La Noche de Brujas es la oportunidad ideal para disfrutar de lo mejor del género de terror en la pantalla grande y chica. Tal vez se trate de una evolución de la antigua costumbre ancestral de contar historias terroríficas alrededor del fuego o que simplemente, el miedo es parte del pensamiento humano. Cual sea el motivo, Hallowen nos recuerda que, a pesar de los avances tecnológicos y el cinismo de nuestra era, lo que nos asusta está muy cerca, escondido entre las sombras, a punto de mostrarse. Un pequeño escalofrío inexplicable.
¿Y cuáles son las mejores series que reflejan el particular estado de ánimo de estas fechas? Las siguientes forman parte de una selección de las mejores series de terror para una especial maratón de Noche de Brujas.
Si no las has visto ya, estas son las 5 #series de #terror perfectas para hacer un maratón este #Halloween2019. #NocheDeBrujas #seriéfila con @Aglaia_Berlutti Share on X
Gif animado de Virginia Moyano
Maratón de series de terror para esta Noche de Brujas
1.— Marianne (Empreinte Digitale and Federation y Netflix). Noche de Brujas con bruja
En 1994, la película del maestro del terror John Carpenter, En la boca del miedo, se preguntaba de manera muy ingeniosa si cada libro de terror es, de hecho, una puerta abierta hacia algo más elaborado, siniestro y por supuesto, peligroso. Este año, la serie Marianne de Netflix dirigida por Samuel Bodin, recupera la premisa y la redimensiona, al crear todo un universo alternativo de enorme complejidad, que emparenta la noción de la literatura terrorífica (con todos sus símbolos y dobles lecturas) con una primitiva concepción del terror.
La serie cuenta la historia de una escritora que decide retirarse, sólo para describir que todos los horrores que imaginó alguna vez son reales. El resultado es un argumento que explora todo tipo de metáforas sobre lo terrorífico, sin caer en clichés ni mucho menos, análisis superfluos sobre el miedo contemporáneo. Desde brujas hasta posesiones diabólicas, zombies, espectros y una considerable carga de mitología relacionada con el ocultismo, la serie abarca todo un amplio espectro hasta lograr una connotación sobre el género que rara vez se toca en una sola historia. La serie ha sido la gran sorpresa de esta temporada y se convirtió en un inmediato fenómeno en redes sociales, luego que el escritor Stephen King la recomendara. «Me provocó real miedo» llegó a decir en una entrevista reciente, durante la promoción de su más reciente novela El Instituto.
Una serie que todos los aficionados al terror deberían ver esta Noche de Brujas.
2.— The Terror, de Ridley Scott, David Kajganich y Soo Hugh (AMC). Terror en el hielo
La serie The Terror analiza lo escalofriante desde el enigma que se esconde en lo cotidiano. Basada en la novela homónima de Dan Simmons, la historia tiene la misma estructura pausada y cada vez más claustrofóbica de la novela, pero, además, añade un elemento inquietante basado en un viaje marítimo que, a primera vista, tiene todas las características de la usual aventura sobre el mar. No obstante, de inmediato, el guion deja claro que lo terrorífico está más allá de lo que sea que espere a la tripulación en el confín del mundo conocido. Lo escalofriante empieza a crearse a medida que pequeñas y grandes tragedias imprevisibles comienzan a ocurrir en cubierta y se hace evidente que el predecible elemento sobrenatural es el menor de todos los problemas a los que el H.M.S. Erebus se enfrentará a no tardar. Hora a hora, los esforzados marineros deben lidiar con todo tipo de horrores: muerte por congelación, ahogamiento en aguas tan heladas que resultan trampas mortales desde el primer contacto, ataques violentos de animales. La experiencia del miedo se extiende no sólo desde la percepción de lo temible como una conmoción única, sino como una serie de ideas que se relacionan entre sí hasta elaborar una concepción del miedo monumental. Como si se tratara de un monstruo indescriptible, los dolores y horrores a los que se enfrenta la tripulación son de hecho, la puerta abierta hacia algo más inquietante, duro de comprender, extrañamente violento que la mera idea de un único suceso siniestro.
David Kajganich y Soo Hugh se toman el trabajo de contar la historia del fatídico viaje a través del hielo del Atlántico Norte con paciencia y pulso preciso, lo que convierte a los dos primeros capítulos de la serie en un recorrido accidentado y siniestro hacia una oscuridad que apenas se sugiere. Basada en una historia real ocurrida en el año 1845, The Terror construye una visión sobre lo temible que tiene su origen en pequeñas escenas que profundizan en la tripulación como testigo de lo acaece. John Franklin (Ciarán Hinds) comanda el Erebus sin tenerlas todas consigo: su habilidad es cuestionable y de hecho, desde las primeras secuencias resulta evidente que los trastornos a los que se enfrentará la nave, tienen una directa, inmediata y dura relación con su incapacidad para lidiar con una expedición de semejante envergadura. Poco a poco se hace evidente que Franklin consiguió el cargo gracias a su condición social y el guion hace hincapié en su torpeza con una sutileza casi patética. Una y otra vez Franklin parece batallar con su incapacidad y torpeza, creando el caldo de cultivo ideal para el incidente mayor que la serie anuncia con todo tipo de percepciones y subterfugios. Poco a poco, resulta evidente que el H.M.S. Erebus se encamina no solo a una confrontación con una situación inusitada sino a las inevitables consecuencias de la incapacidad de su tripulación para lidiar con lo imponderable.
Si te gustan las aventuras marítimas y el terror que se alimenta del horror a lo desconocido, The Terror es la serie que debes ver esta Noche de Brujas.
3.— Castle Rock, de Sam Shaw y Dustin Thomason (HULU). Homenaje a Stephen King
La enorme, prolífica y compleja obra de Stephen King es en realidad un multiverso unido por líneas argumentales que atraviesan desde sus relatos cortos y sencillos hasta sus novelas más densas, para mezclarse entre sí en la monumental saga La Torre Oscura. La serie de HULU Castle Rock intenta reflejar la proeza en la pantalla chica y lo logra, en un tono inteligente, medido y meticuloso que intenta abarcar los libros más célebres del autor en el ya conocido pueblo imaginario de Castle Rock. La serie es todo un homenaje a la obra de King como conjunto, pero también, rinde homenaje a la versión del terror del escritor: con su atmósfera tensa, por momentos claustrofóbica y dolorosa, la serie avanza capítulo tras capítulo para meditar sobre las razones del miedo y la forma en que se estructura en un lenguaje y discurso casi cinematográfico.
Para King, la normalidad es una gran simulación. El escritor es capaz de describir el ocio y detalles en apariencia insustanciales, para elaborar algo mucho más complejo y violento. Castle Rock emula la mirada subjetiva y poderosa del autor para brindar al suspense la profundidad de una criatura extraña, ambivalente y casi corriente, sostenido sobre esa pasividad insistente que convierte la incertidumbre en algo por completo nuevo. Una irrupción en la irrealidad que se manifiesta como un gran estallido sensorial. Lo anormal que crea y medita sobre lo fundamental de lo que consideramos real. La serie reelabora las reglas del miedo y lo hace con una precisa construcción de ideas: de la misma manera que ninguno de los libros de King carece de un poderoso, profundo e incluso conmovedor elemento humano, la serie intenta vincular al espectador con la trama, hasta crear una esfera emocional de considerable importancia. Todos los monstruos de King se miran al espejo y se sobresaltan con la imagen que les devuelve el reflejo — como ese tétrico vecino de Salem’s Lot encerrado en un ático, incapaz de afrontar la raíz de su nueva naturaleza — o Christine, convertida en vehículo de venganza y nuevos vicios, algo que Castle Rock consigue a la manera de pequeños juegos de efecto argumental. En cada uno de los capítulos, lo que aterroriza se esconde bajo el tejido de la realidad, conspira para aparecer y desaparecer entre paisajes tan rutinarios que resultan incluso vulgares. Con la misma capacidad para el desencanto de Shirley Jackson para el tema común y los pequeños horrores alambicados en lo desconocido íntimo, King se supera a sí mismo y elabora un lenguaje poderoso para hablar de algo tan antiguo como evidente: el mal aciago, elemental, poderoso, convertido en símil de la naturaleza humana. Castle Rock juega con los mismos elementos y elabora una versión del miedo inteligente, pulcra y sostenida sobre un universo extraordinario: quizás su mayor logro.
Una Noche de Brujas no sería tal sin Stephen King…
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4.— The Purge, de James DeMonaco (Amazon Prime Video)
La primera película de la saga de terror The Purge de James DeMonaco se estrenó en el 2013 y no parecía especialmente terrorífica, aunque la publicidad del Blumhouse Productions se enfocó en crear la expectativa que se trataba de una nueva mirada a la violencia explícita con tintes políticos. Pero el argumento sorprendió porque no sólo no era una historia de terror al uso, sino que, además, analizaba de manera crítica y casi satírica, una serie de temas sociales y políticos muy relacionados con la cultura norteamericana. La primera experiencia fue un relativo éxito de taquilla y se convirtió en una franquicia que mantiene una constante: ofrecer un mensaje escalofriante sobre la naturaleza de la violencia que aterroriza a la audiencia porque es tan cercana a la realidad, que casi parece verosímil.
La serie juega con el mismo comentario social y de hecho, se basa en la misma premisa, aunque desde una óptica más meditada, pausada y por supuesto aterradora. En formato episódico, la serie tiene la oportunidad de desarrollar temas que en el cinematográfico no le permite y, además, agregar algunos giros argumentales que se basan en esencia, en la capacidad del argumento para analizar la versión del bien y del mal cultural. De nuevo, las doce horas en las que se puede cometer los peores crímenes son el centro de la acción, pero en esta ocasión, más allá de la noción del peligro latente, la naturaleza de la violencia institucionalizada y la compresión del horror como una forma de percepción sobre lo social, la serie tiene la oportunidad de desarrollar personajes interesantes y lo suficientemente profundos, para dialogar con algo más que la controversia. Se trata de una percepción sobre el bien y el mal como parte del comportamiento cotidiano, la razón colectiva y algo tan peligroso como la concepción de la masa como una forma de justicia.
5.— La maldición de Hill House, de Mike Flanagan (Netflix). Noche de Brujas con casa encantada
A pesar de llevar el nombre de una de las obras más famosas del género de terror, la serie La maldición de Hill House es algo más que una adaptación: también es un homenaje a la inmortal visión sobre el mal de Shirley Jackson. El director Mike Flanagan (Oculus, Hush, Absentia) no se limita a elaborar una percepción sobre lo maligno que habita Hill House sino que lo lleva a otra dimensión, mucho más violenta, retorcida y basada enteramente en la noción de la atmósfera, más que en los hechos sobrenaturales que puedan o no ocurrir en la tétrica propiedad. Un acierto que aleja a la producción de los clichés habituales del género y reflexiona sobre el miedo desde una perspectiva poderosa. ¿Qué es lo que se esconde en Hill House y la hace un lugar en donde el mal en estado puro se manifiesta con enorme poder? ¿Qué hace de esta vieja casa, siniestra y silenciosa, que medita como ídolo roto en una colina desierta, un tótem de lo siniestro?
Flanagan no sólo intenta responder el origen del terror en Hill House sino que dota a la ya clásica historia de Shirley Jackson en una meditada reflexión sobre lo terrorífico que elabora algo más profundo que el mero sobresalto. La serie explora lo sobrenatural desde la premisa de la incredulidad y a la vez, de esa meditada óptica de lo cotidiano como telón de fondo que enarbola una versión sobre lo común como máscara de lo aterrador. Lo más inquietante de la obra de Flanagan es la forma en que aleja de sus referentes inmediatos — la británica The Haunting dirigida por Robert Wise y adaptada por Nelson Gidding en 1963 y la esperpéntica The Haunting de Jan de Bont estrenada en 1999 — y crea algo por completo nuevo. Con la historia dividida en diez episodios extraordinarios, la serie se sumerge por completo no sólo en el clima malsano y el rico subtexto psicológico con que Jackson dotó a su novela, sino que lo lleva a una nueva dimensión para construir una mirada original sobre lo terrorífico.
¡Feliz Halloween, amigos!
Un artículo de Aglaia Berlutti
Diseño de cabecera realizado por el espectro de David de la Torre, que desapareció la pasada Noche de Brujas y, según parece, no volverá a materializarse en su forma humana.
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