No fall (diario de entreotoños), de Salvador Galán Moreu

Kálathos presenta, con No fall (diario de entreotoños), la primera obra de un autor español en su catálogo editorial. Se trata del cuarto poemario de Salvador Galán Moreu, un poeta nada novato, pese a no haber llegado aún a los cuarenta, y no poco experimentado, tampoco, en la narrativa. A sus numerosas contribuciones en antologías de verso y prosa, a los premios obtenidos y que no enumeramos aquí por no ser prolijos, Galán, nacido en Granada en 1981, suma esta colección de audaces composiciones. Predomina en ellas el verso libre, si bien, a veces, se asoma el poeta sin empacho a una prosa descarada, en un conjunto donde la guinda para el desconcierto la ponen las ilustraciones elaboradas por el propio autor. Lo explica Carmelo Chillida en el prólogo que precede a este singular Diario: tales imágenes constituyen una reinterpretación de las tarjetas que ciertos profesionales entregaban a Salvador Galán durante la búsqueda de empleo que el yo poético reseña en bastantes páginas. Acaso los poemas sean lo mismo que las tarjetas reinterpretadas, en cierto sentido, pues se trata de un repaso de tres estaciones del año, precedidas y seguidas por sendos avisos («el otoño es una trampa», I y II). Un repaso sometido a una reinterpretación muy subjetiva, muy evocadora y, desde luego, vanguardista, de la realidad. Calificarla de surrealista se quedaría corto: hay mucha libertad creativa en las ilustraciones, capaces de descolocar al lector crítico, al que se pregunta qué puede haber ahí detrás e, incluso, al que sólo las observa para dejarse emocionar.

No fall, cuarto #poemario de Salvador Galán Moreu, un repaso de tres estaciones del año («el otoño es una trampa») en una reinterpretación muy subjetiva, muy evocadora y vanguardista de la realidad. @rosaggv @KalathosLibros. Share on X

Lo hemos anticipado. No fall (diario de entreotoños) alude, como desde el título verá cualquier lector avezado y levemente angloparlante, a la ausencia de otoño en sus páginas. Se trata de un juego de palabras, y también lo recuerda Chillida en el prólogo, pues habita en el título una negativa del autor a caer. No en vano, el poeta lo avisa en el encabezamiento y en la clausura de la obra: «El otoño es una trampa». Mejor evitarlo, mejor obviarlo. Como mucho, referirse a la decadente estación, tocarla lo mínimo, no más que para realizar una declaración de intenciones en lo temático y en lo formal de No fall.

El poemario de Galán es enormemente variado. Con todo, descubrimos varios hilos conductores en la forma y en el fondo. No fall (diario de entreotoños), bajo sus títulos largos y chocantes, surrealistas, oníricos o tremendamente cotidianos es, a veces, aforismo epigramático y escueto. Otras, largas tiradas de versos impregnados de ironía, nostalgia y ternura cotidiana. Muchos poemas ofrecen un paseo onírico por la realidad de cada día, vuelta metáfora gracias a la mirada colorida del autor. Los amigos, la familia, el cine, otros autores, los críticos, los amigos, la búsqueda de una identidad poética y personal; hasta las plagas de hormigas (en cierta ocasión, dentro del «Verano» de la obra, usadas como brillante metáfora de la creación poética), cuentan con un amplio espacio en No fall.

No fall (diario de entreotoños), de Salvador Galán Moreu @KalathosLibros: la interpretación libre y vanguardista del tiempo que vuela (en tres estaciones y dos trampas). #Reseña del #poemario: @rosaggv. Share on X

El poemario de Galán constituye un arte poética construida a piezas aparentemente deslavazadas que encuentran su camino en un recorrido similar al de esos juegos que consisten en unir líneas a partir de puntos discontinuos. En ocasiones, las claves del estilo del autor son relatadas a través de la mirada que se arroba ante un poeta chileno, del desdoble entre poeta y novelista o de la afirmación rotunda y rítmica, gracias al uso hábil del paralelismo, de una desidia muy invernal. La ironía y el descaro son los soberbios protagonistas de la serie «Chiste malo» y de cierta composición de prolijo título, alusivo a la nostalgia de un calvo por su cabello. Pero lo salpican todo, incluso el delicioso homenaje a Ángel González en el poema «Armisticio», donde el poeta firma la paz con las persistentes hormigas de su piso, aun con la condición de que sea con una cerveza de por medio. Estremecedor resulta el uso de la metáfora en «Las catacumbas de Chueca» («nada puedo contra tu magia / de carne y cortejo») y dulce en extremo en “Rutinas”: «se hace noche junto a mí», afirma el poeta de su esposa, bálsamo calmante en medio de su búsqueda identitaria diaria e infinita, y eriza la piel del lector.

No fall (diario de entreotoños) plantea, en fin, un baile con el tiempo, que Salvador Galán plasma con la cadencia propia de la estación. Bulliciosa en mayo, densa y anestésica en invierno, agobiante en las noches de verano. El resultado es un conjunto diverso, muy audaz, coherente, a pesar de todo, en tonos y temas. La burla, la ironía, incluso la provocación, pero también una belleza calmada y cotidiana, emergen de estas páginas con la contundencia del granizo en la ventana o la suavidad de las olas en un mar sereno. El lector conserva la libertad de ubicar y gozar de tales emociones y cadencias, allí donde considere.