M. Night Shyamalan. El cineasta de cristal: instrucciones para conocer y amar a un director

M. Night Shyamalan. El cineasta de cristal

Resulta evidente desde el título que el volumen que tenemos entre manos se centra en la obra y la figura de Manoj Nelliyattu Shyamalan, más conocido por su nombre artístico, M. Night Shyamalan. Originario de la India y criado en Filadelfia, ciudad omnipresente en sus películas, Shyamalan es autor de una extensa filmografía de temática rica y multiforme. Los temas que la pueblan, sin embargo, son constantes universales que él sabe tratar desde un prisma peculiar, muy personal. El cine de Shyamalan es toda una experiencia y no deja indiferente a nadie; los muy célebres giros narrativos, ocurridos en el clímax de las películas de su primera época, han ilustrado y encarnado de manera paradigmática el moderno concepto de spoiler durante su larga trayectoria, que se remonta ya a finales del siglo pasado. Los coordinadores de este ambicioso estudio, Raúl Cerezo y José Colmenarejo, han sabido reunir a casi una cincuentena de colaboradores para iluminar de manera brillante el camino recorrido por el cineasta, desde unos inicios humildes, hasta la consolidación de un sello identificable. Definido, si hay que elegir un solo concepto, por la deconstrucción; la obra del prolífico cineasta está más allá de una delimitación genérica, que parece menospreciar a favor del dibujo de personajes humanos, a veces demasiado humanos.

Por lo que respecta a la estructura y contenido de El cineasta de cristal, nos encontramos ante más de 430 páginas y un total de veintisiete capítulos de extensión diversa. Los dedicados a cada una de las películas más relevantes del autor se intercalan con artículos menores, acerca de una pléyade de temas: escenas eliminadas, giros finales, simbología, proyectos que nunca vieron la luz… hasta una escuela de seguidores de Shyamalan encuentran su hueco en este libro. La idea de los coordinadores es que tal estructura lo haga más completo y ameno, y así lo explicitan en el prólogo, titulado ilustrativamente, «49 autores, 18 meses y un genio». Además de la explicación de esta estructura tan pensada, se proporcionan las claves al lector, que, de esta manera, comprende la organización de cada tríada de capítulos: el primero se consagra a la recepción crítica, sin perder de vista las vicisitudes de cada filme; el segundo se enfrenta al análisis narrativo de los guiones y a la dirección de actores; el tercero se dedica a la forma cinematográfica.

Son muy conscientes los coordinadores del peor peligro de tan ambicioso estudio: que la multiplicidad de autoría lo termine transformando en un monstruo de Frankenstein heterogéneo y de costuras bien visibles. Tratan de sortearlo con humor en las entusiastas primeras páginas, que hablan «de tú a tú» al lector. «Si no te gusta un autor», vienen a decir, «pasarás a otro enseguida». El problema, si bien no llega a adquirir proporciones monstruosas, no es tanto una cuestión de gusto o estilo personal como de repetición: cada uno de los artículos parece haber sido compuesto de manera independiente, lo que provoca que, sobre todo dentro de cada tríada temática, terminen siendo reiterativos en exceso. Se pierde una magnífica oportunidad de establecer referencias cruzadas entre estudios, lo que habría sido sumamente interesante; sin duda, la falta de tiempo, el volumen de trabajo y la falta de uniformidad en estilo y tono de las contribuciones no han ido a favor de la labor de lima. En este sentido, localizamos una inmensa mayoría de carácter divulgativo, sencillos de leer y aptos para el público menos especializado; muy pocos, aunque los hay, pecan de un exceso de tecnicismos que, unidos a no pocos anacolutos y largas frases de siete líneas, dificultan la comprensión. Sin embargo, como decimos, no se trata de la tendencia mayoritaria entre los colaboradores, donde, a decir de los propios Cerezo y Colmenarejo en el prólogo y la sinopsis hallamos «cineastas, críticos en la cresta de la ola, críticos cogiendo esa ola, directores de festivales, profesores de universidad, escritores, documentalistas, estudiosos, ilustradores, diseñadores gráficos, foreros, aficionados y por supuesto maravillosos e ilustres amateurs». Sus aportaciones resultan deliciosas en la mayor parte de los casos, lo que permite disfrutar todavía más, a posteriori, de las películas visionadas y descubrir nuevos detalles, símbolos e intenciones en los segundos y terceros visionados.

«Estás a un revisionado de amarlo», señalan los coordinadores en el prólogo a los hipotéticos, o no tanto, detractores de Shyamalan. Y ellos nos dan las instrucciones para hacerlo.

El cineasta de cristal nos ofrece, en definitiva, un recorrido completo de la filmografía de Shyamalan, desde sus primeros escarceos tras los pasos de Spielberg con una cámara casera, hasta la recién estrenada Glass, aludida con sutileza e ingenio en el propio título de este libro. Se incluye, a manera de bonus, una genial entrevista con el realizador de origen hindú, realizada antes del estreno de su última cinta en España. Resulta una apetitosa guinda para este pastel de muchos pisos la idea de tener una conversación, casi privada, con el genio que nos hace agitarnos, ilusionarnos, gritar, taparnos los ojos; el que sabe cómo dejar una huella duradera en el espectador. Una invitación a la reflexión sobre la naturaleza del mal, la justificación del sufrimiento, la presencia de lo sobrenatural en lo cotidiano, lo trágico que juega a mezclarse con lo cómico. Y todo ello, en un cine alusivo, desprovisto de dogmas, metafórico y poderoso cuya idiosincrasia retrata y capta a la perfección este libro.

M. Night Shyamalan. El cineasta de cristal

VVAA

Raúl Cerezo y José Colmenarejo (coords.)

Editorial Berenice, 2019

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Reseña de Rosa García Gasco

Portada de la reseña: David de la Torre