Valencia Negra despega. Habla su director, Jordi Llobregat

Este sábado comienza la 4ª edición de Valencia Negra, el festival del género que se celebra en mi ciudad. Nos reunimos con Jordi Llobregat, su director, a fin de conocer, por un lado, el entramado que supone gestionar un evento de esta índole y, por otro, su perspectiva sobre el panorama actual de la novela negra.

El encuentro se produce en la librería Bartleby, lugar ya habitual para la presentación ante los medios de cada edición del festival.

Festival Valencia Negra, del 6 al 15 de mayo

Josevi Blender: Hola Jordi, gracias de antemano por compartir con MoonMagazine un rato de tu tiempo, a punto de arrancar el festival, en un momento de más trabajo.

Jordi Llobregat: ¿Cómo no? Un placer atenderos.

J.B.: ¿Podemos, con poco margen de error, situar a Valencia Negra como uno de los cuatro verdaderamente importantes de España, o es más un tema mediático?

J.Ll.: Esa clasificación no es significativa. Lo que nos importa a nosotros es seguir creciendo y mejorando cada vez más. Por el contrario, lo que creo que sí merece ser destacado es la cantidad de festivales que han surgido estos años en nuestro país con una oferta singular, variada y muy, muy atractiva. Cada uno de ellos es diferente de los otros. Cada uno de ellos ofrece Cultura a su gente. La “familia” crece. Eso es lo relevante.

J.B.: Ahora que se celebran encuentros del género negro por toda la geografía, dinos ¿qué distingue a Valencia Negra del resto de festivales?

J.Ll.: Queremos que VLCNEGRA se distinga (otra cosa es conseguirlo) por ser una fiesta de la Cultura. Aspiramos a cuidar a los creadores, dar a conocer y promocionar sus obras lo máximo posible y, al mismo tiempo, cuidar al usuario cultural, pieza fundamental de todo esto. Queremos convertirnos en un lugar de encuentro entre creadores y consumidores culturales.

J.B.: Importante el apoyo institucional, ¿contentos con el que habéis recibido?

J.Ll.: Para nosotros la presencia de las instituciones va más allá de las cantidades económicas aportadas. Nosotros creemos que la Cultura, en todas sus manifestaciones, debe ser apoyada por nuestra ciudad y nuestras administraciones. Deben estar y, sobre todo, creer en ello. Hasta este año, nuestro propio ayuntamiento nos ignoraba por completo y ver que eso cambia es muy satisfactorio. También debemos agradecerle mucho a la Diputación su confianza.

J.B.: Este año habéis programado 75 actividades en 21 sedes diferentes, para todo tipo de gustos e intereses. En un evento de este tipo, de este calibre, ¿cuánta gente se moviliza a lo largo del año?

La dirección de VLC NEGRA la componemos tan solo tres personas, pero el equipo de gente que, voluntariamente, se deja la piel suele oscilar entre 15 y 20 personas más, además de todos los colaboradores de las diferentes sedes participantes. Siempre nos falta tiempo para agradecer como deberíamos esa ayuda, pues sin ella VLC NEGRA no sería posible.

J.B.: ¿Cuesta mucho llegar a compaginar agendas de más de 72 participantes entre escritores, periodistas, actores y actrices, directores de cine e incluso policías?

Si, cuesta mucho compaginar agendas. De hecho, solemos trabajar la edición del año siguiente cuando todavía estamos cerrando el programa de la edición presente por ese motivo. Algunas veces es difícil conseguir ciertos autores pero, en general, todo se consigue cuadrar. Desde la primera edición, una de nuestras satisfacciones ha sido la generosa respuesta que siempre recibimos de los participantes.

J.B.: ¿Recibís más ofrecimientos o rechazos de participación? ¿Quiere venir todo el mundo que escribe?

Suele haber muchos ofrecimientos y, por desgracia, no todos caben. Y eso que lo intentamos. A modo de ejemplo: cada año nos planteamos dejar varios días libres, sobre todo para descansar, pero cuando cerramos el programa acaban siempre llenos de actividades para dar cabida a cuantos más autores posible.

J.B.: Como buen capo, perdona el atrevimiento, siempre vas acompañado de Santiago Álvarez y Bernardo Carrión. ¿Pilares fundamentales del festival? ¿Qué harías sin ellos?

Sin duda, Santi y Bernardo son fundamentales (como lo fue Marina López mientras estuvo con nosotros hasta el año pasado y también Joan Chilet en la primera edición). Lo que está claro es que sin estos dos tipos malcarados y desaprensivos, no habría festival. Ni más ni menos.

J.B.: He presenciado la pelea burlesca entre tú y Santiago sobre las novelas que habéis publicado este último año, ¿Cuál recomiendas leer primero, la tuya, El secreto de Vesalio o  La ciudad de la memoria, de Santiago ?

Es evidente que una novela tan bien escrita (y que supone la aparición de un gran escritor como Santiago) no debe leerse. En los tiempos que corren, ¿a quién le importa la buena literatura? Eso sí, compradla. Adorna estupendamente la estantería.

J.B.: Y ahora un poco de teoría, el auge de la novela negra es indiscutible ¿piensas que tiene algo que ver la situación de crisis actual? o ¿nos remitimos a motivos puramente comerciales?

No creo necesariamente que se deba a la situación actual. Al menos, yo no la considero la principal causa de su auge. Simplemente, la novela negra ha llegado al gran público y se ha subido al carro comercial. Es cierto que parte del género se ocupa de la crítica social, pero otra mucha no lo hace. A la gente lo que le interesa son las buenas historias y de esas, el género cada vez ofrece más. Lo mejor es que ya no se puede calificar de moda.

J.B.: ¿Qué opinión tienes de la polémica suscitada en la Semana Negra de Gijón sobre el papel de la mujer en la novela negra?

Considero que ha resultado positiva. Al fin y al cabo, ha puesto sobre la mesa un tema que había que tratar, ha agitado al sector y ha provocado la excelente reacción de Gijón.

Personalmente, me hubiera gustado más que hubiera ocurrido como en Angoulême, pero todavía somos un sociedad inmadura respecto a nuestros vecinos franceses. Hay mucho camino que andar todavía para conseguir la justa igualdad entre hombres y mujeres en todos los ámbitos de la vida. En ese recorrido nos equivocaremos, sin duda. El infierno está empedrado de buenas intenciones. Pero lo más importante es aprender y crecer, evolucionar. Convertirnos en algo mejor. Todos debemos hacerlo, cada día.

J.B.: Está claro que no todo lo que se publica en el género es de calidad, ¿dónde podemos situar una línea, aunque sea difusa, para poder considerar que una obra cumple unos mínimos?

Es complicado. Aparte de los mínimos exigibles de sintaxis correcta, gramática impecable, etc…, el resto es muy susceptible de ser evaluado erróneamente. ¿Quién marca el canon? ¿Quién es juez y no parte? A mí me interesan unas novelas y otras no. ¿Quién dice que mi juicio sea mejor que otro? Algunas obras calificadas como de “pobre calidad” han hecho más por la Cultura que otras calificadas excelentes. No soy muy axiomático al respecto.

J:B.: Contáis con un premio a Millor Novel·la, ¿es una clave apoyar a los autores que escriben en nuestra lengua?

No os podéis hacer idea de la cantidad de grandes obras y excelentes autores en nuestra lengua que son totalmente desconocidos para el público. Es una tragedia cultural. Dentro de nuestros objetivos primigenios ha estado siempre el apoyo a los escritores en lengua propia. Creemos que tenemos mucho por hacer todavía y es nuestra intención, poco a poco, lo que nos permitan las fuerzas, darle mayor voz.

J.B.: Por el festival ya han pasado autores internacionales de la talla de Márkaris, Khadra, y este año Pierre Lemaitre, nada menos que premio Goncourt. Con estos antecedentes, ¿quién será el próximo? ¿A quién te gustaría tener en Valencia?

Estamos trabajando con tres o cuatro nombres ya para el año que viene, pero como siempre, es top-secret. Solo puedo adelantar que queremos cumplir el 5º aniversario por todo lo alto. Aunque ahora hay que ocuparse de esta edición. A mí me gustaría traer a Valencia a un montón de autores que no vendrían de otro modo: Camilleri, Nesbo, Conolly…

El Premio Goncourt en la IV Edición de Valencia Negra.

J.B.: Por último pensemos en el futuro, ¿hacia dónde queréis llevar al festival?

Queremos que VLC NEGRA sea un festival cada vez más participativo, con más sedes, más autores, más actividades, más barrios implicados, más localidades implicadas además de Valencia… El objetivo es, una y otra vez, conseguir que cada edición sea un éxito de público. Todo lo hacemos por la gente.

Al empezar, nos preguntaron cómo se nos ocurría organizar un festival cultural, si los valencianos no consumían cultura. Al contrario, respondimos, los valencianos solo necesitamos que nos la ofrezcan. Tan solo hemos perdido el hábito de consumirla. Recuperémoslo, pues la Cultura nos hace mejores y más libres. Y en eso estamos.

Nos despedimos de Jordi, mientras recoge, junto a Santiago y Bernardo, los bártulos de la presentación. Gente implicada. El camino emprendido promete próspera vida a Valencia Negra.

Jordi Llobregat, Bernardo Carrión y Santiago Álvarez.

Josevi Blender para MoonMagazine

Todas las fotografías son propiedad de la organización de VLCNegra