Cuando decimos que Teresa Suárez nos invita a Otra ronda nos estamos refiriendo a esto:
Otra ronda: alcohol y sueños rotos
Al final todo se volvió irreal, parecía como si nada pudiera tener consecuencias como si pensar en consecuencias durante la fiesta estuviera fuera de lugar. Uno experimentaba siempre, incluso en los momentos de calma, la sensación de que tenía que gritar para que se oyeran sus palabras. Y lo mismo ocurría con cualquier otra cosa que se hiciera. Fue una fiesta que duro siete días.
Fiesta. Ernest Hemingway.
Cuatro desmotivados profesores de instituto transitan por sus vidas ajenos a ellas. Displicentes y silenciosos con alumnos, compañeros y familia, se reúnen para celebrar el cumpleaños de uno de ellos. Durante esa velada comentan un artículo donde se alude a que el ser humano tiene un déficit de alcohol en sangre de 0,05 gramos por litro. Aburridos, y cada vez más excitados por la ingesta de bebida que suele acompañar a toda celebración, deciden embarcarse en un «experimento sociológico» consistente en alcanzar, durante su jornada laboral, la tasa alcohólica sugerida en el estudio para comprobar, en sus propias carnes y curros, si ese suplemento mejora aquellos aspectos de la existencia con los que están más descontentos.
El alcohol es una droga depresora del sistema nervioso central que inhibe progresivamente las funciones cerebrales. Afecta a la capacidad de autocontrol y produce, inicialmente, euforia y desinhibición por lo que suele confundirse con un estimulante. Pese a ser la más consumida por los jóvenes y una de las principales causas de muertes por accidentes de tráfico, lesiones a terceros y desintegración familiar, el alcohol sigue estando considerado por el conjunto de la ciudadanía como una droga blanda, lo que dificulta las labores de prevención y sensibilización.
Si, como avisan en las cajetillas, fumar mata mucho y bien, beber no le va a la zaga, especialmente porque la permisividad con el alcohol supera con creces a la del tabaco.
Dado pues, que, a corto plazo, el consumo de alcohol produce desinhibición, impulsividad y euforia, los cuatro profesores, a base de lingotazos a escondidas, pronto recuperan la ilusión, idean nuevos métodos para conectar con sus alumnos y, aparentemente, mejoran las relaciones con esposas e hijos. Se sienten, en suma, los amos del mundo.
Pero, tal y como estableció Elvin Morton Jellinek (1890-1963), fisiólogo e investigador en alcoholismo que formó parte de la OMS, cuanto más se bebe, a esa fase inicial, casi benigna, le siguen otras (conducta marcadamente agresiva, remordimiento persistente, resentimiento irracional, pérdida de empleo, deterioro moral, temblores continuos, disminución de las capacidades mentales, hospitalización y, finalmente, muerte) que revelan el verdadero rostro de la dipsomanía.
El protagonista absoluto de la historia es Martin, interpretado por el actor danés Mads Mikkelsen. Mikkelsen es un hombre cuyo atractivo, incuestionable, no invita ni al pensamiento ni al deseo impuro. Tan elegante como distante, su penetrante mirada se clava en ti y parece que accede a tus pensamientos más profundos. Sus ojos aturden e incomodan, pero, cuando aparece en escena, no puedes apartar la vista de ellos.
El protagonista absoluto de #OtraRonda es Martin, interpretado por el actor danés Mads Mikkelsen, un hombre cuyo atractivo, incuestionable, no invita ni al pensamiento ni al deseo impuro, pero… #Crítica de Teresa Suárez, @pitosporum. Share on XEn la serie Hannibal fue capaz de interpretar de una manera tan exquisita al caníbal más famoso de la historia del cine, que no desmereció, en absoluto, al único e irrepetible Doctor Lecter, es decir, Anthony Hopkins.
Pese a lo dicho hasta ahora, Otra ronda no es, en absoluto, una oda antietílica. Thomas Vinterberg, el director, da fe del consumo de alcohol en la sociedad, expone los motivos que se suelen esgrimir para beber y refleja las consecuencias de hacerlo de manera continuada, pero no juzga el hecho en sí. No lo hace.
#OtraRonda. La película de Thomas Vinterberg no es una oda antietílica, el director danés utiliza la ebriedad como un trampantojo para hablar de los sueños rotos y las ilusiones perdidas. #Crítica de @pitosporum. Share on XEn mi opinión, el director danés utiliza la ebriedad como un trampantojo, un engaño para el espectador, quien, si no permanece atento a lo que ocurre en pantalla, puede llegar a creer que lo más importante de la película es el alcohol, su consumo y dependencia, cuando, en realidad, de lo que habla es de los sueños rotos, las ilusiones perdidas y de lo difícil que resulta salir del pozo de desidia y melancolía en el que estás sumido cuando no te han ocurrido grandes tragedias sino solo, y únicamente, la vida.
Cuando andamos desorientados, cuando lo que antes nos fascinaba deja de producirnos admiración, nos invade la frustración porque aquello que nos removía por dentro, que nos hacía sentir, ha perdido su poder.
Cuando los días de vino superan a los de rosas (Días de vino y rosas, 1962, dirigida por Blake Edwards, es una de las películas que ha tratado de manera más cruda y realista el problema del alcoholismo) y ya no puedes seguir…
Eso es Otra ronda: DESENCANTO puro y duro.
TRISTEZA en su máxima expresión.
Sincera, honesta, emotiva, cercana.
Una auténtica MARAVILLA (¡merecidísimo Óscar a la mejor película extranjera 2021!).
#OtraRonda, merecidísimo Óscar a Mejor Película Extranjera. Desencanto puro y duro. Tristeza en su máxima expresión. Sincera, honesta, emotiva, cercana. Una auténtica maravilla. Recomienda: Teresa Suárez @pitosporum. Share on XOtra ronda
Thomas Vinterberg
Reparto: Mads Mikkelsen, Thomas Bo Larsen, Magnus Millang, Lars Ranthe
Ficha técnica: Filmaffinity
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