)— como en las películas de acción más trepidantes —Hero (2002), La casa de las dagas voladoras (2004) o La maldición de la flor dorada (2006).
Por todo ello, cabía esperar grandes cosas de La gran muralla. Pero, desgraciadamente, el resultado final ha quedado a medio gas.
Es cierto que el film logra mantener su ritmo trepidante a lo largo de su hora y cuarenta minutos de metraje. Igualmente, lejos de adoptar una perspectiva visual convencional, la película opta por un brillante preciosismo plagado de puntos de vista insólitos y una deslumbrante riqueza cromática. Todo ello la convierte, sin duda, en un gran espectáculo fílmico.
Sin embargo, todo el conjunto se resiente de una evidente falta de pasión que parece denotar que se trata de un trabajo de encargo donde quienes intervienen no parecen tener demasiada convicción por él.
A pesar de que todo el reparto cumple con sus papeles, la falta de pasión hace que La gran muralla se vea sin disgusto pero tampoco dejará una huella especialmente intensa en el espectador.
Ritmo trepidante y visualmente arrolladora, pero falta de pasión. @thegreatwall @jmcruzbar Share on X
Nota (de 0 a 10): 6,5.
Lo que más me gustó: Su ritmo trepidante y su preciosismo visual.
Lo que menos me gustó: La falta de pasión del conjunto.
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