En Lumpen seguimos en Canillejas. Han pasado años desde que abandonamos el barrio al terminar la lectura de Yonqui. No sabría decir cuántos, pero la crisis ya ha hecho acto de presencia, el barrio se va llenando de rumanos, hay teléfonos móviles y se habla de los años setenta (en los que comenzaba Yonqui) como de una época pasada hace ya mucho tiempo.
Han pasado los años, pero el barrio sigue tan sumido en la mala vida como siempre: yonquis, putas, camellos, alcohólicos, proxenetas, descuideros; vino barato, farlopa, cubalibres, caballo, birra, DYC, jachís, pastillas. Todo ello sigue dibujando el paisaje cotidiano de un barrio que aunque nunca ha protagonizado una página de sociedad más allá de las que relataba El Caso, es conocido en todo el mundo: «dense una vuelta por Tokio y pregúntenle a un taxista por Ca-ni-lle-jas, seguro que sonríe y asiente».
El protagonista de Lumpen es Luciano Boquete, alias Lucky, que es como decidió que le llamaran después de ver una película sobre la vida de «Lucky» Luciano.
Lucky comienza esta historia al lado de la tumba de su amigo, Javi «el del cúter», al que visita de vez en cuando con una botella de DYC y una guitarra con la que cantarle alguna canción. Javi era su amigo de la infancia y murió de una sobredosis, cosa nada rara en el barrio.
#Lumpen dibuja el paisaje cotidiano de un barrio: Canillejas. @gomezescribano @rosaberros Share on XLucky se ha salvado del caballo, «¡sabes de sobra que yo no me pongo caballo, joder!», pero no ha podido librarse de otras drogas menos duras y de otros regalos que el barrio le ha ido ofreciendo desde la infancia. «Un tipo yacía sobre el capó del coche con el cuello rebanado y el cuerpo colgando por el lateral. […] aquella escena pobló mis pesadillas durante bastantes años. Más tarde otras escenas se han ido mezclando con esta primera barbaridad y mis pesadillas son más variadas».
Ahora, Lucky y el tercer amigo, Antonio, se dedican, más o menos a velar por el orden. Cómo terminaron presentándose a las oposiciones para «maderos» podría ser un misterio si no fuera porque Lucky lo tiene muy claro. Fue por una de esas decisiones que se toman «teniéndolo repentinamente claro […] y luego Dios dirá […] en realidad un madero lo que hace es perseguir a gente como nosotros, así que ambientados ya estábamos».
Varios años después, Antonio es policía nacional en la comisaría de San Blas y Lucky, tras pasar también por el cuerpo y por la misma comisaría, lo dejó por desavenencias con un superior en particular y con el sistema en general. Ahora es detective privado, se dedica a investigar por su cuenta y tiene su oficina en el barrio de las Letras, encima del restaurante «La Daniela» especializado en cocido madrileño (y juro que conozco pocos restaurantes de Madrid, pero en este concretamente he estado comiendo; no cocido pues el calor lo desaconsejaba).
Y así, del barrio de las Letras a Canillejas; de la oficina a casa de su madre; de La Anchoíta a lo del Rico, Lucky nos hará un paseo turístico por los bares más tirados y las tascas más castizas de Madrid y se irá encontrando con personajes del barrio a los que conoce desde siempre y de cuyas historias de miseria y fracaso, de enriquecimiento vil y miserable, de enganche a todo tipo de sustancias y comportamientos adictivos nos irá poniendo al corriente porque «eso de que me caigan bien los borrachos y los desheredados tendría que mirármelo».
De manera que Lumpen es un catálogo de historias terribles contadas con el sentido trágico, pero humorístico que algunos saben darle a lo que es inevitable. Sabremos del Pimienta que se desenganchó de la heroína esnifando rayas de pimentón y masticando guindillas con lo que se hizo adicto al picante del que consiguió desengancharse… «enganchándose de nuevo a la heroína»; y de Tomás, un alcohólico ex policía al que jubilaron sus jefes porque quería jubilarlo el alcohol, aunque ya antes lo había jubilado su mujer del oficio de ser su marido; y de el Fali, un delincuente muy famoso en Canillejas allá por los setenta que, tras hacer un papel en un par de películas, parecía haberse salvado del cierto futuro que le estaba destinado «pero, las drogas, el barrio, las calles y la estupidez que flotaba en el aire y respirabas con naturalidad pudieron con él»; y de otros muchos personajes tristes, condenados, buscavidas, desesperados…
Ni siquiera sabemos si Lucky se ha librado del destino que alcanzó a muchos en el barrio; del destino que muchos en el barrio persiguieron hasta que los alcanzó. Lucky va trampeando con su trabajo y su vida fuera de allí, pero siempre acaba volviendo y enredándose con sus habitantes y con sus historias.
Ahora le han encargado un caso que, contra todo pronóstico, por venir de un colegio jesuita, lo va a meter de lleno en el mundo conocido de las drogas, la prostitución, las mafias y el asesinato.
Y mientras busca a Santiago Gamboa, un profesor que lleva una semana desaparecido, va a encontrar lo que no buscaba, va a desentrañar el enigma de un caso que nunca había sido tal y va a hacer un poco de justicia para que el mundo sea algo más vivible y asumible. Y es que el profesor había dejado de tomar el metro a las siete y media de la mañana (metafórica o realmente, y puede que para siempre) y ya dijo alguien, que Lucky no cree que fuera Marx, «que la diferencia entre el lumpen y la clase trabajadora era el Metro a las siete y media de la mañana».
No es necesario que algo te guste para poder amarlo. #Lumpen @gomezescribano #reseña @rosaberros Share on XLucky no tiene necesidad de coger el metro, al menos no a las siete y media de la mañana. Vive y tiene la oficina en el mismo piso. Podíamos decir que Lucky ya es clase trabajadora. Atrás quedaron los robos y el mundo de la delincuencia. Ahora tiene unas oposiciones a la policía nacional (cuerpo del que no sabemos si está en excedencia, pero bien podría ser), un trabajo con el que sobrevive y con el que se paga sus vicios, que no son pocos; un trabajo que le haría coger, metafóricamente, el metro a las siete y media de la mañana. Pero es que Lucky, nunca ha podido desprenderse del barrio en su más pura esencia. Es clase trabajadora, pero no ha podido abandonar del todo su afición al lumpen. Él ha salido hasta cierto punto del barrio, pero el barrio está incrustado en sus entresijos más profundos. Tan incrustado como para decirle a su amigo Tomás:
«En ocasiones tienes la impresión de que mientras todos pegan tú solo recibes. En este caso te tumbas en el suelo y esperas en vano que se apiaden de ti.
—O que se cansen de pegar.
—Veo que ya conoces la canción.
—Claro, y en un momento dado te levantas y empiezas a dar hostias a todo lo que se mueve. Compruebas que solo le aciertas al vacío, que simplemente has nacido para recibir.
—Eso es. Y entonces te agarras a la botella, o al caballo.»
Lumpen tiene dos firmas. A la de Paco Gómez Escribano se une la de Luis Gutiérrez Maluenda. Como nos cuenta el propio Paco hablando de la novela en Culturamas:
[…] conocí al maestro Luis Gutiérrez Maluenda. Seguramente ustedes le conocerán por sus novelas de la saga “Humphrey”, la saga “Atila” o cualquier otra de sus obras maestras. Para mí fue un privilegio conocerle tanto personal como profesionalmente. Como se interesó por lo que estaba escribiendo le fui dando capítulos a ver lo que le parecía. Y me fue dando su opinión sincera y crítica: «este capítulo es una maravilla», «este me gusta menos», «este otro es una mierda», etc. Tanto corregimos y arreglamos que decidimos hacerla juntos, lo que popularmente se conoce como escribir una novela a cuatro manos.
Puede que fueran cuatro las manos, pero el alma es una y es la de Paco Gómez Escribano porque de lo que se habla en Lumpen es de su barrio, del barrio en el que creció. No es necesario que algo te guste para poder amarlo; no es necesario que algo sea maravilloso e idílico para que te guste. Creo que a Paco le gusta su barrio y, desde luego, lo ama. Tú no eliges al barrio, el barrio te elige a ti, te hace, te moldea. No eres el mismo dependiendo del barrio en el que se hayan desarrollado tus fantasías infantiles y adolescentes y, tanto si sobrevives a él como si sucumbes, te llevas el barrio pegado a la piel. Paco Gómez Escribano ama a su barrio, tal vez porque le gusta, tal vez porque no es idílico ni maravilloso. Tal vez porque en él se fraguaron sus temores y despertaron sus esperanzas y tal vez porque le enseñó, más que lo que deseaba ser, lo que, por nada del mundo querría ser.
#Lumpen @gomezescribano ama a su barrio, tal vez porque le enseñó lo que no quería ser @rosaberros Share on XLumpen, Yonqui y Manguis conforman la Trilogía de Canillejas de Paco Gómez Escribano.
Título: Lumpen
Autor: Paco Gómez Escribano y Luis Gutiérrez Maluenda
Tapa blanda: 246 páginas
Editor: Pan de Letras Editorial; Edición: 1 (20 de febrero de 2015)
Idioma: Español
ISBN-10: 849435860X
ISBN-13: 978-8494358609
Gracias a todos y, una vez más, a ti, Rosa, y a Moon Magazine. Abrazo.
Gracias a ti, Paco por darnos una imagen de tu barrio en la que nos transmites todo el cariño que le profesas y por traernos unos personajes tan bien dibujados y tan entrañables (muchos de ellos porque también los hay malos, muy malos)
Espero poder pronto leer «Manguis»
Un beso.
Me ha intrigado mucho. Yo no era de este tipo de historias hasta que hace unos 16 años me enganché a Juan Madrid, y he ido «evolucionando». Me la apunto, no sé para cuando, pero me la apunto totalmente.
Besos.
Pues fíjate que nunca he leído a Juan Madrid y ganas no me faltan, pero con todo lo que tengo pendiente, de momento, no voy a aumentar la lista.
Si tu tiempo te permite sumergirte en esta trilogía de Canillejas, no la dejes escapar
Un beso.
Interesante reseña, Rosa, escrita a cuatro manos pero con una única alma, como dices, de un mundo que solemos ver desde la barrera aunque sea muy real.
Un beso
La reseña ha cogido interés de la novela. Yo he dado mis impresiones de ella y, como no podía ser de otra manera, he tenido que reflejar el interés que desprende.
un beso.
Estupenda reseña, Rosa, de una obra a cuatro manos pero un alma, como dices, sobre personajes que vemos desde el otro lado del cristal o desde la barrera,, pues aún siendo bien reales, no son las que solemos ver.
Un beso
Gracias, Francisco. Abrazo.
Gracias, Francisco. Es una novela muy interesante y, como dices, responde al esquema del detective atrapado entre sus recuerdos y vivencias pasadas, de las que no puede desprenderse y la persona que, hasta cierto punto, se ha visto liberada de la trampa que suponen ciertos ambientes. Y todo ello contado de maravilla y con conocimiento de causa por Paco Gómez Escribano.
Esta novela y toda la trilogía hay que tener en cuenta.
Un beso.
Una gran reseña de una novela negra a la española con una trama realista y un desespero de trasfondo.
¿Cómo no amar el barrio que nos vio crecer?
Es curioso comprobar como una de las pautas que se repite en toda buena novela negra es la del policía o el detective de turno que a la vez que intenta hacer justicia en su entorno, tiene que luchar contra sus propios demonios interiores.
Habrá que tener en cuenta esta novela después de tu intensa presentación
Un abrazo.