La fugacidad del color, de Elga Reátegui: El arte de pincelar historias

Acercarse a la obra de Elga Reátegui (Lima, Perú) y pretender esbozar trazos que la definan es un gran reto, porque Elga es una autora versátil a la que no le amedrenta internarse en distintos campos. Una cualidad potenciada, sin duda, por sus muchos años ejerciendo el periodismo político en Sudamérica antes de cambiar de escenario y asentarse en Valencia (España). Tras publicar varios poemarios y profundizar en el ámbito de la novela, nos sorprende ahora con un libro de literatura breve, compuesto por varios microrrelatos agrupados por temas. La fugacidad del color es un libro corto pero denso. Porque sus historias son como pinceladas de color en medio de la nieve, pinceladas que esbozan sobre el cristal empañado un rostro en el que nos reconocemos, pinceladas, en suma, que aunque parezcan fugaces son capaces de atravesar una cortina oscura y dejar tras de sí un rastro de luz que alumbra al lector durante un tiempo. Porque lo breve en Elga es solo un hilo del que tiramos al comenzar a leer el primer micro y no dejamos de perseguir hasta completar la madeja con el micro que cierra la última página.

Las historias de @Elgareategui1 son como pinceladas de color en medio de la nieve, pinceladas que esbozan sobre el cristal empañado un rostro en el que nos reconocemos. #LaFugacidadDelColor @lasturaedition. #Reseña: @ManuelaVicenteF. Share on X

El libro está estructurado en tres temas: «De amores», que contiene cuarenta y ocho micros que giran en torno al amor y al desamor. Minificciones sobre lo que fue, lo que es y lo que pudo haber sido encuentran el tiempo verbal en el presente que nos narran sus protagonistas, casi siempre en primera persona. Bajo la temática «Sociales», encontramos cuarenta y una historias que tratan de sacar a la luz decepciones, repeticiones de roles, o esa amarga verdad que los personajes no quieren contarse a sí mismos pero acaban contándose de todos modos, a veces desde la decepción o el humor más ácido, otras desde la aceptación o la melancolía. Llegamos al capítulo final en «Del espíritu» para bucear, entre una veintena de micros, y encontrar esas pequeñas perlas de misterio que yacen en lo cotidiano. Son esas marcas invisibles que impregnan nuestro corazón en forma de sensaciones y no pueden explicarse sino con cuentos, a través de una escritura de color, que traza breves pinceladas, como estrellas fugaces, que atraviesan lo cotidiano durante un instante para insinuarnos otro espacio, otro escenario, en el que el color, aunque fugaz, permanece.

Hay que leer #LaFugacidadDelColor de @Elgareategui1 y quedarse a vivir, al menos durante un rato, en ese espacio de color que dibujan sus cuentos. @ManuelaVicenteF @lasturaedition #microrrelatos #queleer. Share on X

Hay que leer a Elga y quedarse a vivir, al menos durante un rato, en ese espacio de color que dibujan sus cuentos:

La chica del tiempo

Del telediario no me importaban las noticias. Solo esperaba su bloque: el estado del tiempo. Verla a ella, contemplarla, adivinar sus pensamientos, sus estados de ánimo. Hasta llegué a creer que lo sabía todo de su vida. Esa idea respaldó mi decisión de ir a buscarla. No había otro mejor que yo para quererla y cuidarla. Debía decírselo.

La esperé varios días a la puerta del canal. Demoré en hallarla, y, lo peor, en reconocerla. Me acerqué y le dije «hola». Ella ni prestó atención, montó en en su coche y se fue. Supongo que por eso la escogieron para ese espacio. Ella es como el tiempo: voluble, contradictoria, impredecible. Volveré en su día soleado. Insistiré.

Microrrelato incluido en el libro La fugacidad del color (Lastura)

Obra finalista en los premios de Crítica Valenciana 2019

Elga Reátegui, autora de La fugacidad del color

Periodista de amplia trayectoria, Elga Reátegui Zumaeta ha publicado cinco poemarios y cuatro novelas, entre los que destacan En mi piel; El santo cura y A este lado y al otro. También es autora de Body maps, poemario en inglés que se editó en los Estados Unidos. Recientemente ha publicado el libro: El ecosistema de las hormigas. Elga radica desde hace 14 años en Valencia.