El verano da mucho juego literario. Disponemos de más tiempo para disfrutar de la lectura y, personalmente, me gusta mucho releer aquello que me ha dejado huella.
Este es el caso de la novela que voy a comentar. Ya no quedan junglas adonde regresar es la primera novela de Carlos Augusto Casas, periodista y director de la Colección Estrella Negra de la editorial Cuadernos del Laberinto. En cuanto acabé su lectura supe que tendría un gran recorrido y el tiempo me lo ha demostrado. El tiempo y los premios obtenidos:
Premio Ciudad de Santa Cruz de Tenerife.
Premio Wilkie Collins novela negra.
Premio Novelpol.
Premio Morella Trufa Negra.
Premio Tormo Negro-Masfarné (recién otorgado).
Hay novelas que invitan a ser releídas y lectores que disfrutan releyéndolas. Carlos Augusto Casas (@AugustoCasas71) sabe conmover al #lector. @ceciliaherreros nos da sus razones. novelanegra @MAREditor. Share on XMe diréis que premios no significa calidad. En este caso, sí. En este caso los premios son justos y muy merecidos, pero el mejor de ellos es que lleva siete ediciones, que han sido posibles por el «boca oreja». También tiene mucho mérito que haya sido publicada en una editorial que apuesta por dar a conocer a nuevos autores y eso la hace muy grande. M.A.R Editor está teniendo muy buen ojo en sus últimas publicaciones. No la perdáis de vista.
Los premios que ha obtenido Carlos Augusto Casas (@AugustoCasas71) con su primera novela son justos y muy merecidos. No perdáis de vista a @MAREditor. La opinión de @ceciliaherreros. Share on XCompañeros de fatigas literarias
Con prólogo de Julián Ibáñez, en Ya no quedan junglas adonde regresar hay mucha sensibilidad. A pesar del tema tratado y de ser novela negra, podemos vislumbrar en el autor una preocupación «romántica» por el lado oscuro de la sociedad que llega a estremecernos. No sólo hay que ser buen periodista para escribir una buena novela, tienes que saber revolver las entrañas, conmover al lector y hacerle pensar: que analice la historia y se quede impactado, como fue en mi caso.
Carlos Augusto Casas ha pasado por la calle Montera de Madrid y se ha fijado en los habitantes que la pueblan y con mucho tacto los ha convertido en personajes. Supongo que fácil no es y a mí lo que me ha conmovido ha sido su mirada. De ser simplemente unos desharrapados a pasar a ser protagonistas de una historia que disfrutarán sus lectores. Ya no quedan junglas adonde regresar es una historia de amor, soledad compartida, complicidades… y venganza.
Un argumento sencillo, pero según profundizamos en su lectura, vamos perteneciendo un poco a ese submundo del que poco o nada conocemos. Nos hacemos amigos del Gentleman, compartimos los sueños de Olga y, cuando la cosa se tuerce porque los jueves ya no serán lo mismo, nos convertimos en kamikazes para vengar a nuestros compañeros de fatigas (literarias).
Escrita con un lenguaje sencillo, directo, en consonancia con sus personajes, Ya no quedan junglas adonde regresar es una novela que no podéis dejar de leer. De un novel que no lo parece y que, por lo que me ha dicho un pajarito, ya está inmerso en su segunda novela.
Ya no quedan junglas adonde regresar
Carlos Augusto Casas
Prólogo de Julián Ibáñez
M.A.R. Editor
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