Narcopiso es la décima novela de Paco Gómez Escribano, uno de esos autores obcecados con dar voz a los «perdedores», bendita obsesión. A golpe de novela de periferia, Paco se ha convertido en el cronista de la otra historia del barrio madrileño de Canillejas, y en esta su última obra mete el dedo o, mejor dicho, a sus personajes, canallas y expolitoxicómanos, en una realidad que salpica, cada vez más, las grandes ciudades: los narcopisos.
En Narcopiso Paco vuelve a usar, como solo él sabe hacerlo, la voz quinqui en primera persona de otro superviviente de la guerra no declarada de la heroína, de los atracos a punta de pistola a bancos y farmacias, de esas décadas, que parecen ya tan lejanas, de los setenta y ochenta del siglo pasado.
El Pirri llena sus días, en la mesa siete del bar del Julito, de alcohol, crucigramas y las novelas negras que le presta o recomienda el Cortecín, bibliotecario del barrio. Narcopiso es otro libro de Paco con epicentro en una taberna de mala muerte, con una fauna autóctona que en este caso forman tipos de similar calaña al Pirri, como el Perla, el Araña o el Tijeras, protagonista, este último, de una novela anterior (Prohibido fijar cárteles) y otros parroquianos también peculiares como el Kilo, «sableador» profesional, o la vidente Carmen. Ese hábitat lo invade un día la presencia de un anciano asustado, Dionisio, que, en nombre de los vecinos de un bloque de viviendas cercano, busca una solución que no les proporcionan ni la justicia ni la policía, con un piso «okupado» que se ha convertido en narcopiso. La recompensa económica y la precariedad con la que subsisten estos delincuentes de tercera fila, provocan que el Pirri, el Perla, el Araña y el Tijeras se embarquen en un trabajo que les viene grande, enfrentarse a una mafia organizada que ocupa pisos para convertirlos en puntos de venta de droga.
Paco vuelve a llevarnos desde su localismo de extrarradio a temas más universales como la injusticia, la indefensión o la impotencia de los más débiles, en Narcopiso representado por esos ancianos que ven sus últimos años de vida convertidos en una pesadilla de imágenes de noticiario televisivo, de peleas a machetazos, de sangre y excrementos en la escalera de su edificio. También la amistad con sus códigos de barrio o el amor sin preguntas, exigencias ni ataduras entre el Pirri y Lola.
#Narcopiso, de @gomezescribano. Paco vuelve a llevarnos desde su localismo de extrarradio a temas más universales como la injusticia, la indefensión o la impotencia de los más débiles. @AlrevesEditor. #Reseña: @garcia_moritz. Share on XEn esta nueva novela, Narcopiso, Paco nos regala unas cuantas referencias literarias, títulos y autores de novela negra, que convierten al Pirri en un prescriptor de literatura negracriminal a tener en cuenta. Además, en este último hardboiled castizo, Paco, por primera vez, utiliza a un policía como aliado de sus protagonistas barriobajeros, dibujando las dos caras que pueden tener las fuerzas de la ley.
Para finalizar, aunque creo haber dado suficientes alicientes para no perderse la última novela de Paco Gómez Escribano, autor de referencia en la novela negra nacional al igual que la editorial que publica Narcopiso (Alrevés), un recordatorio del bagaje literario de este autor que ha creado un universo propio con su barrio que le permite reutilizar al protagonista de una novela anterior (Prohibido fijar cárteles) como secundario en Narcopiso, o aparecer él mismo haciendo un «cameo». Entre otros premios y reconocimientos ha sido ganador del Novelpol 2016 por su novela Manguis; ganador del Tenerife Noir, del premio Negra y Mortal, finalista del premio Dashiell Hammett de la Semana Negra de Gijón y finalista del Novelpol 2019 por su novela Cuando gritan los muertos; finalista del premio Pata Negra, del Novelpol 2021 y del premio Cartagena Negra con su novela 5 Jotas.
Queda dicho.
Sin Comentarios