Árdora Ediciones ha publicado recientemente Papeles pegados, una selección de textos traducidos del francés por Loreto Casado. Esta obra del autor francés George Perros, seudónimo de Georges Poulot (1923-1978), fue publicada en tres volúmenes en la prestigiosa editorial Gallimard a partir de 1960. Los papiers collés eran literalmente trocitos de papel de muy diversa índole que Perros pegaba en sus cuadernos: «todo me sirve: trozos de papel —a menudo higiénico, billetes de metro, cajas de cerillas, páginas de un libro». Las notas que Perros va escribiendo en cualquier soporte son, para Loreto Casado, «lo contrario de Nietzsche, escritor de notas sólidas que arramplan con todo él al emprender el vuelo».
Los papiers collés eran literalmente trocitos de papel de muy diversa índole que George Perros pegaba en sus cuadernos. #PapelesPegados, notas mucho más allá del aforismo. #Reseña: Miguel Ángel Real. Share on XEstas notas, explica Loreto Casado en un cuidado prólogo, se imponen «como expresión y transmisión» de la escritura del autor francés, que «se vincula y se desvía de la tradición clásica del aforismo». Podemos leer formas breves, algunas próximas a las Greguerías de Gómez de la Serna, cuya escritura era conocida por Perros («Se estimaba mucho. Se pedía perdón cuando eructaba» o «No hay que confundir las ladillas con las quisquillas»), y reflexiones más extensas. Las fuentes de Perros eran diversas: Casado lo califica como el sucesor del pensador alemán Georges Christophe Lichtenberg, y nos explica la influencia de escritores como Paul Valéry, André Breton, Francis Ponge o René Char, con su escritura fragmentaria o «palabras en archipiélago». El estudio cita también a Roland Barthes y sus «pensamientos frases».
En los últimos años de su vida, Perros vivió en la localidad bretona de Douarnenez, pero no para aislarse del mundo y dejar de observarlo, sino «para encontrar su propia verdad»; sin embargo, el prólogo deja claro que no se trata de un autor misántropo, puesto que los Papeles pegados se muestran profundamente humanos. Dice Perros: «¿Cómo llegar al ser que está detrás de nosotros?», y como autor, basa su pensamiento en la verdad de la escritura y la fuerza del lenguaje, puesto que «El silencio es como un bloque de hielo que la palabra funde».
Por otra parte, Loreto Casado nos explica que la predilección de Perros por las notas se debía a que el escritor francés «se queda en el proyecto, y tiene las piezas con las que habría que construir algo, pero él no construye nada». Esto produjo que la crítica literaria lo tuviera difícil para encasillar a Perros en un determinado género literario: en efecto, los Papeles Pegados son esbozos de dramaturgia, breves ensayos heredados de Montaigne o reflexiones que nos recuerdan el universo de Kafka («Libre, sí, ¿por qué no? Cada uno puede escoger su desierto». O también: «Gritaba «Dios ha muerto» tapándose los oídos».). Y es que a Georges Perros le importaba poco la posteridad: a pesar de ello, su hueco en la literatura francesa es totalmente merecido, como continuador de un pensamiento certero, poético y reflexivo de gran personalidad. Se trata, en suma, de una declaración de amor por la literatura, más allá de formas impuestas o preconcebidas:
Amar la literatura es estar convencido de que siempre hay una frase escrita que nos devolverá las ganas de vivir, tan añoradas cuando se escucha a los hombres. A uno mismo, entre otros.
Papeles pegados. George Perros
Terminaremos señalando la excelente traducción de Loreto Casado, que respeta la intensidad y la fuerza poética y filosófica de George Perros a lo largo de un libro cautivador.
Excelente traducción de Loreto Casado, que respeta la intensidad y la fuerza poética y filosófica de George Perros a lo largo de un libro cautivador. #Reseña de #PapelesPegados (Árdora Ediciones, 2020) por Miguel Ángel Real. Share on X
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