Los ratones de Dios, de Luis Rendueles. Sobre el robo del Códice Calixtino

Los ratones de Dios, del periodista Luis Rendueles, es otra de las investigaciones que nos presenta la colección Sin Ficción de la editorial Alrevés y que desbroza el robo del Códice  Calixtino en la Catedral de Santiago de Compostela. Así lo contaba el diario El País el 7 de julio de 2011:

«El Códice Calixtino o Codex Calixtinus, un libro del siglo XII de valor incalculable, ha desaparecido de la Catedral de Santiago de Compostela, en lo que puede ser uno de los hurtos más importantes de patrimonio histórico y artístico de España. La ausencia del códice, que se guardaba en una caja fuerte del archivo, se descubrió el martes por la tarde, aunque la sustracción se produjo la semana pasada, según fuentes policiales. La pieza no estaba asegurada, según ha confirmado a la prensa el deán, José María Díaz, que reconoce no saber si el seguro general contratado para la Catedral cubre el hurto del libro».

En aquel mes de julio a todos nos sorprendió la noticia del robo, pero Los ratones de Dios nos sorprende aún más al destapar la dejadez en que se encontraba la organización de una de la catedrales más importantes de la cristiandad, una catedral en la que las donaciones de los peregrinos entraban a raudales y salían sin que nadie le diera mayor importancia ni denunciara los hechos. También habían desaparecido otras piezas de arte.

Luis Rendueles nos presenta con inigualable maestría la comparación entre unos canónigos, ninguno con menos de 60 años, que se cierran en banda ante el robo, y un equipo policial que renuncia a su vida personal para dedicar un año de sus vidas a rastrear los vericuetos de la catedral, a desmenuzar las vidas de todos sus habitantes y visitantes habituales incluso menospreciando su propia salud como es el caso del Jefe Tenorio. Este desde el principio puso al frente de la investigación a Ana González. Ellos descubren atónitos las más secretas relaciones, los robos, los odios, los rencores…

Para mí las dos cosas más notables de esta obra son la belleza del mismo Códice y el ambiente en el que nos sumerge el autor.

El periodista introduce fragmentos del Códice de una belleza inigualable, convirtiéndolo en un personaje más, haciéndonos partícipes del dolor de la pérdida de semejante obra de arte. Creo que esta es una de las principales fortalezas de Los ratones de Dios, que nos transporta a los oraciones escuchadas en las novenas de nuestra infancia: «Vienen los enfermos y son curados, los ciegos ven la luz, los tullidos se levantan, los mudos hablan, los endemoniados se libran de la posesión del diablo, los tristes son consolados y, lo que aún es mayor portento, son oídas la oraciones de los fieles».

Y para terminar, «Al cruzar la puerta de la catedral entrabas en la Edad Media» y es que desde el minuto uno nos vemos inmersos en un espacio de otra época, entre botafumeiros, escaleras de caracol, pasillos donde solo entra la luz a través de vidrieras pero de donde no sale nada al exterior. Los personajes a veces siniestros que caminan, viven, mueren y son enterrados en la catedral y que esconden todo lo que allí pasa.

Por si alguno no recuerda quién fue el ladrón, no lo menciono. Os recomiendo leer esta obra y descubrirlo.

También os pueden interesar los siguientes títulos de la colección Sin Ficción:
29 balas y una nota de amor, de Alfonso Egea
Cazaré al monstruo por ti, de Manuel Marlasca

Los ratones de Dios

Luis Rendueles

Editorial Alrevés

Colección Sin Ficción

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Reseña de Maya Velasco

Portada para la reseña: David de la Torre