Esta lista no es nada tonta, es más, es una lista de humor inteligente…
La Lista de Despropósitos de Año Nuevo
Se nos acaba de ir otro año por el sumidero de nuestra desmemoria. Uno más. Otro más.
Y como todos los años, llega enero y lo típico: toca hacer la Lista de Propósitos de Año Nuevo.
Todos nosotros, quien más y quién menos, tiene algo en su vida que desea cambiar; algún mal hábito del que desembarazarse o algún buen hábito que instaurar en nuestra rutina diaria.
Están los típicos y tópicos: bajar de peso, ir al gimnasio con asiduidad, dejar de fumar, dejar atrás las porquerías y comer más sano, aprovechar más el tiempo, etc.
Cruzar a nado una distancia considerable entre dos islas con un mar infestado de tiburones. Share on XY luego están los otros, un poco más excéntricos: como escalar una montaña, hacer puenting, tirarse en paracaídas o cruzar a nado una distancia considerable entre dos islas con un mar infestado de tiburones mariquitas.
Las redes sociales se llenan de propósitos de Año Nuevo. Millones de personas en todo el mundo arden en la necesidad de contar a sus amistades —reales o ficticias— todo lo que piensan cambiar en sus vidas en los próximos doce meses. Algo así como una especie de expiación de los pecados adaptado a las nuevas tecnologías.
Pues bien, fiel a mi costumbre kamikaze de ir en contradirección por la autopista de lo convencional, esta vez he decidido crear mi propia Lista de Despropósitos de Año Nuevo.
Ahí va, por si os interesa:
1 No bajar de peso
Harto de tropezar una y otra vez en mi particular piedra en el camino, tampoco este año pienso comprometerme a bajar de peso. ¿Para qué? Todos sabemos —yo el primero— que la comida que mejor sabe es la que te hace engordar. La otra, la sana, es una mierda sin sabor que hace que se te quiten las ganas de vivir, lo cual es un contrasentido en sí mismo, ya que, si al comerla se te quitan las ganas de vivir, ¿qué sentido tiene alargar la agonía?
La comida que mejor sabe es la que te hace engordar. La otra, la sana, es una mierda sin sabor. Share on X2 No hacer más ejercicio
¿Hacer ejercicio? ¿Es que nos hemos vuelto locos? Con lo a gusto que se está echado en el sofá comiendo porquerías de esas hasta el culo de grasas saturadas —¡Que te den, corazón!—, bebiendo una cervecita bien fresquita o un refresco gasificado, pulsando de forma compulsiva el mando a distancia de nuestro televisor en busca de alguna chorrada con la que entretenernos o algún programa vacío de contenido para poder criticarlo abiertamente y sin complejos y reafirmarnos en nuestra idea de que Dios nos odia y por eso nos castiga con esta televisión en abierto con la que algún psicópata metido a programador de televisión nos obsequia cada día.
Menos mal que aún tenemos ese maravilloso invento llamado «publicidad». Me encantan los anuncios de la tele. Es más, detesto que me los corten o que me los interrumpan cada dos por tres para ponerme capítulos de los Simpsons o de Big Bang Theory. Así que, si entre algunos de los lectores de MOONMAGAZINE se encuentra uno de esos psicópatas metidos a programadores de televisión, tengo un mensaje para ti: «Querido psicópata/programador de TV: Por favor, programa más anuncios y emite menos series, plis. Firmado: una víctima más de la televisión basura».
3 No aprovechar más el tiempo
Típico propósito de año nuevo: «Este año pienso aprovechar mi vida al máximo, vivir cada día como si fuese el último, atesorar cada momento vivido como algo mágico y único».
¿En serio? No flipes, colega. ¡Cuánto daño ha hecho El club de los poetas muertos y su dichoso Carpe diem! Y eso por no hablar del “Vendehumos Oficial del Reino de la T0ntería” llamado Paulo Coelho y sus perlas filosóficas de TODO A CIEN.
Pues no, no pienso aprovechar mi vida al máximo ni vivir cada día como si fuese el último. Es más, en cuanto acabe de redactar esta estúpida lista pienso echarme en el sofá a rascarme los sobacos —Bukowski, ¡qué gran inspiración! Tú sí que eres un filósofo de los buenos, y no como ese pringao del Coelho.
4 No dejar de fumar
No, tampoco pienso dejar de fumar. Yo no fumo, os lo avanzo, pero voy a empezar a hacerlo. Sólo por llevar la contraria. ¡A mí me van a decir lo que debo o no debo hacer! Vamos hombre, ni de coña.
No, tampoco pienso dejar de fumar. Yo no fumo, os lo avanzo, pero voy a empezar a hacerlo. Share on X5 No aprender otro idioma
¿Para qué? Me explicaré. Vivimos en un mundo hiperconectado, absolutamente dominado por las nuevas tecnologías. Quien más o quién menos tiene tablet, o Iphone, o Ipad, o cualquier mierda de ésas con nombre molón. Y todos esos aparatos tienen instaladas aplicaciones informáticas que te traducen en décimas de segundo cualquier texto que introduzcas. Incluso me han comentado que ya existen hasta aplicaciones informáticas capaces de traducirte en diferentes idiomas grabaciones de voz; es decir, que tú le hablas a uno de esos cacharros, pulsas un simple botón y el programa se encarga de devolverte una grabación con la traducción fonética.
Dentro de nada inventarán un programa capaz de leernos los pensamientos y traducirlos a catorce idiomas, incluido el lenguaje de signos para sordos para cuando estés discutiendo con tu novia cabreada, porque como todos sabemos las novias cabreadas no escuchan cuando discutes con ellas.
6 No dejar de quejarme de todo
Está claro. Ni de coña estoy dispuesto a renunciar a uno de los mayores placeres que podemos disfrutar totalmente gratis: criticar todo lo humanamente criticable y más.
Ni de coña estoy dispuesto a renunciar a criticar todo lo humanamente criticable y más. Share on XEa. No me da la gana. ¡Lo que me faltaba! De eso nada monada. Seguiré quejándome hasta el día en que me muera. Y luego, si hay vida más allá de la muerte, me seguiré quejando por todo: que si qué aburrido es esto de estar en el Cielo, que casi prefiero el Infierno que es donde está la diversión, que si las nubes no están muy mullidas, que si qué mierda es esto de no tener genitales, que si a ver si dejan de dar el coñazo los putos ángeles con sus jodidas arpas o se las voy a meter por el culo; en fin, y así hasta el infinito.
7 Dejar para mañana lo que pueda hacer hoy
¿Os habéis fijado en la fecha de publicación de este artículo? Mis jefes en Moon llevaban detrás de mí desde mediados de noviembre para que lo escribiese, ya que pensaron que sería buena idea tener esta lista lista —ja— para hacer coincidir su publicación con el inicio del año nuevo.
Lo que no sabían los pobrecitos era lo de mi nueva filosofía vital. Imagino sus caras al leer este punto de mi lista. —ja, again—.
8 No permitir que…
Disculpad un segundo. Mi mujer me llama.
—¿Sí, cariño? Joder, ¿y tiene que ser justo ahora? Está bien. Dejaré lo que estoy haciendo. Dame un minuto para despedirme de los lectores de MoonMagazine.
En fin amigos, ha sido un placer haber departido con todos vosotros. Ahora he de dejaros. Mi mujer me acaba de recordar que tengo que hacer la lista de la compra. ¡Dichosas listas del demonio!
Hasta más ver.
Humor absurdo de Pedro Fabelo.
Dibujo y digital de Rosa Prat.
La verdad es que es una lista muy buena, me uniría a ti en todos tus despropósitos, pero tengo una boda en septiembre y si o sí tengo que adelgazar, porque quiero meteme en un vestidazo e ir divina de la muerte.
Lo de quejarme va por delante, por supuesto que me quejaré, eso lo tengo claro, a quejica no me gana nadie, jejeje.
Mis frases favoritas: Qué cansada estoy (y que poco me quejo) y Qué calor que hace.
Las puedo repetir cien veces al día.
En fin, mucha suerte con los propósitos, y espero que no llegue nadie y que te los haga cambiar.
Un abrazo.
Hola María : ) Gracias por pasarte por este lado de la luna.
De aquí a septiembre aún quedan unas cuantas hamburguesas de distancia, así que hay margen. Disfruta de la comida con sabor a algo. : )
Lo de quejarnos es uno de los pequeños placeres que nos permite liberar endorfinas y mala hostia. Y encima es gratis. Hasta que venga el listo de turno y se le ocurra clavarnos un «Impuesto por Queja» (ya sé que parece absurdo, pero ya verás, ya).
Muchas gracias por tus buenos deseos. Seguiré con mi «mala vida». ; )
Un abrazo, María.