Mi séptimo libro es el primero de relatos y se titula Carry that weight y otros cincuenta cuentos (musicales), publicado en octubre de 2024 por Sílex ediciones, también el segundo con la música como ámbito esencial (el otro es La música pop y nosotros). Los cuentos que lo integran han sido escritos a lo largo de muchos años, alguno ya en 2010, el último un año antes de la aparición del libro.

Como podemos leer en la cuarta de cubierta del volumen, resultaba inevitable que alguien como yo —que escucho música cada vez que puedo, todos los días, desde que siendo un niño supe que sin ella la vida es otra cosa, algo a lo que es más difícil llamarlo vida— acabara escribiendo narraciones en las que el ámbito musical fuera el protagonista medular.

En esos relatos quienes más suenan son The Beatles, por eso salen en la hermosa cubierta ilustrada por Pedro Arjona, que los ha traído a mi barrio, a Matadero Madrid. Pero también puedes escuchar en sus páginas a Neil Diamond, The Kinks, The Doors, Joan Manuel Serrat, Camilo Sesto, Bruce Springsteen, Vainica Doble, Blondie, Nino Bravo, Burning y Tequila, The Clash, The Rolling Stones, Bob Dylan, Michael Jackson…

Madera de árbol, un cuento musical boceto portada.

‘Madera de árbol’ es uno de los cuentos de Carry that weight..., que ahora MoonMagazine publica como adelanto exclusivo de la obra.

Amantes de The Beatles y la buena música: presentamos en exclusiva, Madera de árbol, relato extraído de Carry that weight y otros cincuenta cuentos (musicales), séptimo libro del escritor y editor @ibanezsalas @silexediciones. Share on X

Madera de árbol

Recuerdo la vez que me entrevistaron en un bosque. Pensé cuando me lo dijeron, eso de que me querían entrevistar en un bosque, que así en el nada aventurado caso de que escribiera un cuento sobre ello, sobre la entrevista, digo, haría aparecer por fin, por vez primera, un bosque en uno de mis cuentos. Y dicho y hecho. Mejor dicho: pensado y hecho.

La entrevista era para un programa sobre libros de una televisión de esas que aún se empeñan en existir, incluso a sabiendas de que los días de ver la televisión como si Chicho Ibáñez Serrador siguiera trabajando se habían ido al garete para siempre. El programa lo daban los domingos a la hora de la siesta. Lo veía muy poca gente cuando lo emitían, pero en YouTube tenía muchas visitas. Eso me dijeron cuando me llamaron. Sí, me llamaron a mí. No tengo agente. Ni perro que me ladre. Yo no tengo a nadie, que cantaría Raphael. ¿Se acuerdan de Raphael?

En la entrevista, de buenas a primeras, se me ve, se me escucha a mí diciéndole al entrevistador, un chaval muy majete ligeramente tartamudo y bizco que da fatal en pantalla pero que tiene su aquel (su aquel, como Raphael…), eso de que a nosotros, a los niños de cuando yo era niño, todavía se nos decía de vez en cuando, para hacernos valorar lo importante de gestionar bien la escasez (el precepto esencial y el objeto de la economía), aquello de unaguerracivilteníaisquehabervividovosotros. Una guerra civil. Te cagas. No sé a cuento de qué decía yo eso. Tendré que entrar a YouTube a verlo una vez más. Pero, sí, una guerra civil teníais que haber vivido vosotros. Una guerra civil como la que vivió nuestra generación, la generación de los que nacimos 25 años después de que los vencedores hubieran alcanzado todos sus objetivos. Todos los vencedores, no. Los vencedores de verdad. Yo ya me entiendo.

El bosque era de árboles. No puedo decir más. Y con esos mimbres escribo un cuento en el que sale un bosque. Así, cualquiera, se me dirá. Pues así es, respondo. Escribir no tiene por qué ser un sufrimiento. ¿Lo ha de ser leer? Pues, entonces.

Madera de árbol. Podría titular así el cuento en el que sale un bosque donde me entrevistan para un programa de televisión. Un programa sobre libros. ¿Qué pintaba yo en un programa sobre libros? Menos mal que no me hice esa pregunta cuando me propusieron la entrevista. Solo fui, para escribir un cuento en el que saliera un bosque. Un cuento mío que nadie publicará. Como siempre. Un cuento que no malgastará la madera de árbol de ningún bosque.

Lo digo ya, yo, que apenas tenía publicados tres libros que nadie había leído, fui invitado a ser entrevistado en un programa literario televisivo porque alguien del programa me seguía en Facebook y creyó que yo daría mucho juego para un programa dicharachero y al mismo tiempo cabal (¿lo podéis creer?) dedicado a la lectura, a la escritura, a la edición. Yo acepté porque pensé enunbosque… Así, en plan Hommer Simpson. Y lo di. Juego. Mucho juego.

Hay que decir que el bosque era pequeño. Pero era un bosque. Frondosillo todo lo justo. Sin casi arbustos, solo árboles, altos, delgados, poco recios, afarolados. Mucha naturaleza para un urbanita. Y hacía calor, pese a la mucha sombra. La entrevista duró poco. Me habían anticipado las preguntas y llevaba memorizado lo que quería responder. Pero… Me dejé llevar y fui yo. Los pájaros, pocos, hacían mucho ruido… Y me puse a cantar. Los pájaros bajaron de las copas y se posaron algunos sobre mí, otros encima de la pequeña mesa que formaba parte del improvisado y bien resuelto estudio campestre al que se añadían las sillas donde el presentador y yo, cada uno en la suya, se entiende, nos sentábamos. Dejé de cantar, les dije algo o les silbé a cada uno de los pájaros y miré directamente a la cámara para impresionar a quien quisiera ver el programa, en la tele o en una tablet o yo que sé ya dónde, y pronuncié unas palabras que son ya historia de la televisión. Y de YouTube:

«De todas maneras, donde esté la música que se quite cualquier libro, cualquier tuit, donde esté una buena canción, una novela no tiene nada que hacer, ni siquiera un poema».

El caso es que tras decir la palabra poema me vine arriba. Había un pájaro, uno que parecía un águila pero en pequeñito, lo juro, que se me estaba quedando mirando como asintiendo, y de pronto se puso a negarme con su cabeza, y entonces a mí no se me ocurrió nada mejor (en realidad no se me ocurrió, simplemente lo hice) que ponerme en pie y quise empezar a declamar un poema, por supuesto improvisado (no recuerdo ni uno solo de los cientos que he escrito). El presentador bizqueaba mogollón. Pero la cámara era toda para mí. Las cámaras. Las tres. Para mí y para el pajarraco con cara de águila, que ahora estaba como prendido a mi camiseta. Era una de los Beatles, me parece. Y el poema, ese sí lo recuerdo porque cuando me vi en la tele transcribí mi perorata con forma de versos y la tengo ahora mismo delante, el poema decía tal que así:

Las estrellas, hechas de ti,
escriben en la piel su celeste ambición:
ojalá supiera cantar para así
conmover cada espacio del mundo
con un fado, un cante, un viaje
hacia la pasión, ese destino si no tuviera miedo;
ausencia, lágrimas de corazón y hueso,
decirte quiero que te quiero
mas sin las láminas de oro
de las cuerdas de una guitarra
solo sé que seré capaz de recitar
un simple poema,
una poesía de versos en el silencio
anodino de las palabras,
esa melodía sin música,
muda, enajenada,
anterior al sonido hermosamente perfecto
de un piano lleno de agua
como el del elepé de los Clash.
London Calling, deja en la arena
todos aquellos poemas,
cerrad las novelas, no leáis el teatro
en un libro. Las estrellas iluminarán este bosque
y escucharemos a sus pájaros cantarnos el olvido.

Madera de árbol. Lo voy a titular así al cuento. Madera de árbol. En el programa, antes de mi entrevista había un reportaje sobre la portentosa obra de Ian McEwan y después de ella una crítica molona de la nueva por aquel entonces novela de Luis Landero. Pero lo mejor, lo mejor fue mi entrevista. ¡Qué duda cabe! London Calling, Madera de Árbol.

Publicamos uno de los cincuentaiún cuentos de @ibanezsalas, como adelanto exclusivo de Carry that weight y otros cincuenta cuentos (musicales). Una declaración de amor a la música (y a los Beatles). @silexediciones. Share on X
Madera de árbol

Carry that weight y otros cincuenta cuentos (musicales)

José Luis Ibáñez Salas

Sílex Ediciones

José Luis Ibáñez Salas

Todos los artículos de Revista MoonMagazine están sujetos a derechos de propiedad intelectual. Está prohibida su utilización (copias, duplicados y capturas) en cualquier medio sin el consentimiento expreso y por escrito de los autores y de la revista. Copyright MoonMagazine.info © Todos los derechos reservados.